(Esta historia pertenece a la saga del Barman - Saga Original)
Eran las 12 de la noche cuando David llego hasta la casa de Úrsula. La chica le había mandado un SMS para que se reunieran en su casa. David se había planteado no ir porque tenia la fiesta de su universidad, que celebraban que habían sobrevivido al primer año. David caminaba por las calles cuando se dio cuenta de que estaban todas muy silenciosas. Pero era medianoche, así que el chico sonrió y acelero el paso.
Tras subir toda la gran calle, llego hasta la casa de su amiga.
- Espero que lo que Úrsula me ha dicho sea importante. No quiero perderme las fiestas por algo que quizá no valga la pena… — pensó David y toco el timbre de la puerta.
Úrsula contesto. Parecía que estaba un poco nerviosa. David le bromeo sobre si se estaba cambiando de ropa y aun no se decidía con cual ir. La chica soltó una pequeña risa nerviosa y le abrió la puerta.
David cruzo la sala, que estaba muy ordenada y subió las escaleras. Cuando llego al segundo piso, se dio cuenta de que un olor llegaba hasta sus fosas nasales. David se pregunto que era ese olor y de donde provenía. Siguió el tufillo… y acabo deteniéndose en la habitación de Úrsula.
- Pensé que solo los chicos usábamos ambientadores para las habitaciones. Esta claro que nosotros desprendemos… un olor corporal mas fuerte… pero las chicas no creo que también lo hagan ¿o si?
David rio, pues se imagino que quizá Úrsula tenia un pequeño “defecto” en los pies, ya que es la parte que David nunca vio y ella nunca se quitaba las zapatillas cuando venía a casa.
- Buah. Si aguante a Carlos aquella vez de la acampada, no creo que me pase nada esta vez…
David entro en la habitación. Estaba distinta a como el lo había visto las veces anteriores. Ordenada, limpia, con muebles nuevos. Una gran cama adoselada arrinconada contra la pared izquierda de donde estaba David. Un tocador exactamente al lado de la puerta. Una pequeña mesa arrinconada contra la pared de la derecha. En medio de la cama y la mesa, una ventana.
Úrsula yacía arrodillada en la cama. Pero no estaba muy normal que digamos. Estaba casi desnuda. Llevaba unas bragas rosa, que se podían ver a través del albornoz de seda rosa que llevaba encima. La chica esta guapísima, quizá debido al maquillaje. El olor que David había sentido se debía a una sustancia que se estaba quemando en el tocador. La chica lo miro. David se sintió un poco incomodo.
- Siento haberte molestado si estabas… haciendo… algo. — dijo David, enfatizando la ultima palabra.
- No estaba haciendo nada. — dijo Úrsula. Su voz estaba distinta.
- Ah… bueno. Me llamaste para algo ¿Qué es? — dijo David, evitando mirar el cuerpo de la chica.
Úrsula separo ambas rodillas y se irguió tanto como puedo, mostrando su belleza corporal. David se sintió incomodo.
- Ah ya. Ya entendí. Estas esperando a una persona, ¿verdad? — dijo David. — Si quieres que baje a comprar algo, lo que necesites… solo dímelo y voy. Si me das dinero claro, por que estoy con las justas.
Úrsula se puso en pie y camino lentamente hasta donde David se encontraba. David evito no mirarla ya que no quería sentirse incomodo.
- Debería irme ya que no quiero que el "afortunado" me vea aquí y piense que tu y yo... — dijo David, nervioso.
- Es que no espero a nadie. — dijo Úrsula y toco con su mano el torso de David.
- ¿Ah no? ¿Que haces así vestida, entonces? No creo que esto sea tu pijama...
- Hoy... Esta noche... Sera un antes y un después en mi vida. Y en la tuya. — dijo Úrsula, abrazando a David.
David no entendía que quería decir su amiga. Por el contrario, la piel tersa y suave de Úrsula le estaba provocando un bochorno por todo el cuerpo.
- Úrsula... ¿Que estas queriendo decir?
La chica lo miro a David, quien empezaba a atar cabos. Sus ojos azules penetrantes daba la sensación de decir muchas cosas.
