Judith yacía en el suelo. La sensación de frió, dureza y una esencia de flores era lo que sentía en ese momento. Por su mente pasaban muchas cosas. La primera era la mala suerte que tenia. Y la segunda era las ganas de liarse a golpes... o lo que fuera necesario para salir de esa situación. Pero los 5 hombres trajeados que se paseaban por los demás civiles estaban fuertemente armados, con sendos rifles de asalto.
Judith tuvo ganas de llorar. ¿Tan mala suerte tenia?
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- Desarrapados, juro que os matare... - dijo un anciano, en el suelo, con los brazos en la cabeza.
El hombre de corbata Verde lo miro a traves de su mascara.
- Lo que usted diga, abuelo... - dijo.
Los 5 hombres, trajeados, armados e imponentes caminaban por la estancia, llena de civiles arrodillados y con las manos en la cabeza. Algunos lucian estupefactos, otros asustados y otros a punto de echarse a llorar.
El hombre de corbata Roja se dirigio a una cajera, que estaba al borde del desmayo, la cogio por el cuello de la blusa y le grito a la cara:
- ¡Vas a llevarnos a la camara... AHORA! - le grito, con una voz opacada por la tela de la mascara.
- ¿¡De verdad crees, Aitor, que la cajera va a saber donde queda eso!? ¡Posiblemente sea una chavala que compagina estudios con trabajo para poder pagarse los vicios de fin de semana! - dijo el hombre de corbata Verde, riéndose. - Por algo he traído al director de su despacho a esta sala... El, amablemente, nos llevara a la bóveda... ¿verdad?
El hombre de corbata Verde se dirigio hacia la persona que mejor vestia de toda la estancia. En ese momento, lucia un poco raro, quiza por los golpes o el miedo. No parecia muy convencido.
El director dudo. Sudaba. Constantemente miraba a las ventanas y a la puerta.
- ¡Vamos, maldita sea! - grito el hombre de corbata Roja, levantando su arma.
Los civiles gritaron en conjunto, asustados.
- Por favor, Chema, con ese grito has dejado al descubierto tu nerviosismo. ¿Porque hay que ponerse nervioso? ¡Solo estamos aqui, entre colegas, asaltando el mayor banco de toda España! ¡Solo queremos robar todo el dinero! Y no nos preocupa morir, dado que no creo que la policía nos deje irnos de rositas... ¡Ni siquiera ustedes nos dejaran irnos de rositas!
Nadie parecia tomar en broma lo que decia el hombre de corbata Verde, dado que este extendio los brazos, esperando alguna carcajada. Como vio que no dio efecto, se resigno y dijo, en un tono mucho mas serio:
- Caballeros, señoritas... como ya os dije antes, no queremos hacerles daño. Pero parece que nadie aqui, sobre todo el director, quiere colaborar. Así que... vamos a tomar cartas en el asunto.
El hombre de corbata Verde extrajo una pistola de su bolsillo.
- Por cada 10 segundos que no nos lleven a la camara acorazada, morira un civil.
El hombre de corbata Verde levanto su pistola, apunto y disparo.
Una cajera pego un brinco, cayendo hacia un costado, empezando a formar un charco de sangre.
La gente grito. Un par de señoras hacían unos ruidos insoportables.
Los otros hombres trajeados, los de corbata Roja, Azul, Amarilla y Morada, levantaron sus armas, haciendo que el publico gritara aun mas. Sin embargo, el hombre de corbata Verde se habia sentado en un silla, tranquilo.
Los 5 hombres alternaron la vista entre los civiles.
- Dejen que griten todo lo que quieran... Este banco es grande, lleno de maquinarias, gente, funcionarios, etc. Esta totalmente INSONORIZADO. - dijo, enfatizando en la ultima palabra.
El hombre de corbata Verde espero. Pasado unos minutos, la gente dejo de gritar. Este se puso en pie.
- Ya que os habéis callado, os lo explicare un poco mejor. Calculamos que en la bóveda de este banco hay poco mas de 200 millones de euros. Con técnicas que no vienen al caso, nos llevaremos todo. No dejaremos ni un solo céntimo. Entiendanme, mi hijo necesita ropa...
