martes, 31 de diciembre de 2013

Un lugar en mis sueños - Interludio

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# 1

(Plaza de Carlos Trias Bertrán - Madrid, España)

Eran las 11 de la mañana, en un caluroso día de Agosto, cuando la plaza Carlos Bertran estaba a rebozar. Ubicada en las inmediaciones del estadio, la multitud disfrutaba del día.  Algunos sentados en la terraza de los bares, otros caminando y algunos simplemente contemplando el sol.

Entre tanta gente, 2 chicos estaban sentados en una mesa de alguna terraza. Eran muy jóvenes, no aparentaban mas de 11 años. Uno de ellos era muy gordo, moreno, vestido con chaqueta y pantalones oscuros, en pleno mes de verano. La otra era una chica, también de 11 años. Vestía de una forma muy fresca, juvenil, con camisetas y pantalonetas, zapatillas y un lazo. Bebían unos refrescos y comían unos aperitivos.
  • ¿Te apetece dar una vuelta por la plaza? - dijo Natalia.
Mario, quien comía los aperitivos, sonrió.

¿Porque sonreía? ¿Quizá porque la chica que estaba enfrente de el era una hermosura y le gustaba? ¿O porque no se creía que era su amiga? ¿O quizá porque todo aquello le parecía el mejor día de su vida?
  • Vale... Me apetece estirar un poco las piernas.
Ambos chicos se pusieron en pie. Sonriendo y riéndose  caminaron hacia la rotonda que había mas adelante. Natalia se acercaba a Mario, queriendo cogerle del brazo pero el chico, tímidamente,  parecía no querer o no saber. Pero Natalia parecía que eso le gustaba.
  • ¿Que hacemos? El día es tan largo...
Natalia se le acercaba mas y mas. Mario se empezó a poner rojo. 

Natalia le cogió de la mano a Mario.
  • ¿Bailamos? - dijo la chica.
Mario puso gesto de sorpresa. Natalia levanto su móvil y puso una música:

MUSICA

Natalia sonrió de oreja a oreja.
  • ¿Es en serio? - dijo Mario, mirando a ambos lados.
  • ¡Pues claro que si! - dijo Natalia. - Ven, dame tu mano...
Ambos chicos empezaron a correr, saltando. Natalia abrazo a Mario de un salto y ambos empezaron a cantar la canción. 

  • Me da corte... - dijo Mario, agachando la cabeza.

Natalia se le acerco.

  • Hazlo por mi...

La felicidad que se podía ver en ambos era clara. Se cogían de las manos, daban vueltas alrededor, se abrazaban, hacían pasos de baile...

Ambos hablaban pero no se entendía lo que decían. Mario decía algo y Natalia reía. Natalia decía algo y los dos se reían, abrazándose. Natalia, sonrojada, se tapaba la boca con la mano y Mario se llevaba la mano al pecho de la risa.

La gente empezaba a mirarlos. Pero solo eran dos chicos, no mas de 11 años. La gente los miraba extrañados para luego sonreír y seguir su camino.

Pasaron varios minutos...

Natalia se acerco, en el ultimo momento, mucho a Mario, casi rozándole los labios. El chico se encogió de hombros.
  • Ha... ha estado bien. Me gusta hacer esto de vez en cuando... - dijo el chico. - Esto... ¿Compramos eso de una vez? - dijo, un poco incomodo.
Natalia puso un gesto de decepción para luego sonreír como una caprichosa. 
  • Claro, Mario... Yo iré a comprar unos refrescos. 
Mario sonrió y extrajo unas monedas.
  • ¿Te acompaño? - dijo Mario.
  • No, mejor ve tu a comprar la revista. Y hazlo rápido... Cuando vuelvas, quiero hablar de algo contigo... - dijo Natalia, sonriendo picaramente.
Mario casi estalla de alegría cuando la chica le dijo aquello. Pero que poco le duro aquello.

Ambos se dieron la espalda y se dispusieron a comprar cada uno lo que había dicho. Pasado unos segundos, Mario se detuvo. Se le paso por la cabeza acompañarla sin que se diera cuenta, dándole una sorpresa por detraz. Sonriendo como un niño, Mario pensaba eso cuando escucho el sonido de frenado de un coche. Un sonido atroz, de gritos, le hizo que se diera la vuelta. 

Natalia yacía en el suelo, delante de un coche, con un charco de sangre formándose detrás de su cabeza.

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# 2

La gente se empezó a acumular. Muchas mujeres se tapaban la boca con las manos, otras lloraban, otras levantaban sus teléfonos móviles y llamaban... Algunos hombres se tocaban la frente, otros miraban a ambos lados... Nadie se daba cuenta de lo petrificado que estaba aquel chico gordo y moreno.

MUSICA

¿Era eso sangre?

El conductor del coche bajo. Lucia desesperado y derramaba lagrimas. La chica que acababa de atropellar lucia en estado critico. Por no decir que estaba muerta.

Un olor metálico... Una sensación de salado... Algo espeluznante pero apetecible a la vez...

La gente empezó a protestar. Unos decían algo... otros decían otras cosas... Algunos y algunas le recriminaban al conductor...

Mario estiro el cuello. La sangre no le permitía ver la herida que tenia Natalia en su cabeza. ¿Porque tenia ganas de vomitar?

Había algo en la escena que inquietaba a Mario.

Natalia muerta... Sangre... Mario... La herida de la cabeza... Sangre... Mario... El brazo de la chica en una extraña postura... Sangre... Mario... Natalia, nuevamente, muerta...

¿De verdad lloraba porque su día había sido estropeado? ¿Porque no lloraba por la muerte?

Mario parpadeo.

¿Es que acaso no le apenaba la muerte de aquella chica?

¿Que demonios le pasaba?

Su mejor amiga, la chica de la que estaba enamorada... estaba muerta. Delante de sus ojos, con la cabeza destrozada contra el asfalto, emanando sangre, con los ojos mirando el cielo, totalmente apagados...

Mario se asusto. ¿Porque no sentía miedo? ¿¡Es que le daba igual!?

Mario se empezó a asustar. Veía el cadáver de Natalia y solo sentía pena. Pero también sentía... ganas de sonreír...

¡Debía de sentir pánico! ¡Miedo! ¡Mucho miedo!

Mario empezó a temblar. ¿Que le pasaba? ¿¡Es que acaso acababa de enloquecer!? ¿¡Le daba igual la muerte!?

Mario siempre pensó que la muerte era algo peligroso. Pero en ese momento, contemplándola... parecía que le era indiferente.

Quizá... quizá eso era lo que le asustaba.

Sangre... Mario no podía dejar de ver la sangre...
  • ¡Tengo que salir de aquí! - grito Mario en su interior.
Lentamente, Mario empezó a retroceder.

Las lagrimas amenazaban con aparecer.

¿Y ahora porque? ¿Porque tenia ganas de llorar?

Mario se dio media vuelta. Iba a salir de allí.
  • Ey...
Alguien le puso la mano encima a Mario. El chico giro el cuello, vio la mano en su hombro y miro a la persona que le puso la mano allí.
  • ¿Tu conoces a esta chica?
Mario, quien hacia un esfuerzo imposible por no llorar, negó con la cabeza.
  • ¿Como que no? - dijo una señora, con lagrimas en los ojos. - ¿No estabas con ella en aquella terraza del bar? Os vi juntos...
Mario volvió a negar con la cabeza. Estaba desesperado.
  • ¡Que si, chaval, no lo niegues! ¡Yo también os vi! - dijo otra señora, agitando un abanico. - ¿¡Porque lo niegas!?
  • ¿La conoces, verdad?
  • De seguro, la conoces...
  • Os vimos juntos...
  • Debes ayudarla...
  • Solo queremos saber si puedes...
Delante de Mario, solo habían unos monstruos gigantes que le acosaban
  • ¡¡¡NO!!! - grito Mario.
La gente pego un brinco, apartándose de aquel chico. Todos pusieron un gesto inaudito. ¿Que fue lo que vieron en el rostro de aquel niño? Sea lo que sea, todos dejaron de acosarle.