- Eres tú, David, el "afortunado". Eres tu por quien yo me he sacrificado todo este tiempo. Eres tu la razón por la que decidí seguir en la universidad. - dijo la chica, cuyos ojos se ponían brillosos por momentos. - Te amo, David. Estoy completamente enamorada de ti.
"Vale, ahora que salga el camara para echarnos todos unas risas...". David se quedo perplejo. Nunca le habían dicho eso y menos de esta forma. Úrsula estaba semidesnuda, cosa que solo podía significar que...
David movió rápidamente la cabeza de un lado para otro. Úrsula lo abrazaba por la cintura y lo miraba fijamente. David no sabia que decir. Por un lado, apreciaba mucho a Úrsula pero nunca se planteo tener un relación amorosa con ella. El amor fraternal que tenia por ella era grande pero no tanto...
- Yo... — vacilo — Lo siento, Úrsula, pero ahora mismo no quiero tener pareja. Sabes que salí con mi mejor amiga y la cosa acabo mal. No quiero que esto vuelva a pasar otra vez. - dijo David, sincerándose.
- ¿Que? – dijo Úrsula. La chica miro fijamente a David.
- Es verdad, Úrsula. Ahora mismo no quiero nada con nadie. Y lo mejor es que lo dejemos así, ¿vale?
- Pero... Pero... tu dijiste... Tu dijiste que me amabas... — dijo Úrsula, con la voz temblorosa. Sus ojos denotaban sorpresa.
- Te dije que te quería pero como una hermana. No confundas ese tipo de "te quiero".
- ¿Por qué no quieres estar conmigo? Tu decías que me encontrabas muy sexi... - dijo Úrsula, sin que David se percatara del peligro de su voz.
- ¿Y cuando he dicho yo eso? - dijo David, incredulo.
- Antes de ayer estabas hablando por teléfono con un amigo tuyo. Yo lo escuche desde mi casa. — dijo Úrsula, como si eso fuera la cosa mas normal del mundo — Dijiste que me encontrabas muy guapa y que mi trasero te volvía loco. ¿Por qué no quieres estar conmigo?
Ursula se tapo la boca con las manos. Parecia que habia metido la pata. David abrio los ojos.
- ¿¡Que!? — dijo David, alarmándose. — ¿Cómo sabes tu eso? — una idea se le paso por la cabeza. — ¿Me has… interceptado… las llamadas?
- No... Osea, yo... Si, porque... Osea, no, ya que... - dijo Ursula, trabandose la lengua. - Si, si...¡Si! ¡A la mierda, si! ¡Si lo he hecho! Pero tengo una explicación...
La chica sonrió de manera extraña. Parecía que David le había mandado un cumplido.
- No me gusta... ver a la persona que me gusta coquetear con cualquier zorra con minifalda. Eres muy importante para mi, David. Tu no lo sabes, pero yo se que me quieres. Por esto tuve que vigilarte, para que no te pasara nada. — dijo Úrsula, con la voz muy baja.
- ¿Que demonios estas diciendo? - dijo David. David penso que se trataba de una mala broma.
- Pero es por tu bien. - dijo Ursula, poniendose de puntillas. - Es lo mejor...
David empezó a alarmarse. O Úrsula había vuelto de la fiesta y estaba ebria o le estaba gastando una broma de mal gusto.
- Vale, Úrsula, esto no tiene gracia. No se de que demonios estas hablando. — dijo David y puso un gesto de sarcasmo. - Tu y yo... no podemos estar juntos, tia. Te estimo mucho... pero no quiero nada contigo, tia. Estamos muy bien como estamos, no lo estropees. Ademas, no se de que va todo esto que estas haciendo. - dijo y abrio los brazos.
- Oh... Claro que lo sabes... Por eso y muchas cosas no me puedes negar. — dijo Úrsula, dando un paso al frente. Su gesto infantil habia cambiado a uno mucho mas serio.
- ¿Que? Yo no quiero estar contigo. — dijo David, esperando que Úrsula riera y confirmara que todo era una broma.