Al decir esa ultima frase, los civiles miraron al hombre de corbata Verde con un profundo odio y con una mirada de desconcierto.
- Vaya, pensé que un poco de humor vendría bien en estos momentos... - dijo el hombre de corbata Verde.
El hombre de corbata Roja dio un paso al frente.
- ¡Venga ya, no tenemos tiempo para esta mierda! - grito, acercándose al director del banco. - ¡Tu! Dame las llaves de la bóveda.
- No seas idiota, Adriá... ¿De verdad crees que el banco central de Madrid, el banco que presume de tener un sistema de seguridad de elite, un banco que fardea que es del "siglo 21"... crees que ese banco va a usar una ridícula llave? No, no... - dijo el hombre de corbata Verde. - Si de algo puede fardar este banco es de su "inviolabilidad". Pero hoy vamos a poner en prueba eso...
El hombre de corbata Verde se puso en pie. Lentamente, se acerco al director del banco. Justo cuando estaba en frente de el, levanto la pistola y apunto a otro civil. Tiro del gatillo.
- Usted decide, señor director... - dijo.
El director del banco parecía a punto de desmayarse. Miraba el rostro cubierto del hombre de corbata Verde, miraba a los guardias desarmados y luego miraba a los civiles. Constantemente, miraba a la puerta y a la ventana. Después de unos segundos, miro al hombre de corbata Verde.
- Vamos, señor director... no tengo todo el día...
El hombre de corbata Verde le pego un puñetazo, reventandole los labios y haciendoles sangrar bruscamente.
Ocurrieron varias cosas en un lapso de 10 segundos.
Lo primero que paso fue que un civil, viendo la distraccion que produjo el golpe al director del banco, aprovecho para eludir el campo de vision de los otros 4 hombres trajeados, ponerse en pie y atacar al hombre de corbata Verde.
Fue el hombre de corbata Verde quien grito. El civil, heroico, corrio y se dispuso a liarse a golpes... ¿O quiza solo quitarle el arma?
El civil levanto el brazo y se dispuso a darle un golpe, a lo que el hombre de corbata Verde lo detuvo con una sola mano, sin hacer mucho esfuerzo.
- Oh, vaya... Desde luego, esto no estaba planeado...
El civil se libro del forcejeo y ataco de una manera alocada. El hombre de corbata Verde, sin despeinarse, placo cada uno de los golpes con sus manos, esquivando unos y deteniendo otros. Dado el momento, utilizo la inercia para empujar al civil a una pared, donde se golpeo la espalda de una manera brutal.
Cuando caía hacia adelante, victima del dolor, el hombre de corbata Verde le cogió de la barbilla.
- Pero estoy dispuesto a... "replantearlo" - dijo, mirando al civil, quien estaba a punto de desmayarse.
Tras esa pequeña demostración de fuerza, el hombre de corbata Verde dejo caer al civil, rendido. Los demás civiles, espectadores, se dieron cuenta que no tenían escapatoria.
- Espero que alguien haya sido lo suficientemente listo para intentar llamar a la policía en estos segundos... ¿No? ¿Nadie? ¿¡En serio!? - dijo el hombre de corbata Verde, ironizando. - Bueno...
Los otros 4 hombres trajeados lucían un poco desorientados. ¿A que jugaba su "líder"?
- ¿Señor director? - dijo el hombre de corbata Verde, imitando la voz de un niño. - ¿Hay alguien allí, señor director? Necesitamos que nos lleve a la cámara acorazada... Quiero abrir "La caja de Pandora"
Pese a que el hombre de corbata Verde estaba hablando en un tono ironico, el director del banco lucio aterrorizado al escuchar la ultima frase.
- Oh... ¿Le da miedo saber que conocemos el nombre con que bautizo a ese sistema de seguridad?
El director agacho la cabeza, intentando buscar respuestas.
- Pero... pero...
- ¿Pero que? ¿Le asusta saber que ese nombre... solo lo sabia usted y nadie mas que usted?
El hombre de corbata Verde hizo un gesto estupido, tapandose con una mano el lugar donde estaria su boca, como si hubiera dicho algo grosero y picaro a la ves.