Mario se alejo de los monstruos. No se fijo en la chica que acababa de aparecer detraz de todos esos monstruos. 

Mario echo a correr. Corrió y corrió. Ni se dio cuenta que la noche caía y la lluvia arreciaba. Siguió corriendo.

Y siguió corriendo...

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# 3

MUSICA

Tumbada en el suelo, Natalia miraba el cielo infinito. Todavía podía oír.
  • ¿Tu conoces a esta chica?
Natalia intento mirar hacia un costado. No pudo.
  • ¡Que si, chaval, no lo niegues!
Natalia intento mover un musculo. No pudo.
  • ¡¡¡NO!!!
Natalia se sumergió en oscuridad.
  • Yo te quería... - dijo la chica.
Oscuridad.
  • ¿Porque dejaste que muriera?
¿Es esto la muerte? ¿Oscuridad... y silencio?

¿¡HAY ALGUIEN ALLÍ!?

Natalia grito, grito con todas sus fuerzas. Solo había silencio. Silencio... y vacío.
  • Y me fui... con la cabeza reventada... 
Silencio.
  • ¿Porque no me ayudaste?
Oscuridad.
  • ¿Yo te quería?
Silencio.
  • Mario...
Oscuridad.
  • Me traicionaste...
Silencio.
  • Confiaba en ti...
Oscuridad.
  • Y no supiste ayudarme...
Silencio.
  • Yo te quería...
Oscuridad.
  • Te quería...
Silencio.

Alguien reía de manera sádica.
  • Es una sensación maravillosa, ¿no? Incluso rodeado de una multitud, te puedes sentir sola...
Silencio.
  • Mario... debes... deberías... probarla... ¡Podrás gritar, golpear, patear, llorar en lo mas hondo de todo! Pero a nadie le importara...
Oscuridad.

Una chica reía de manera sádica.
  • Tienes... que probarla...
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# 4

(Barrio de Aluche - Madrid, España)
  • ¡Se supone que harías lo del banco! - grito una mujer.
  • Es muy fácil decirlo... ¡Parece que solo soy el único que se preocupa por esto! ¡Por si no te has dado cuenta, nos van a quitar la casa, estúpida!  ¡ME ACABAN DE DESPEDIR! ¡ESTOY TENIENDO EL PEOR DÍA DE MI VIDA Y TU SOLO LO COMPLICAS MAS! - grito un hombre.
  • ¿Y YO QUE? ¿Acaso no este el peor día de mi vida? ¡¡Me acaban de despedir, de humillar y encima me doy cuenta que la persona con la que estoy casada es un fracasado! ¡Eres un inútil! ¡Hace tiempo que te advertí! Y tu solo pensando en miseria y mas miseria... ¿Que va a ser de Natalia? ¡Nuestra hija no puede pasar por esto! ¡Lo prometiste!
  • ¡Es muy fácil decirlo! ¡No me extraña que nos vaya tan mal! ¡Estoy casado con una estúpida que para pedir si es muy buena! Y la única vez que le pido que me ayude... ¡La jode! Yo, en cambio...
  • ¡Tu nada! - grito la mujer. - ¡No permitiré que hagas daño a nuestra hija! ¡Ni que le formes un trauma! O solucionas esta crisis o...
El hombre le propino una bofetada a la mujer, haciendo que se tambalee.
  • ¡Ya estoy harto de que siempre tenga la culpa de todo! ¡He aguantado mucha mierda que me has tirado encima, todo por el bien de nuestra hija! ¡He tenido que aguantarte muchas veces tus arranques de infantilismo! ¿Y todo para que? ¡Para que vengas y me escupas a la cara diciéndome que todo es culpa mía! - grito el hombre, hinchando la vena de su sien.
  • ¡Hijo de p...!
El timbre sonó.  La mujer le propino un golpe al hombre, haciéndolo tambalear. Pero el hombre tenia mas fuerza. Le puso el brazo en el cuello y la empujo contra la pared. El hombre, quien tenia un gesto de furia, relajo sus músculos faciales. Daba mucho miedo. Lenta y pausadamente, dijo: 
  • No tienes ni idea de la mierda de vida que tengo que soportar por ti y por Natalia. Trabajar 12 horas en un trabajo que poco me importa. Sobrellevando a base de pastillas una existencia triste y hueca, llorando de rabia porque nunca le podre dar a mi hija lo que me jure cuando supe que vendría a este mundo. Y sobre todo, sufrir por estar casado con alguien que solo se me acerco por interés. Pero no me entiendes... porque nunca en tu vida has experimentado algo así.  La mayoría de la gente ignora lo de los demás. Hoy es el peor día de mi vida. Estoy a punto de perderlo todo ya que, de seguro, un juez te dará la custodia a ti antes que a mi. Pero, así como estoy a punto de perderlo todo, no me importara ciertas cosas. Así que... Vuelve a decirme que la culpa es mía y...
El hombre levanto un cuchillo, el de la cocina. Lo puso cerca del cuello de su mujer. Esta se aterro.
  • Lo pagaras muy caro... - dijo el hombre.
La mujer, quien estaba asustada, solo dijo:
  • Monstruo... 
El hombre dejo el cuchillo sobre una mesa y se dirigió a la puerta, dado que el timbre seguía sonando. Respiraba de forma acelerada. Temblaba... Al abrir la puerta, 2 agentes de policía estaban allí. El hombre se asusto.
  • ¿Si? ¿Que desean? - pregunto, con falsa modestia.
  • ¿El señor Barrenechea? Somos la policía de Madrid, tenemos que hablar con usted... - dijeron mostrando sus placas.
  • Oiga, no es lo que parece... Mi mujer y yo...
  • Escúcheme. - dijo uno de los agentes. - Su hija Natalia ha sufrido un accidente esta mañana. Un atropello. Ha... ha fallecido. Lo siento mucho...
El hombre quedo estupefacto. No dijo nada. Solo se quedo en ese semblante de aturdimiento. Daba pena el gesto de sorpresa triste de su rostro.
  • ¿Que...? - logro a decir. La voz se le quebró de un momento a otro.
  • El departamento ya esta trabajando. Le pedimos por favor que se pase por la comisaria para llevar a cabo los tramites.
El hombre seguía con su semblante de estupefacción. Empezó a dar miedo.
  • Oiga... Se que es duro... Pero estas cosas pasan... Lo mejor sera que le dejemos solo. Cuanto antes se acerque para el tramite, mejor. Buenas noches.
Los agentes de policía se fueron. El hombre no cerro la puerta. Se dio media vuelta.
  • ¿Que querían? - dijo su esposa.
El hombre levanto la cabeza. Su mujer todavía parecía asustada... Una lagrima surco el rostro del hombre...
  • "El peor... día... de mi vida..." - murmuro el hombre.
El hombre... sonrió. Levanto otra vez la mirada. Camino hacia su habitación.

La mujer lo miro extrañado. Lo miraba como si le estuviera buscando algo a su rostro. Levanto su brazo para detenerlo.
  • ¿Estas bien?
Sin previo aviso, el hombre cogió el cuchillo de la mesa y apuñalo a su mujer. La mujer grito fuerte al inicio, intentando apartar el arma blanca que le estaba perforando el pecho. El hombre tenia los ojos muy abiertos al momento de apuñalar a su esposa, como si estuviese mirando a la nada. Empezó a reírse como un desquiciado. Soltaba carcajadas de alto volumen, cada ves que el cuchillo atravesaba la piel de su esposa. La sangre salpicaba por todos lados, como si fueran chorros. Su esposa opuso resistencia pero no era rival para el hombre que alguna vez fue su amado. Lentamente, sucumbió al dolor y a la falta de sangre. 

El hombre parecía una bestia enferma. Daba igual que la sangre le salpicara en los labios, en los ojos, cerca de las fosas nasales, cerca de las pestañas... parecía que no le importaba. Ni parpadeaba. Daba tales puñaladas y tal era la demencia con la que actuaba, que empezó a desgarrar la carne de su esposa, ya no solo a apuñalarla. 

Una...

y otra...

y otra vez...

Sangre por todos lados...