- ¿Es que no lo ves, pedazo de idiota? - dijo Úrsula, enfadándose. Estaba temblando. - Da igual lo que me digas, igual seras mío. Hice lo imposible por tenerte esta noche conmigo, David. ¡HICE TODO ESTO POR TI! ¡TE SALVE, TE PRESTE DINERO, TE AYUDE EN CLASE Y ALEJE A CUALQUIER PERRA QUE QUISIERA TOCAR MI PERTENENCIA! ¿No lo entiendes? Eres mío, David, solo mío... Y nadie va a prohibirme que pases esta noche conmigo.
Ursula tenia altibajos. Hablaba en un tono normal, luego se enfurecia, luego volvia a su estado normal... David se alarmo. El tono de voz y los gestos de Úrsula le dijeron al chico que esto iba en serio, muy en serio…
- ¡Que estas diciendo! Yo no te pertenezco. Ni a ti ni a nadie. Y menos pasare una noche contigo. Ursula, tia... Si esto es una broma, por favor dilo ahora porque estoy empezando a preocuparme... — dijo David, empezando a preocuparse.
Ursula le propino una bofetada. David se tambaleo hacia atraz.
- ¡Por favor, David, se lógico! ¿Que chica habría hecho todo esto sin recibir nada a cambio? Oh, lo siento... Perdoname... Lo siento mucho...
- Estas loca... - dijo David, recobrando la compostura. - Podría decirte de un montón de chicas que quizá lo hicieran. Y sin pedir nada a cambio. Es... Estas mal, Úrsula. Lo mejor va a ser que me vaya y ya hablaremos mañana. — dijo David y evito pensar en sus 3 amigas.
- Veo que sigues sin entenderlo. - dijo Úrsula. David pudo ver que la chica tenia un gesto cariñoso. - Tu... Tu... Tu no vas a ir a ningún sitio. Desde que entraste a esta casa, ya eres mío. ¿No entiendes? He buscado a mi hombre ideal durante años, desde que tenia 11 años... Y ese hombre... eres tu. Y no te dejare ir... Cueste lo que me cueste. Es lo mejor... para ambos.
David no se lo creía. No se podía creer que le este pasando aquello. ¿Estaría hablando en serio? Todo apuntaba que si, pero el chico albergaba una esperanza que todo aquello era una broma. Y si era así, ya podía buscar una solución…
- Estas... Estas... mal. Estas mal de la cabeza, Úrsula. No estas en tus cabales. Lo mejor va a ser que me vaya. Tranquilízate y mañana ya hablaremos.
David se dispuso a salir de la habitación. Cuando llego hasta la puerta, tiro de la perilla pero esta no se abría. El chico lo intento varias veces pero nada. Cuando lo entendió, se dio la vuelta y vio que Úrsula sonreía de manera infantil, como si su fechoría fuera graciosa. David no recordó en que momento se cerro la cerradura.
- ¿Me has encerrado? ¿Estas loca? ¿Qué esperas con esto? – dijo David.
- Ya te lo he dicho. ¡NO VAS A IR A NINGUNA PARTE! ¡METETELO EN LA CABEZA! ¡ERES MÍO Y SOLO MÍO ASÍ QUE VE HACIENDOTE LA IDEA DE UNA MALDITA VEZ! – grito Úrsula.
- ¡Estas loca! Y no me grites ¿eh?
- Te amo, David, no me hagas esto… - dijo Úrsula, suplicando.
¿Enfadada y ahora suplicando? Esto no tenia ningún sentido. David siguió intentando abrir la perilla de la puerta para salir de allí.
El chico se dio la vuelta y siguió forcejeando con la perilla. Cuando giro con fuerza la perilla, David escucho un pequeño “clic” y sintió como un cañón de arma se clavaba en su espalda.
Úrsula se acerco hacia el y le abrazo muy tiernamente por la espalda. Le beso en el cuello y dijo:
- No, no, no, no, no. Tu no vas a ir a ningun lado. Así que si tengo que obligarte, lo hare. ¿No lo entiendes? Tengo que hacerlo, por el bien de ambos. Con el tiempo me lo agradecerás.
David no se lo creía. ¿Le estaba apuntando con un arma?
- ¿Me estas… apuntando… amenazando… con un arma? – dijo David, horrorizándose.
- Una Colt 45 para ser mas exactos. Pero por que tu me has obligado. – dijo Úrsula, suavemente. Volvió a ponerse de puntillas y le dio otro beso en el cuello.