- Tal ves yo sea usted y no se ha dado cuenta... - dijo el hombre de corbata Verde.
Nadie encontro divertido aquello.
El hombre de corbata Verde puso un gesto de impaciencia.
Levantando el brazo, empujo al director hacia un ascensor.
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- Creo que este silencio es un poco incomodo... - dijo el hombre de corbata Verde.
3 hombres, todos trajeados pero 2 con corbatas de colores llamativos y otro magullado, bajaban por un ascensor. El hombre de corbata Verde tarareaba una cancion, mientras veia los numeros de los pisos. El hombre de corbata Amarilla amenazaba al director con su arma, a la ves que miraba a su colega con el rabillo del ojo.
El director miro a ambos hombres y se armo de valor.
- Están jodidos... ¡Mas que jodidos! Nunca accederán a esa cámara. Ni por mucho que yo les ayude...
- ¿Por que? ¿Porque la ultima puerta esta conectada directamente a la policía y solo se puede abrir con la aprobación suya y del capitán de la Policía Nacional, Romero Augusto Castilla? - dijo el hombre de corbata Verde, viéndose los dedos cubiertos por el guante. - No se preocupe, señor director... Lo se todo sobre su sistema de seguridad. Diría... que hasta lo pude haber fabricado...
El director abrió mucho los ojos. El hombre de corbata Amarilla se echo unas risas.
La puerta del ascensor se abrió. Delante suyo, había un pequeño pasillo, limpio y puro como algo totalmente nuevo. No parecía que haya un solo gramo de suciedad en todo ese pasillo. El hombre de corbata Verde dio el primer paso.
- La caja de Pandora... El mayor sistema de seguridad que haya existido en toda la historia de los bancos españoles... Primer portal: Un sistema de reconocimiento de huellas dactilares, conectada a un supercomputador para que lo haga variar en una constante de 2 elevado a la enésima potencia.
El hombre de corbata Verde dio un paso.
- Primer interludio: Codigo de 16 cifras...
El hombre de corbata Verde dio otro paso.
- Segundo portal: Reconocimiento de voz...
El hombre de corbata Verde dio otro paso.
- Segundo interludio: Código de 16 cifras, conectada a un primer servidor, independiente del primer interludio...
El hombre de corbata Verde dio otro paso.
- Tercer portal: Escaner de retina...
El hombre de corbata Verde dio otro paso.
- Tercer interludio: Código de 16 cifras alfanumericas...
El hombre de corbata Verde dio otro paso.
- Y por ultimo: 2 paneles separados por una distancia que haria imposible que una sola persona pueda teclear los últimos 16 códigos.
El hombre de corbata Verde se detuvo, contemplando una puerta acorazada.
- Que ingenioso... y ridículamente complejo...
El hombre de corbata Amarilla empujo al director del banco, obligandole a que avance.
- Ahora... ahora viene la magia...
(NOTA DEL AUTOR: Corregidme si me equivoco! Gracias.)
- Señor director... ¿Sabe como es el sistema de seguridad de las tarjetas de crédito? ¿Si? ¿No? Bien, deje que yo le explique... Es sabido por todos nosotros que son los números primos. ¡Si!... Esos números que solo son divisibles de forma exacta por si mismos y por la unidad. Matemática básica... - dijo el hombre de corbata Verde. - ¿Sabe como entra esto a las tarjetas? Bien... Vera... Multiplicar números primos es muy facil... 2x3... 3x5... 5x7... 11x13... Pero... ¿Como saber si un numero de grandes proporciones es primo? Si yo le doy un numero de 4 cifras... ¿Podría decirme que es primo? Seguro que si, seguro que no... Bastaría hacer unas cuantas divisiones para asegurarnos que solo tiene 2 divisores, ¿verdad? Pero... ¿Y si le doy un numero de 10... 20... 30... 50... ¡100 cifras!...? ¿Podría asegurar que un numero de 100 cifras es primo, es decir, solo tiene como divisores a si mismo y a la unidad? Para un ser humano es prácticamente imposible...
El hombre de corbata Verde sonrió.