El hombre no paraba de reír. Reía de una manera rara. Como si disfrutara y sufriera a la vez. Como si supiera lo que estaba haciendo... pero ello le provocaba risa.  Bañado en sangre, levanto la cabeza de una forma extraña, como si le costara. 

Había algo que lo había detenido. El hombre se había dado cuenta de algo y dejo de destrozar al cadáver de su esposa. Giro rápidamente el cuello, hacia atrás.

Mario, estupefacto y aterrorizado, contemplaba toda la escena desde el marco de la puerta. 

En el rostro del chico se podía reflejar una expresión de horror.

El hombre se puso en pie. Sonriendo, como si el chico le hubiera pillado haciendo algo simple, se limpio la sangre del rostro con una mano. Empezó a caminar hacia Mario.

La sangre que chorreaba de sus ropas iban formando un rastro en el suelo. Levanto el cuchillo ensangrentado y apunto a Mario, quien parecía a punto de desmayarse.
  • El peor... día de mi vida... - dijo Mario, tragando saliva.
El hombre le sonrió a Mario. Sin previo aviso, levanto el cuchillo... y se degolló el cuello.

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Finaliza en "Un lugar en mis sueños - FINAL"

Un lugar en mis sueños - Parte 3

"Había una vez... 2 locos en un viejo manicomio..."

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Un reloj marcaba la hora:

11:00 pm

Mario caminaba por un bosque... el de sus pensamientos. Pero lo veía diferente...
  • Hace tanto tiempo... - dijo Mario. - Hace tanto que no caminaba por aquí... Y no es buena señal...
Natalia lo esperaba cerca de un árbol. Lucia de una manea normal, humana...

Mario, nada mas verla, se llevo la mano a la cabeza. Un dolor punzante le atravesaba la sien.
  • ¿Que me pasa?
  • Lo que a cualquier hombre o mujer le pasaría en una situación como esta... Estas enloqueciendo. - dijo Natalia, mirándose las uñas.
Mario levanto un parpado, incrédulo.
  • Recuerdo... un bar. Recuerdo... comida... Recuerdo...
Mario levanto la vista. Pensó...
  • Recuerdo... recuerdo... - dijo Mario.
Las imágenes le llegaban a la cabeza de manera confusas. Como si lo que vivió lo estuviera creando en ese mismo momento...

Natalia abrió muchos los ojos, acercándose hacia el.
  • ¿¡Te acuerdas!? - dijo Natalia. Lucia excitada, lo que ocasiono que Mario retrocediera. - Oh, yo que tu no haría eso... Encuentro el pasado como un lugar horrible, lleno de trampas... Un lugar donde no te gustaría estar... - dijo Natalia. Se rió de una forma que erizaría los pelos de cualquiera. - ¡La memoria es tan traicionera con nosotros mismos! Y pensar que algunos creen que la controlan... ¡Nos traiciona y de que manera! Imagina... En un instante de tu vida, te encuentras perdido en un cumulo de sensaciones únicas: sensación de placer, de satisfacción, de alegría mutua... ¿No es bello recordar eso? Oh, si... - dijo Natalia, lamiéndose los labios. Empezó a caminar alrededor de Mario. - Pero en otros recuerdos... Estas en lugares infernales... donde los sentimientos son todo lo contrario: Dolor, ira, odio... Lugares donde la oscuridad y el frio traen al frente cosas que uno, perfectamente, querría esconder. La memoria, en resumen, puede llegar a ser tan vil, repulsiva y bruta... como los niños, supongo. - dijo Natalia. Soltó una sonora carcajada. - Pero, ¿podemos vivir sin ella, sin la memoria? La razón se sustenta en ella, tiene su origen en ella... No afrontar la memoria, negarla, pensar que evitando los malos recuerdos podremos controlarla... ¡Es negar la razón misma!... ¿Y entonces? ¿Porque la gente sigue evitando los malos recuerdos? ¿No se dan cuenta que están siendo irracionales? Pero siempre habrá alguien, algún valiente que pregunte: ¿Que nos obliga a ser racionales? ¿¡Acaso firmamos algún contrato donde nos especifique que hay que ser racionales!? - dijo Natalia, sarcásticamente. - ¡NO! Y aunque lo hayamos firmado... ¡No existe una clausura para la cordura! Por otra parte y esto lo debes saber mejor que nadie... Cuando mas indagas dentro de un desagradable bosque de recuerdos, mas te das cuenta del recorrido de lugares... de lugares de tu pasado, donde el grito se vuelve insoportable... donde el dolor representa algo tan real como fantasioso... donde las sensaciones "malas" se multiplican por mil... ¡Donde lloramos, deseamos y hasta rogamos por salir vivos de ella! Todo... todo eso... tiene una misma salida... Una salida que no vemos... ¿O no queremos ver? La salida de emergencia... es la locura. - dijo Natalia. Mario retrocedió. - Vamos, Mario... La gente solo necesita dar un paso hacia mi para poder cerrar todas las puertas de todas aquellas cosas horribles que alguna vez vivimos... Encerrarlas... para siempre...
Mario cerro los ojos por unos segundos. Las palabras de Natalia hacían que...
  • Natalia... Escúchame... - dijo Mario. Sentía que algo no iba bien.
Natalia se apoyo en un árbol, esperando. Sonrió como una niña.
  • Solo quiero hablar contigo. Siempre supe, desde que apareciste por primera vez en sueños... y sobre todo cuando tomaste forma aquella vez que me hablaste sobre la "oscuridad"... Sabia que tarde o temprano... íbamos a llegar a este punto. - explico Mario.
  • ¿Al final de la linea? Dudo mucho que después de esto, alguno de los dos viva... - dijo Natalia.
  • ¿Eh? - dijo Mario. Aquello no lo esperaba. Esperaba que el muera... pero ¿Natalia? - No... no quiero eso. Es decir... Somos tu y yo. Siempre supe que tu podrías matarme... o yo podría olvidar tu recuerdo... Pero lo mas lógico es que nos acabemos matando mutuamente, dado que si yo muero tu también desaparecerás como recuerdo... No quiero que eso pase. Por favor, y se que sonara ridículo porque ya te lo dije muchas veces, pero quiero que formes parte de mi como lo que fuiste siempre: un bello sueño. No una pesadilla... A día de hoy, deseo de todo corazón... que tomes un lugar en mis sueños... 
Natalia sonrió.
  • Tienes miedo... - dijo Natalia.
Mario sintió como su corazón pasaba de 70 a 180 pulsaciones.
  • ¡NO TENGO...! - empezó a gritar pero se dio cuenta que no valía la pena. Respiro hondo y dijo, de forma mas calmada. - No tengo miedo...
  • ¿Sabes algo, Mario? Ahora mismo... Yo estoy muriendo.
Mario levanto una ceja, incrédulo.
  • Si, aunque no te lo creas... Las 2 veces que nos "vimos"... bueno, digamoslo así: Gaste mi vida útil. Todo por un objetivo: "reunirnos para toda la eternidad". Pero cada intento que realice para poder pasar de un mero recuerdo a alguien lo suficientemente humano... me ha debilitado. Mas después de la ultima vez... Llore... dado que me iba a ir... Pero es cuando me di cuenta que no había intentado algo. Algo que viví por unos segundos, después de morir... Y los pocos minutos que me quedan de "vida" serán bien invertidos en realizar esa sensación. - dijo Natalia.
  • ¿Algo que viviste después de morir? No entiendo... - dijo Mario.
  • ¡Ups, casi me voy de la lengua! No te voy a decir cosas de mi pasado... Porque ya me lo dirás tu... - dijo Natalia.
Mario vio como el bosque quedaba en sombras, debido a la oscuridad.
  • Es la hora... Mario... - dijo Natalia.
  • No entiendo lo que quieres decir... No recuerdo la ultima vez que alguien vivió "algo" después de morir...
Natalia sonrió.
  • Lo siento pero...
  • ¡Vale! - grito Mario. - ¡Lo he intentado! ¡He intentado ser buena persona! ¡Reanuda tu táctica destructiva! Te venceré como las ultima dos veces...
Natalia sonrió aun mas. No parecía que le importaba lo que Mario le decía.
  • Dime algo, cariño... - dijo Natalia. - ¿Alguna vez has tenido...?
Natalia se dio la vuelta, dándole la espalda a Mario. Sonrió de forma grotesca.
  • ¿... un mal día?
  • ¿Y a que te refieres con eso? - dijo Mario.
Natalia sonrió.
  • Tu deberías saberlo mejor que nadie... - dijo Natalia.
Natalia, de niña, caminaba por una acera.
  • No existe nada tan cruel como el dolor de los recuerdos...
Natalia giraba su rostro, mirando 2 faros de coches que iban directos hacia ella.
  • Esa sensación de vértigo, sentir la comprensión en tu pecho, destrozandote... Sentir el grito, aullando en la sinapsis...
Natalia era atropellada por un coche, estampandole la cabeza en el asfalto.
  • Una fuerza imposible, insuperable... Ineludible, intangible, nada amigable...
Natalia, con las piernas debajo de un coche, yacía muerta en el asfalto, con la sangre emanandole de la cabeza.
  • A menos que...
Natalia, muerta... parpadeo... (#1)
  • ¡Busques consuelo en la locura!
El cuerpo de Natalia desprendió una luz cegadora, haciendo que Mario se tapara los ojos con las manos. Mario cayo de rodillas, adolorido por la luz y por la imagen de Natalia muerta.
  • Y entonces, Mario querido... Te das cuenta que toda tu vida se concentra en eso... En recuerdos. ¡Los que yo viví cuando la luz de la muerte vino hacia mi! ¿Recuerdas? La luz es el dolor, la oscuridad solo nos protege... ¡Todo empieza y termina en la oscuridad! En esos momentos que el coche me destrozaba, recordé absolutamente todo... ¡Incluso cosas del pasado que me formarían lo que soy ahora! Y recordar... mas que entristecerme... Me hizo enfurecer... Enloquecer... ¡Porque el odio te hace ver las cosas de la forma mas cruda y real que son!
Natalia le cogió de la barbilla a Mario. El chico resistía. No le miraba a los ojos.
  • Recuerda... - dijo Natalia.
Natalia extendió el brazo hacia Mario.