Lentamente, David se dio la vuelta. En efecto, un revolver Colt 45 le apuntaba, esta vez, en el estomago. Úrsula, con los ojos cerrados, sonreía con mucho placer. David, horrorizado.
"¡Esta loca! ¡Esta completamente loca! ¡Me esta obligando y me amenaza con un arma!" pensó David, en aquellos momentos.
- Siempre te ame. Más que amar, te desee. Era una tortura verte todos los días y no poder besarte. Era un suplicio ver cómo me hablabas de otras mujeres, ningunas de las cuales era yo. Por eso, no me puedes negar. De hecho, no lo harás. Yo te amo, David.
- Me estas amenazando con un revolver... Estas loca, Ursula, y no creas que...
- Oh, si, ya lo creo... No he sacrificado muchas cosas por nada. No gaste mi esfuerzo para que esta noche me rechazaras. Hice lo imposible para que esta noche estuvieras aqui. ¡LO HICE TODO! QUIZE QUE ME VIERAS IRRESISTIBLE. ME CUIDE FISICAMENTE. ¡HASTA ME AUMENTE LOS PECHOS, SOLO PARA TI! ¿Nunca te diste cuenta de esto? - dijo la chica, señalando sus pechos.
En efecto. David no se podía cree lo estúpido que había sido. Olvidando por un momento la situación, bajo la vista. ¿Cómo no iba a darse cuenta? Cuando la conoció, Úrsula tenía unos pechos pequeños, casi no se le remarcaba en sus jerséis. Pero de pronto, paso a usar una talla 100 de sujetador. Es algo que, a simple vista, uno es capaz de darse cuenta ¿Como había sido tan estúpido? Cuando la chica cruzaba los brazos, apenas sobresalían, pero ahora se remarcaban bastante, incluso sobrepasaba los brazos de la chica. Es algo que nadie es capaz de pasar por alto y David si lo había hecho. Podía decir que a una amiga nunca se le mira esas zonas pero era inevitable no verlo.
David empezaba a perder los nervios. Solo quería largarse de aquella casa y no tenía dudas en agredir a Úrsula si era necesario. El chico examino la habitación. Parecía que no había alternativa. David tenía dudas si el arma era verdad o era una finta para obligarlo. El chico le dijo a Úrsula que no iba a pasar la noche con ella y menos acostarse. David se dio la vuelta. Úrsula, enloquecida, le intento obligarlo a que volviera a su sitio. Como el chico se negó y empezó a forzar la perilla de la puerta. Úrsula perdió los nervios.
David forcejeaba con la perilla de la puerta cuando sonó un cañonazo y un proyectil atravesó la puerta.
PUM
David, alarmado por el cañonazo, se aparto de la puerta. Se dio la vuelta lentamente y se horrorizo por 2 cosas. La primera era que Úrsula le había disparado en verdad. El arma no era de broma y la chica hablaba en serio. Lo segundo era que el precioso rostro de Úrsula, con sus finas facciones había desaparecido. David solo veía un rostro demente, enfurecido, enloquecido. La chica cogía el arma con las dos manos y lo miraba fijamente. Relajo el gesto, volviendo al que David tanto conocia.
- Oh, oh, oh, oh. Te... Te... He disparado. - dijo Úrsula, mientras reía de manera demente. - Casi te mato...
- ¡¡Estas loca!! ¡¡Loca!! ¿¡Como vas a dispararme!? ¡¡¡Has estado a punto de matarme!!! — dijo David, quien empezaba a ser víctima de los nervios.
- Y lo hare si retrasas lo inevitable. No me provoques, por no tengo miedo de matarte por imbécil. Te ofrezco una vida llena de placeres y tu la estas rechazando. Te ofrezco estabilidad económica, puesto que la fortuna de mi familia es incalculable. Te ofrezco todo el placer carnal que desees. Nunca me cansare, cariño. Todo lo que tu me pidas lo hare. Solo tienes que decirme que "si" ahora y tendrás la vida mas cómoda que te puedas imaginar. Todo lo hago por ti.