- Aquí es donde entra la tarjeta de crédito. Esas 4 cifras que uno teclea, cifras que se le ha dado el nombre de "clave secreta", no son mas que los "exponentes" que se deben elevar 4 números que se desbloquean cuando se pasa la tarjeta por la maquina lectora. Es decir: Cuando pasamos la tarjeta, se ponen en "pantalla" 4 números. Luego tecleamos nuestra "clave secreta" y esos 4 números que tecleamos son los exponentes de los 4 anteriores, elevándolos a cierta potencia, multiplicándose entre ellos y dando como resultado un numero absurdamente grande... pero seguro porque tenemos "la llave" para llegar hasta el. Que... ingenioso...
El director estaba asustado. El hombre de corbata Verde recogió una mochila que había traído. Extrajo un pequeño aparato rudimentario
- ¿Acaso... crees... que con ese armatoste... BURLARAS UN SISTEMA QUE HAN CREADO LOS MEJORES INGENIEROS DE ESTE PAÍS? ¡Estas jodidamente loco!
Pero el hombre de corbata verde no lo escuchaba.
Su mente... volaba...
Era...
Era hora de pensar...
- "Una extensa base de datos..."
Oscuridad. Todo desapareció a su alrededor...
- "Mis patrones cerebrales... mas... Restos de la base de datos que comió el virus SdFm durante el colapso de Internet (NOTA DEL AUTOR: El capitulo "La gran ciber guerra mundial" falta por escribirse)... mas... Un pequeñísimo algoritmo, hecho por mi... mas... información robada de esos "Ingenieros"... mas... un poquito de suerte..."
El hombre de corbata Verde sonrió.
- "Una super computadora... en la palma de mi mano..."
Comenzó a teclear en la maquina, a la ves que conectaba el dispositivo a los paneles donde debia de ingresar los códigos...
- "No falles... Nunca falles... No esta en mis previsiones fallar... Un pequeño fallo podria ser mortal de necesidad..."
El director seguia "ladrando". El hombre de corbata Amarilla parecia a punto de perder los papeles.
- "¿Sabias que la contraseña mas segura es... darle un cabezazo al tecleado y escribir eso como clave? Las probabilidades que la descifren son tan bajas... "
El hombre de corbata Verde siguió tecleando.
- "Probabilidades... probabilidades... todo... es... matemática... Nada escapa a los números... Nada..."
Las pupilas del hombre de corbata Verde iban de un lado para otro. Parecían enloquecidos...
- "Cuidado... cuidado... La policía no puede venir...aun..."
El director grito mas fuerte.
Tan cerca... tan cerca...
El hombre de corbata Verde dejo de teclear.
- ... y se os caerá el pelo dentro de la cárcel, serna un mínimo de ...
- Lo tengo... - dijo el hombre de corbata Verde.
Los 2 hombres giraron el cuello...
- 1815211441512120... - dijo el hombre de corbata Verde.
El director levanto una ceja.
El director empezó a temblar.
El hombre de corbata Verde sonrió.
El director... estaba estupefacto.
Rápidamente, el hombre de corbata Verde levanto su brazo, desenfundando una pistola. Coloco el cañon en el entrecejo del director del banco.
- Un gusto, señor director...
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En la sala principal del banco central de Madrid, el hombre de corbata Verde volvía junto a su compañero, pero sin el director del banco. Extrayendo un teléfono móvil, se acerco hacia una civil, que se encontraba bocabajo. Le toco con la punta de su zapato, haciendo que levante la cabeza.
Judith miro al hombre de corbata Verde directo a los ojos. Se extraño.
- Tu... - dijo el hombre de corbata Verde, dándole el teléfono. - Llama a la policía...
El hombre de corbata Verde se dio la vuelta, iniciando un temporizador.
- Y ahora, damas y caballeros... Tápense los oídos... Esto... podría doler...
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Nuevamente, el hombre de corbata Verde yacía delante de las dobles puertas del banco. Pero esta ves llevaba una bolsa deportiva en la espalda, con la correa de la bolsa cruzandole el pecho. Un rifle de asalto M4 "Carabina" yacía en sus brazos. Respiro hondo...
Sonido de sirenas...
Coches en marcha...
Sonido de un helicóptero...