Mario, con las pupilas dilatadas, contemplo como Natalia moría, atropellada por el coche.

El chico cerro los ojos, pero supo que era peor.

Ya no estaba en el bosque, estaba mirando la escena del atropello desde una posición única y ¿privilegiada?
  • No... No quiero mirar... No quiero recordar.. - dijo Mario.
"¡Recuerda!"

Por mas que Mario girara el cuello, seguía viendo la escena en toma perfecta. Mario tembló al escuchar el frenazo del coche, casi se ahoga cuando escucho el sonido de la cabeza de Natalia estampandoce en la acera, casi vomita cuando la sangre empezó a emanar... 
  • ¡Basta! No quiero seguir mirando...
Mario veía la escena una y otra vez... Natalia moría, la gente se aglutinaba... Y vuelta a empezar. El chico cerraba los ojos y los volvía a abrir... Los ojos le iban de un lado a otro, enloquecidos...
  • Cuando tu vida sea miserable Mario... Cuando creas que solo te pueden pasar cosas malas... Cuando sufres golpes de terceros que son lo suficientemente cobardes para enfrentarte solo... Recuerda... ¡Recuerda! No te enfades, no te vengues, no hagas nada... ¡Excepto enloquecer! Enloquece, Mario... Veras como todo tiene sentido y nada podrá hacerte daño... ¿Como algo terrenal, algo lógico puede dañar a la locura, la máxima expresión de irracionalidad? ¡Nada podrá contigo! Ni siquiera el dolor de los recuerdos... 
Mario vivía la escena en carne y hueso. La gente lo acosaba preguntándole, Mario no sabia a donde mirar, intentaba escapar pero la gente no le dejaba pasar... El volumen de las voces le estaba reventando la cabeza... La imagen de Natalia muerta le humedecía los ojos, la desesperación le interfería el razonamiento... (#2)

Mario grito. Su otro yo, el niño que vio la muerte de Natalia, también grito. El primero lo hacia por desesperación y el segundo por dolor.

Mario cayo de bruces. El ruido de la experiencia todavía lo sentía en los oídos. Pese a estar nuevamente en el bosque, sentía con lujo de detalles la muerte de su antigua amiga...

Mario se sentía débil. Hace años que no se sentía así. Recordaba a la perfección la muerte de Natalia... pero nunca de esa manera, con tantos lujos de detalles. Era... como volver a vivirlo...
Mario se intento poner en pie.
  • Porque ahora viene lo mejor... - dijo Natalia.
Mario levanto la cabeza.

Natalia comenzó a caminar alrededor de Mario, quien se había quedado de rodillas al intentar ponerse en pie.
  • Si en tu mundo reina el caos, la desesperación, la agonía...
Mario empezó a ver delante de sus ojos una serie de imágenes. Recuerdos... Los ojos del chico iban de un lado a otro, desesperado...
  • Solo hay una cosa que debes hacer... ¡Enloquece! Así el mundo te mire extraño...
Mario lo vio. Un Mario de 11 años era golpeado por un grupo de chicos. Mario sintió el dolor de puños golpeando su cuerpo, sintió el miedo de morir, sintió la impotencia por la superioridad numérica...
  • ¡Enloquece! Así te sientas debilitado...
Mario intento cerrar los ojos, pero nuevamente le fue imposible.

Mario lo vio. Un Mario de 12 años lloraba desesperado, llamando a su madre mientras que un grupo de chicos y chicas se burlaban de el, haciéndole fotos con el móvil o gestos. Mario sintió como las lagrimas surcaban su rostro, pese a no llorar... Sintió el dolor físico, la humillación, las ganas de morirse...
  • ¡Sonríe! La señal que te estas volviendo loco...
Mario lo vio: Mario peleaba con su hermano mayor. Este lo derroto, dejándolo malherido en el suelo. 

Nuevamente, volvió a llorar... Mario sintió el dolor físico, las palabras de su hermano, la sensación de impotencia...
  • Y si la cosa se pone pesada... ¡Recuerda que siempre puedes recurrir a una celda acolchada!
Mario lo vio: Mario, con una venda en los ojos, es obligado a disparar un rifle de asalto. Al quitarse la venda, contempla horrorizado el cadáver de su amigo Leonardo. 

Mario sintió el olor a sangre, a pólvora, la sensación de haber matado a su amigo... Sintió, por unos breves segundos, la sensación de mirar directamente a los ojos muertos de Leonardo...
  • ¿Vida, desesperación y agonía? ¡¡Es mejor una camisa de fuerza y 2 inyecciones por día!!
Mario lo vio: GCinthia era golpeada por unos vándalos. Mario contemplo la sangre de la chica en sus dedos.

Mario escucho, nuevamente, el grito de dolor de GCinthia, el calor de la sangre en sus dedos, la ira que le corrompía la mente...
  • Si la gente se preocupa, si la gente te ataca... ¡No recurras a una tangente!
Mario lo vio: Dominique era asesinado delante de sus ojos.
  • ¡¡No saben lo bueno que estar demente!!
Mario grito. Grito como nunca lo hizo. Volvía a escuchar los sonidos y sensaciones que le marcaron en fuego el significado de dolor, de horror, de tristeza...

Alucinaciones...

Mario, armado, disparaba contra Leonardo, cuyo cadáver caía al suelo. Pero el chico lo miraba directamente a los ojos... Pestañeo... Mario se erguía de un coche, disparando una ráfaga contra un Dominique indefenso, matándolo... Pestañeo... Mario golpeaba a un chico de 11 años obeso, haciéndole sangrar... Pestañeo... Mario golpeaba a GCinthia, haciéndole sangrar y tumbándola al piso... Pestañeo... Un grupo de Marios se burlaban de un chico obeso de 12 años, que lloraba llamando a su madre... Pestañeo... Mario golpeaba a un Mario joven, quien caía al suelo malherido y comenzaba a llorar...
  • ¡¡¡BASTA!!! - grito Mario.
Cayo de rodillas.