- ¿Y tu cuando vas a entender que no me gusta aquello? — dijo David, furioso — ¡¡¡Déjame vivir en paz!!! Me das asco. Aléjate de mi, no quiero volver a verte a ver nunca mas. Se acabo - dijo David y se dispuso a quitarle el arma a la chica.
Cuando David consiguió tocar la mano de la chica, esta disparo el arma.
PUM
La bala paso a escasos centímetros de la cabeza de David, haciéndole lagrimear los ojos. Cuando el sonido del arma sonó, el oído izquierdo de David se tapono. Úrsula aprovecho y le golpeo con el arma en la sien del chico.
Pese a que la chica no tenía fuerza, el golpe había sido considerable. David cayó al suelo y le costó recobrar el conocimiento. Su cerebro dio el reporte de daños. Visión defectuosa debido al empapamiento de ambos ojos. Oído izquierdo perdido momentáneamente y golpe a la altura de la sien izquierda. David se llevo dos dedos hacia la zona golpeada y cuando se volvió a mirar los dos dedos, vio un líquido rojo en ellos.
David empezó a tener miedo. Úrsula le había disparado a quemarropa y había tenido la suficiente sangre fría para hacerlo. ¿Cómo demonios iba a salir de aquel sitio?. De nada le iba a valer su velocidad con alguien que tiene un arma apuntándole.
Cuando levanto la cabeza, se quedo con la boca abierta. Úrsula le apuntaba con el arma pero esta vez no sonreía ni nada por el estilo. Su rostro era el mas duro y enloquecido que había visto. Mas que el anterior.
- Entonces muere... - dijo Ursula, contestando la ultima frase de David.
David hizo algo muy valiente y muy estúpido, por no decir arriesgado. Se levanto rápidamente e intento quitarle el arma a la chica, intentando con el factor sorpresa, pero esta volvió a disparar.
PUM
Úrsula salió disparada hacia atrás y cayo cerca de la mesa de noche. La chica se quito el cabello de los ojos y volvió a apuntar a David. Úrsula bajo el arma y se quedo con la boca abierta.
David yacía delante de ella, con las piernas separadas. Su brazo izquierdo colgaba delante de ambas piernas y varias líneas de liquido rojo lo cruzaban hasta la punta de los dedos. Su mano derecha apretaba con fuerza el hombro izquierdo, que sangraba escandalosamente.
David sentía un escozor y dolor enorme. La bala le había arrancado un buen trozo de carne y la sangre había salido de golpe. No sentía el brazo izquierdo.
- Te he herido. Te... Te... Te he herido. - dijo Ursula, mitad preocupada, mitad riendo.
David sentía mucho dolor. Temblaba. El hombro sangraba escandalosamente y la sangre no paraba de resbalar entre sus dedos. A eso había que sumarle que Úrsula seguía con el arma, cosa que no era, para nada, bueno. David había perdido contacto con su brazo izquierdo y todo para nada.
Úrsula sonreía como si hubiera visto algo tierno. La chica se acerco y le toco el maltrecho hombro de David, que la aparto de un manotazo. Lo último que quería era que aquella sicópata le tuviera compasión.
- Por favor, cariño. Me has obligado a dañarte. Pero yo lo olvidare todo. Todo, mi vida. Por favor, no me obligues a hacerlo otra vez.
- No me llames tales cosas... Lo ultimo que quiero es que alguien como tu me llame asi.
David se apretó aun mas el maltrecho hombro. No tenia escapatoria. Sabía que Úrsula tenia el arma y poco podía hacer uno contra una loca que le había disparado a sangre fría.
No tenia escapatoria.
- Vale, Úrsula. Tú ganas. Me quedo.
La chica dejo escapar un gemido y se acerco hacia David, sin soltar el arma. La chica le examino el hombro y dijo:
- No te preocupes por esto. Yo te sanare. Pero debo decir que te lo tienes mas que merecido. – la chica trago saliva y con los ojos vidriosos dijo - Ahora si, ven conmigo.
La chica lo condujo hacia la cama adoselada. David no se creía lo que iba a pasar. Se sentía ruin y miserable cuando la mano de Úrsula toco la suya. Pero... ¿Que opción tenia?
La chica se detuvo. Se quito el albornoz de seda.