Desesperado, Mario levanto la vista. Los ojos le iban de un lado para otro, enloquecido...

Mario cogía el cadáver de Leonardo en brazos... Pestañeo... Mario sostenía el cadáver de Dominique... GCinthia lloraba en esa escena... Pestañeo... Mario estaba delante de un chico obeso de 11 años, que sufría el dolor de los golpes que había recibido... Un sonido de quejidos y "¿Porque os metéis conmigo?"... Pestañeo... Mario contemplaba sus dedos... la sangre de GCinthia estaba en sus yemas... Pestañeo... Mario levantaba un móvil y enfocaba a un niño obeso de 12 años quien gritaba: "¡Mama! ¿¡Donde estas mama!?"... Pestañeo... Mario contemplaba a su hermano Diego como golpeaba a un Mario mas joven, a la ves que le gritaba: ¡Fracasado!
  • ¡¡¡¡BASTA!!!! - bramo Mario.
Sentía dolor, sentía pena, sentía miedo... Las lagrimas empezaban a aflorar de sus ojos...

Mario grito. Grito como si los huesos le ardieran, como si le tocaran con un hierro al rojo vivo...

Se toco la cabeza con ambas manos... le iba a estallar en cualquier momento...

Mario cayo al suelo, se revolcaba a la vez que se sujetaba la cabeza con ambas manos...

Empezaba a delirar...

Mario asesinaba a GCinthia... Pestañeo... Mario asesinaba a su hermano... Pestañeo... Mario asesinaba a un chico obeso de 11 años...
  • ¡¡Basta!! ¡¡Por favor!! ¡¡QUE PARE!!!
No podía pensar, no podía razonar... Sentía el peso de un arma en sus manos, sentía el peso de cuerpos inertes entre sus brazos, sentía los nudillos lastimados, sentía dolor en su cuerpo, sentía las lagrimas, el nudo en la garganta...

Mario, de rodillas, con ambas manos sujetándose la cabeza... miraba a todos lados, con los ojos yendo de un lado a otro... mientras que las imágenes giraban alrededor de su cabeza. El chico grito y grito... pero nadie le iba a escuchar...
  • Recuerda... la única salida es...
Los recuerdos parecían un espectáculo de luces. No eran nada agradables...

Mario dejo de gritar.

Silencio...

Con un gesto flemático, Mario se cogió la cabeza con mas fuerza.

Los labios le temblaron.

Mario sonrió débilmente. No era una sonrisa agradable.

Las imágenes seguían girándole alrededor de la cabeza.
  • Ja... - murmuro Mario, sonriendo.
Bajo ambas manos.
  • Ja ja... - dijo Mario. Se miraba las manos con la mirada perdida.
Una sonrisa aun mas llamativa se dibujo en el rostro de Mario.

Mario comenzó a reír. Rió y rió...

Rió como nunca lo hizo. De una forma extraña y sádica... Mezcla entre risa y lloro...

Mario reía... con lagrimas surcándole las mejillas...

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Natalia, de pie a lo lejos, observaba a Mario. Los ojos se le humedecían. De pronto, se llevo la mano al pecho. Su cuerpo, solido hasta ese momento, empezaba a difuminarse, lentamente. 

Natalia derramo una lagrima. (#3)
  • El peor día de mi vida...(#4)
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(#1, #2, #3, #4)

sábado, 28 de diciembre de 2013

Un lugar en mis sueños - Parte 2

Un reloj marcaba la hora.

10: 59 pm.

En un lúgubre, oscuro y mugroso bar, Mario estaba sentado en un taburete, con la cabeza agachada. Sentado cerca de la barra, el chico dormitaba como si se hubiera quedado dormido de pronto. La cabeza le tambaleaba, como si fuera a desplomarse de un momento a otro.

Pero no lo hacia. De hecho, empezaba a fruncir el ceño, por lo que parecía que iba a despertar.

Mario abrió los ojos.

Mario estaba sentado cerca de la barra. Pero no estaba solo. Desde su punto de vista, veía varias cosas. La mas llamativa era una mujer enfrente suyo, que estaba detrás de la barra. Pero solo le podía ver la parte del vientre. Parecía que lo estaba mirando solamente a el.

Mario también se dio cuenta que tenia comida en la barra. En su mano izquierda tenia un trozo de pan. En su derecha, tenia una botella de vino casi vacía. Delante suyo, 2 platos, uno mas grande que el otro. Un plato con un jugoso filete y un pequeño plato con un dulce de nata.

Mario, sin pensarlo, le pego un mordisco al trozo de pan.

El pan abre el banquete de la vida...

Mario giro el cuello hacia la derecha. ¿Había mas personas en la estancia... o solo eran sombras? Parecían personas, ya que el chico escuchaba sonidos de cristales, pasos, etc. Pero no podía distinguir si eran personas.

Mario pestañeo. Ya no tenia el trozo de pan en su mano izquierda.

Mario, quien empezó a ver borroso la estancia, se apresuro a comer el jugoso filete que tenia delante suyo. El paladar se le hizo agua cuando el trozo entro a su boca pero al momento de morderlo, se sintió raro. ¿Porque tenia la sensación que no comía nada?

Carne para disfrutar del tiempo que nos hes dado...

Mario sintió un shock débil. Dejo los cubiertos y empezó a mirar el suelo. Había sentido vértigo. Pero... ¿Como si estaba sentado y quieto? Aquel lúgubre bar le traía recuerdos... Algo relacionado con su niñez... Pero también le traía recuerdos de su juventud... O su adultez... ¿O eran todos meros Deja vu?

Sin previo aviso, cuando Mario levanto la cabeza, vio que el plato del filete estaba completamente vacío.

Mario sintió una corriente de aire. Le llegaba como si acabaran de abrir la puerta. Pero nadie parecía haber hecho eso.

Mario se apresuro a comer el dulce que estaba en la barra.

Un postre para los años venideros...

"Siempre supe que eras especial..."

Mario negó con la cabeza. Le estaba costando conectar sus ideas. Había algo en la estancia que le hacia sentir nostalgia.

Empezó a "alucinar". Escuchaba risas de niños, voz de una mujer que Mario conocía perfectamente... Risa de una joven adolescente... Sonidos huecos... Sonido de alguien desgarrando la piel con un cuchillo...

Una corriente de aire apago una vela que estaba cerca de Mario, haciendo que la estancia se quedara un poco mas oscura. Cuando Mario volvió a levantar la vista, vio que todo lucia con media sombra, debido a la oscuridad.

El chico empezó a temblar. El plato con el dulce estaba vacío. Mario no recordaba haber probado mas que un bocado.

Mario levanto su mano derecha y bebió de la botella de vino que tenia. Bebió hasta terminar la botella.

Mario se sintió mal. Sin previo aviso, la botella resbalo de sus manos, cayendo al piso. Se hizo añicos nada mas tocar el suelo, rompiéndose en mil pedazos. Un especie de humo blanco salio de entre los cristales.

Un ultimo trago de vino y la botella se rompe... Devolviendonos al polvo de donde venimos...

Sorprendido y asustado, Mario intento conectar sus ideas, dado que empezaba a sospechar quien estaba haciendo todo eso. Pero no podía... no debía...
  • Hola, Mario... - dijo Natalia.
Mario levanto la mirada, de golpe y sin avisar. Sus ojos parecían haber sufrido malos momentos... o al menos eso daba a entender su dura mirada. 
  • Unos ojos endurecidos por los traumas y las desgracias de su pasado... - dijo Natalia.
Mario parpadeaba con mas rapidez que la normal. ¿Porque estaba mirando al vacío? Debía de ver a Natalia...
  • ¿Estaba todo como deseaste? - dijo Natalia, recogiendo los platos.
Mario, por algún extraño motivo, no veía a Natalia. La veía en ciertos momentos, ya que su mirada se clavaba en cualquier sitio menos en ella. Solo podía verle ciertos bordes de su piel o de su cabello...
  • ¿Donde... donde estoy? - balbuceo Mario. En su voz se denotaba mucha debilidad. Y cansancio...
  • ¿Donde? Es lo de menos... Quizá deberías preguntar... "¿Porque estoy aquí?"... Seria lo mas lógico... - dijo Natalia.
Mario cerro los ojos y apoyo la cabeza en ambas manos, descansando la vista que se le había "recalentado" de tanto mirar sin parpadear. 
  • Natalia... - dijo Mario.
  • Shh... - dijo Natalia. - No hables... no gastes fuerzas... 
Mario abrió los ojos. 
  • Por lo que veo, no recuerdas nada de nada... - dijo Natalia. Su voz parecía impaciente.
  • Debo... ¿Debo recordar alg...? - dijo Mario, con apenas fuerzas.
  • Oh, yo que tu no lo haría... Encuentro los recuerdos algo...inquietantes. - dijo Natalia. - ¿Sabes porque la gente le tiene tanto miedo? ¿Es volver a vivir ciertos acontecimientos? Puede que si... puede que no. En realidad, es el miedo de la experimentación... Solo la experimentación, nada de volver a vivir... Experimentar esa sensación de miedo o temor... otra ves. ¡Aun sabiendo que esa sensación terminara y volveremos a ser libres! Aun así... le tenemos miedo. ¡Y hacemos bien en tenerle miedo! ¿Sabes que nuestro cerebro, por muy normal que sea, puede engañarnos hasta la locura? Y los recuerdos... son una peligrosa arma de doble filo. Es como el fuego, para que me entiendas. ¡¡Imagina que recordamos un hecho... pero esta ves no podamos escapar!! Eso basta para que un hombre enloquezca... Y eso... es lo que haré contigo, Mario...
Mario, asustado, miro hacia la derecha.
  • ¿Que...? - balbuceo Mario.
  • Imagina... volver a vivir los peores momentos de tu vida. Nuevamente... Revivir el dolor, el sufrimiento, el miedo, el vértigo, la adrenalina... Volver a cometer el mismo error, sabiendo el resultado de ese error... Pero con la condición... que esta vez no escaparas ni podrás cambiar nada para solucionarlo. Y aun en el hipotético caso que puedas escapar o creas hacerlo, lo volverás a revivir una y otra vez. Es decir, querido... Estarás atrapado en un bucle interminable... ¿Lo mejor de todo? Que solo son recuerdos... ¡La forma de destruirte, la forma de enloquecer a un hombre... no es real!
Mario empezó a levantar la mirada.
  • ¿Y como se supone que saldré de esta? - dijo Mario.
  • Oh, lo sabrás cuando llegue el momento. Solo recuerda esta frase: "Cuando la realidad se imponga y no haya escapatoria... la locura... es la salida de emergencia"
Mario sucumbió en oscuridad, con la risa de una mujer rompiéndole los oidos.

Continua en "Un lugar en mis sueños - Parte 3"

Un lugar en mis sueños - Parte 1

Mario, tambaleándose, caminaba por un bosque. El sonido de los coches le perforaban el cerebro. Las luces, el aire cargado, el viento... El chico miro su reloj:

08:00 pm.

Sin previo aviso, Mario cayo al suelo. Se sentía raro... se sentía extraño. Se sentía... cansado. Pero era un cansancio que ya había sentido alguna vez pasada...
  • Y allí vamos otra vez...
Mario levanto la mirada. Natalia estaba enfrente de el.
  • Porque...
Mario negó con la cabeza. No había nadie enfrente de el.
  • ¿Por que?
Mario se tapo la cara con ambas manos. No debía de caer en su juego...
  • Para, para Mario... Eso es lo que ella quiere. Hace poco que la vencí por segunda vez... Ella en estos momentos se encuentra muy débil... No puede herirme... No lo va a hacer... No tiene con que atacarme... Primero lo hizo con la oscuridad, ese ridículo ritual que su padre le obligo a participar... Después con una estúpida reflexión sobre la ira...
Mario extrajo su móvil del bolsillo. Miro la fecha y hora, nuevamente.

08:15 pm. 22 de Abril.
  • ¿22 de Abril? - dijo Mario. - Es un año mas desde que murió...
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Natalia levanto la cabeza. Sintió un ráfaga de viento.

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Mario se sintió raro. Volvió a mirar la pantalla de su móvil.

Estaba apagado. Pero el cristal de la pantalla reflejaba a alguien.

Mario levanto la vista preocupado.
  • No... Imposible. Debo estar alucinando.
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Natalia, sentada, se limpio las lagrimas. Acababa de recibir una ráfaga de viento.
  • ¿Porque he fracasado? La primera vez, ataque a Mario con la oscuridad. Debía de aceptarla, de comprender que la muerte no era nuestra enemiga. Pero pudo con ella. 
Natalia se limpio mas lagrimas.
  • Luego ataque lo mas hondo de su ser... y tampoco. Su cerebro volvió a salvarlo. ¿¡PORQUE!? El odio, lo que origino su vida, no fue suficiente para hacer que sucumba... Pudo enfrentarse a "si mismo". 
Natalia siguió llorando.
  • ¿Que mas debo hacer? 
Natalia levanto la mirada.
  • ¿A que vino esa ráfaga de viento? Mario recordó que hoy se cumple un año mas de mi muerte...
Natalia abrió mucho sus ojos de muerta.
  • No puede ser...
Natalia comenzó a sonreír.
  • ¿Como he podido ser tan estúpida?
Natalia se puso en pie y echo a correr.

Se detuvo.
  • Mario...
Natalia comenzó a reír. Saltaba, trotaba...
  • No hay nada tan cruel como los recuerdos...
Natalia sonrió aun mas.
  • Recuerdo... haber "conocido" a Mario el día que morí...
Natalia salto de alegría.
  • El 22 de abril, por fin encuentro a alguien que cambio mi vida. Y sentí, de algún modo, que ya no me conocía a mi misma. Conocí... la verdadera naturaleza de alguien que yo pensaba que era todo lo contrario. Conocí la cobardía de Mario... ¡Es curioso como un encuentro como ese puede destrozar tu pasado! Deformar los recuerdos y tu personalidad, hasta poner en entredicho tu mera identidad. Tu mera cordura... Y al percatarte de la necesidad de cuanto vives, la risa de la demencia reverbera en las paredes de tu propia vaciedad. La risa que me provoco el saber que estaba muerta... Y saber que me iba, cada vez mas cerca de la oscuridad... Pero esa risa solo me dio fuerza y me hizo sentir... algo. Ese algo... Mario debía de probarlo. Y hoy, es mi ultima oportunidad para hacerlo...
Natalia cerro los ojos.
  • Que empiece... entonces...
Abrió los ojos.

Natalia empezó a correr hacia el horizonte...

Continua en "Un lugar en mis sueños - Parte 2"

Un lugar en mis sueños - Prologo

En un oscuro y mugroso bar, la gente charlaba y murmuraba cosas. Gente ataviada con ropas de invierno reía, chocaba los vasos que bebían entre si, algunos dormitaban... y otros, como el hombre que estaba en la barra, bebían con la mirada clavada en el suelo. El hombre apoyaba sus brazos en la barra y movía la cabeza de vez en cuando.

El hombre apuro su vaso y lo golpeo suavemente contra la madera de la barra. Dijo:
  • Pon me otra...
La camarera, quien limpiaba un vaso de cristal con un mugriento trapo, lo miro de mala manera.
  • Me has pedido un refresco... pero no te lo has bebido. Esta alli, mosqueándose... Hasta ahora, me has pedido 3 vasos de agua del grifo. Te los he dado sin rechistar... ¿Porque no te bebes tu maldito refresco?
El hombre la miro con normalidad.
  • Pon me... otra... - dijo, sin levantar la voz.
La camarera, echando chispas, cogió el vaso del hombre y lo lleno de agua hasta la mitad. Se lo dio de mala manera.

El hombre vio el vaso medio lleno. Se encogió de hombros...
  • Llénalo... - dijo el hombre, esperando respuesta.
  • Es la ultima que te pongo. Si no quieres beber tu refresco, ¿para que coño lo pides?
El hombre se irguió, sonriendo.
  • Mira, cariño... ¿No has escuchado la frase de "El cliente siempre tiene la razón"? Independientemente si la has escuchado o no... ¿Que tal si me sirves el vaso y cierras el pico? - dijo el hombre, dispuesto a tomar su vaso con agua.
La camarera cogió el vaso con agua y se lo tiro en la cara al hombre.
  • ¿¡Y que tal si te largas de mi bar!? - dijo la camarera, echando chispas.
Todas las personas que estaban allí dejaron de hacer lo que estaban haciendo y vieron como la camarera pegaba el grito en el cielo. El hombre, quien había puesto un gesto de inocencia, se encogió de hombros. Retrocedió, medio aturdido. Parecía un niño que había estado jugando con un jarrón y ahora ese jarrón se había roto y el niño se sentía culpable.
  • ¿Y a donde voy a estas horas? - dijo el hombre.
Tambaleándose, el hombre se dirigió hacia la salida. Sentía que las miradas de la gente que estaban en la barra seguían clavadas en su espalda... pero no le importo. Si le importo cuando un tipo ataviado en un grueso abrigo se le acerco y le bloqueo el paso.
  • Aquí no queremos graciositos... ¿No has escuchado a la señorita? - dijo el hombre del abrigo, muy seriamente.
El hombre, quien lo miro, solo frunció el ceño y siguió hacia adelante, golpeándolo en el hombro al pasar.
  • ¡Ey! - grito el hombre del abrigo, poniéndose violento. - ¡Te ha dicho que te larg...!
Fue algo rápido. El hombre del abrigo intento coger al hombre por la espalda pero este reacciono rápidamente. De un giro de 180°, el hombre le torció el brazo al hombre del abrigo, haciendo que grite de dolor. Acto seguido, le tumbo el torso en una mesa, cogió una botella que había allí y...

CRASH

Todo el mundo aparto la mirada un segundo. Cuando volvieron a mirar, se dieron cuenta que el hombre había roto la botella en el borde de la mesa, mas no en la cabeza del hombre del abrigo. Este ultimo parecía asustado.

Mario levanto la mirada. Se dio cuenta que todos lo miraban, algunos asustados, otros con fiereza.

Mario metió su mano dentro de su abrigo, asustando a la mayoría. Extrajo una cartera, la abrió, saco unos billetes, los dejo sobre la mesa y dijo, mirando a la camarera:
  • Por las molestias... - dijo Mario, dando media vuelta y saliendo del bar.
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Natalia yacía en el suelo de un bosque, caída en desgracia. Lloraba...
  • Me muero... Me debilito cada segundo que pasa... Me muero... otra vez...
Levanto su rostro de muerta. Cuenca de los ojos vacías  cabeza destrozada en la sien derecha, abundante sangre...
  • Debe morir... por sus propios medios... Pero nada de lo que he hecho hasta ahora ha funcionado...
Natalia empezó a llorar.
  • Ni la oscuridad...
Natalia se puso en pie.
  • Ni su odio...
Natalia se enfureció.
  • ¡He intentado que se de cuenta de la culpa que posee! ¡Lo único que he hecho es ser amable con el y mostrarle el único camino para limpiar su conciencia!
Natalia sonrió.
  • La muerte...
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"Un mal día... la barrera que separa la cordura de la demencia..." - El Joker ("Batman: The Killing Joke")


viernes, 27 de diciembre de 2013

De Madrid, al cielo (MARIO) - El "genocidio" blanco

(NOTA DEL AUTOR: En los videojuegos GTA IV y GTA V, hay ciertos personajes que aparecen de forma aleatoria en las ciudades de Liberty City o Los Santos. Estos no hacen mas que encargar misiones simples, siempre con una pequeña historia detrás. He aquí el origen de esta pequeña saga de historias.)

Mario caminaba en plena Gran Via, por la calle Libreros. Comiendo su clásico bocadillo, miraba a la gente ir y venir. A veces, chocaba con alguien, se disculpaba y seguía su camino. El día pintaba bien, fresco y mezclado con un sol y un cielo de colores puros.

En la acera donde caminaba Mario, a lo lejos, había una mujer que hablaba y repartía folletos a la gente. Mario, quien se había apoyado en una de las estanterías de una agencia de viajes, miraba como la mujer era recibida por algunos y repudiado por otros, llegando a gritarse por breves momentos. Interesado en ello, Mario se termino el bocadillo y se acerco hacia ella.

Era una mujer joven, de unos 20 o 25 años. Rubia, de piel pálida y vestida de manera simple (una camiseta blanca y un vaquero). Hablaba de una manera rápida. En medio de su camiseta blanca, tenia el dibujo de un animal.
  • ¡Denunciemos el genocidio blanco! - grito la mujer.
Mario, quien se acercaba hacia ella, se quedo quieto. ¿Que había oído? Se intereso mas por ella.
  • Hola... - dijo Mario, saludando y acercándose hacia ella. - Te he visto desde lejos y he pensado: Quizá esta chica tiene algo interesante que decir...
La mujer miro a Mario. El contraste entre ambos era evidente. Mientras Mario era moreno, alto y ancho... la mujer era blanca, delgada y estatura promedio. Sonrió cuando Mario se le acerco.
  • Buenos dias, caballero. Pues si, soy una defensora de un acontecimiento que lleva años ocurriendo y nadie se ha preocupado en defender o... denunciar. Claro esta, me refiero a la desaparición de la raza blanca, de su extinción, de su "mezcla" con otras razas, muchas veces "obligada" por una sociedad hipócrita. Me refiero... al genocidio blanco. - dijo la mujer.
Mario, quien habia escuchado todo eso con un gesto flematico, levanto una ceja.
  • ¿Como así? - dijo Mario, intentando escuchar bien a la mujer.
  • ¿Como se llama usted, caballero? - dijo la mujer.
  • Yo me llamo Mario... - dijo Mario, levantando la mano.
  • Yo soy Iberia, denunciante del genocidio blanco. - dijo la mujer, hinchando el pecho.
  • ¿Iberia? ¿Como la compañía de aviones? - dijo Mario, riendo. Al ver la cara de piedra de la mujer, enmudeció. - Perdon, era una broma...
  • ¡No me importa que bromees con mi nombre! Me importa mas que bromees con la gente de mi raza... o con su desaparición... - dijo la mujer, tranquilamente. - Espero que no lo hagas.
Mario levanto aun mas la ceja que tenia levantada.
  • Claro que no... solo que me es un poco raro. - dijo Mario.
  • ¿Raro? ¿Crees que es raro denunciar los atropellos que la sociedad y la globalizacion ha hecho a mi raza? Debemos defender a la raza blanca, evitar su desaparicion y para eso necesitamos gente... gente que luche por ella. He alli donde usted nos puede ayudar, señor Mario. - dijo Iberia.
La mujer le dio un folleto a Mario. El chico empezo a ojearlo, haciendo gestos de incredulidad.
  • ¿No crees que exageras un poco con lo del genocidio blanco? - dijo Mario. - Es decir, la raza blanca...
Iberia fruncio el ceño.
  • Cuando las miles de asociaciones que denuncian el genocidio tibetano, el genocidio aborigen australiano o el indigena en Sudamerica ofrecen entrevistas... ¿Se cuestiona si exageran? La gente que dice que lo anterior es normal y hasta mejor que denunciar el genocidio blanco... ¡Son antiblancos! - dijo Iberia.
Mario agacho la cabeza, leyendo el folleto. O al menos, fingiendolo...
  • ¿Antiblancos? Osea que... la gente de piel blanca... Perdon, "raza" blanca... que decida mezclar su sangre... ¿Son antiblancos? Hay algo que se llama decision propia. Por ejemplo, conozco amigos que sus padres se enamoraron y eran de "razas" distintas... ¿Es los convierte en antiblancos? - dijo Mario.
  • Son antiblancos... ¿Y sabes porque? Porque solo en los países de raza blanca, la sociedad casi EXIGE que nos mezclemos con otras razas. Si te fijas en la segunda hoja del folleto, veras que nadie protesta ni dice nada sobre África o Asia. En esos continentes, siguen siendo Africanos y Asiáticos, siguen siendo puros... pero en nuestro país, por culpa de atrocidades que cometieron los padres de tus amigos, cada vez habrá menos blancos. ¡Stop Genocidio Blanco! - djo Iberia, levantando poco a poco la voz.
Mario se volvio a interesar en el folleto.
  • ¿Pero como puedes estar tan segura de que eres blanca? Perdon... "raza" blanca. Es decir... ¿Sabes que para los nórdicos, los españoles no son blancos? - dijo Mario. - Los moros estuvieron casi 800 años en la peninsula ibérica... Alguno se habra mezclado con los antiguos hispanos...
  • Los tibetanos tampoco consideran tibetanos a la gente que denuncia su genocidio. ¿Porque entonces no hacemos lo mismo con la raza blanca? - dijo Iberia.
Mario paso de hoja, fijandose en lo colorido que era el folleto.
  • ¿Que hay de malo en la "globalizacion"? Yo soy sudamericano y alla, en sudamerica, la gente "blanca" vino en épocas de crisis y hubo un claro mestizaje... Chile, Uruguay, Argentina... ¡Argentina y Chile son los mejores ejemplos! Bueno, Chile es ejemplo también para "Como NO se debe hablar el español"... Pero, ese es otro tema. - dijo Mario, sonriendo. - En Argentina, la mayoria son de piel blancas, genes europeos, etc. Su raza autoctona quedo practicamente aniquilada...
Iberia levanto una ceja.
  • "Globalizacion" es un eufemismo para el genocidio blanco. ¿Porque solo se exige que sean mas diversos los paises y la gente blanca? No veo que nadie proteste cuando en Africa siguen siendo negros desde hace miles de años...
Mario sonrio. Empezo a juguetear con el folleto.
  • ¿Sabes, Iberia? Hace poco, curioseando un poco en Youtube, vi un video donde un conocido "neonazi" acudio a un programa de television para demostrar sus raices blancas y... bueno, le dieron la noticia que tenia raices negras. - dijo Mario, sonriendo.
Iberia levanto ambas cejas.
  • Hay muchos blancos defensores de los derechos de la gente indigena o australianos. Incluso hay blancos defendiendo los derechos de africanos... pero segun la logica que me estas dando... ¿Se exige pureza racial para defender los derechos de los blancos? Eso son argumentos antiblancos absurdos, no tienen credibilidad... ¡"Antirracista" es una palabra en clave para antiblanco! - dijo Iberia.
Mario asintio con la cabeza, incredulo. 
  • ¿Y que me dices de Nelson Mandela? Fue un hombre que amisto a dos razas que parecian imposibles... Y... - dijo Mario, pero fue interrumpido.
  • Mandela fue un genocida antiblanco. - dijo Iberia, tajantemente. - Entiendo que la gente comun, ignorante, alabe a ese psicopata... que apoyen crimenes contra mi raza... ¡Pero el grupo terrorista de Mandela tambien mato a negros que se oponian a los designios del enfermo de su lider! Mandela uso una tecnica de tortura conocida como "necklacing"... O como se entiende: Quemarlos vivos con un neumatico en el cuello... ¡De hecho, tengo una foto aqui! - dijo Iberia, cogiendo el folleto que Mario tenia en sus manos y abriendo la ultima hoja.
  • ¡"Joly shet"! - dijo Mario.


Mario levanto la cabeza. Miro a Iberia, quien lo miraba como si esperara confirmacion de lo que decia.
  • Pero, Iberia... - empezo a decir Mario. - ¿Tu sabes que todos los haplogrupos de ADN provienen del hombre negro?
Iberia recibio esa info como un insulto.
  • ¿Cree usted, señor Mario, que las teorias antiblancas conspiranoicas permiten justificar el genocidio de mi raza?
Mario echo la cabeza hacia atras. Se fijo en el dibujo que tenia Iberia en la camiseta.
  • ¿Ese animal que tienes en tu camiseta... no es un "husky"? - dijo Mario.
Iberia agacho la vista. Levanto la cabeza, sonriendo.
  • Si, mi animal favorito. 
  • ¿Sabes que los huskys tienen los ojos de diferente color, no? Eso es porque se mezclaron con otras razas descendientes del lobo. - dijo Mario, sonriendo.
Iberia volvio a fruncir el ceño.
  • ¿Acaso cree, señor Mario, que el color de ojos de un perro puede justificar la desaparicion de la raza blanca? Eso es el tipico argumento de un antiblanco...
Mario recibio la respuesta como una ironia.
  • En primer lugar, no existen huskys que tengan los dos ojos marrones. En todo caso los tendran los dos azules o azul y marron. - dijo Mario.
  • ¡FALSO! - dijo Iberia, sonriendo por primera ves. - Deje que busque un momento en mi movil...
Iberia extrajo un movil inteligente y empezo a teclear. Sonrio y le mostro una pagina de internet a Mario.
  • Extraido de Wikipedia, señor Mario... - dijo Iberia.
Mario se inclino hacia adelante. 

"Mmm... Esta informada la cabrona." - penso Mario.
  • Iberia... Te estoy danto datos un poco cientificos y algun que otro antropologicos... ¿Porque no haces lo mismo? - dijo Mario.
  • Se equivoca, señor Mario. - dijo Iberia. - La gente antiblanca estan tan enfermos que creen que sus absurdas teorias justifican el genocidio de mi raza. Y en esa locura, tratan de que los blancos demos explicaciones de nuestro derecho a existir. ¿Acaso cree que solo un blanco puede estar en contra del genocidio blanco? Podria decirle un buen numero de personas con la que debatir sobre antropologia... pero yo solo me dedico a denunciar la desaparición de la raza blanca, no a debatir ni teorizar sobre pureza racial.
Mario sonrio, guardandose el folleto.
  • Iberia, me tengo que ir sinceramente. Pero antes debo preguntarte algo: ¿Cuando abriste los ojos y te diste cuenta lo del genocidio blanco? - dijo Mario.
  • Siempre he sido consciente del genocidio de mi raza. - empezó a decir Iberia. - Pero no lo empece a considerar como tal hasta que lei una petición en la pagina web de la Casa Blanca hacia poco mas de un año. En ella, se exponía una declaración de los derechos de los blancos que están siendo vulnerados en TODOS los países blancos y SOLO en los países blancos. Y que, debido a la inmigracion masiva y a la asimilacion forzada, la existencia de los blancos se ve en peligro. - Iberia tomo una pausa. - Empece a observar que ese mensaje la gente lo rechazo y niega tal genocidio. Por eso mismo doy credito al contenido de la peticion. La misma idea extrapolada a cualquier raza, SI es considerada genocidio segun lo recoge el Derecho Internacional, pero a los blancos no se nos permite denunciar nuestro propio genocidio. Los propios blancos acusan de ser un "nazi" o un "racista" al que este en contra del genocidio blanco.
Mario iba a decir algo cuando Iberia se le adelanto.
  • ¡No soy para nada racista! - dijo Iberia. - De hecho, a usted que se ha interesado en lo que tengo que decir... me hace pensar muy bien acerca de usted. De hecho, eso era lo que le queria pedir...
Mario, quien todavia la boca abierta listo para decir algo, la cerro. Escucho.
  • Me gustaria que formara parte de nuestra manifestacion el 20 de Enero. Seria ideal verlo entre nuestras filas. - dijo Iberia. - Multiples razas puras defendiendo el gonocidio de la mia. Seria... "ideal".
Mario, quien todo el rato, tenia un gesto de incredulidad... asintio.
  • Pero dejamelo pensarlo mientras almuerzo, ¿vale? - dijo Mario. - Quiza convenza a algun amigo de venir conmigo...
  • Eso seria genial, señor Mario. Yo me quedare aqui, informando a la gente.
  • Guau... Suerte en ello, entonces... - dijo Mario.
Mario se dio media vuelta, a la ves que Iberia empezaba a hablar en voz alta. Con el folleto en las manos, sonrio.
  • De los cinco millones de habitantes que hay en Madrid...
Mario se alejo, bajo un sol resplandeciente.