- Cuando esto acabe, olvidaras cualquier pena.
- Esta bien, esta bien. No me lo recuerdes. Solo piensa que hare esto contra mi voluntad. Nunca seras feliz si yo no lo soy. — dijo David. El hombro escocía. La sangre resbala por su torso.
- ¿Crees que me importa? Yo solo quiero hacer el amor contigo una y otra vez, hasta más allá de la saciedad. Quiero que nuestros cuerpos se sobrecarguen de hormonas en un día a día de sexo sin control. Es por el bien de ambos, David. Sé que lo veras mal, pero yo te digo que es lo mejor. Por eso te tengo que obligar, para que con el tiempo veas que yo tenía razón. Y cuando llegue ese día, aceptare con gusto tus disculpas. Por que yo te amo. Hare cualquier cosa. Alejare a cualquier perra que intente tocarte, cualquier imbécil que te intente abrir los ojos. Seremos felices por siempre. — dijo Úrsula y puso un gesto de ofrecer lo que el mas quería.
- ¡¡VALE, VALE!! — grito David — Hagámoslo de una maldita ves. Total... Por una noche...
Úrsula se quito las bragas. Su cuerpo, al desnudo, era precioso y perfecto. Su piel irradiaba una sensualidad que se podía sentir a distancia. Cualquiera podría enloquecer con el cuerpo de la chica, tan curvilíneo...
Pero David sentía asco en ese momento. Sentía repugnancia ver aquellos pechos grandes. Sentía asco por aquella piel pálida, brillante, que emanaba una fragancia fresca. Sentía nauseas al ver la cintura de la chica. Quizá cualquier hombre hubiera tenido una erección en aquel momento. Pero David dolo sentía asco, odio y repugnancia. Y mucho miedo...
David no pudo evitar pensar como era la mente humana. En casi el 99% de casos, aquella escena seria del grado de cualquier hombre pero David estaba en ese 1%...
La chica se acerco hacia David y le paso los hombros por detrás del cuello. Se puso de puntillas y lo beso.
Los labios de Úrsula tenían una suavidad y carnosidad fuera de lo normal. La chica lo beso apasionadamente. David ni siquiera movió los brazos. Úrsula lo abrazo y lo hizo inclinarse hacia adelante. Cuando la chica se separo, David vio que Úrsula sonreía de manera maliciosa.
- ¿De verdad crees que voy a dejar que te vayas? No, David. Tu ya no veras nada que no esté en esta casa. No te dejare ir. Te obligare a hacerme el amor tantas veces hasta que caigas dormido, encima de mí. Y una vez, te hare dormir con esto — dijo la chica, sacando una jeringuilla de su mesita de noche. — Te hará dormir por un día entero, lo suficiente para cambiar la cerradura, cerrar ventanas y alejarte de todo contacto con el mundo. Nadie más debe disfrutarte. Y si te dejo salir, cualquier zorra te provocaría. Te perdería. Y no me estoy jugando mucho para perderte. Seras mío hasta el día de nuestras muertes, David.
- ¿! QUE ¡?
David retrocedió y se alejo de Ursula. Estaba loca. Estaba mal de la cabeza. David dudo. Pero Úrsula le volvió a apuntar con el arma.
David no podía hacer nada. Solo tenia un brazo en buen estado. El dolor del brazo se sumo a la de la cabeza, debido al golpe que le había dado Úrsula hace poco.
David tenia mucho miedo. Úrsula estaba enloquecida y hablaba muy en serio. Parecía que no lo quedaba mas que sucumbir.
- Yo... Yo... Yo lo hago por nosotros. Entiéndeme. Entiéndelo, David, que lo hago por nuestro bien, por favor. No te negaras, ya que esto es por nuestro bien. Seria estúpido por tu parte negar la vida perfecta. Con el tiempo me lo agradecerás. Cuando veas que el dinero y cualquier necesidad sexual este satisfecha al 100% y te sobre, me darás las gracias. Pero nadie debe arruinar este amor perfecto que tu y yo vamos a construir. Nadie, absolutamente nadie. Ni un amigo ni amiga debe disfrutar de tu carisma, tu belleza, de todas las cosas tuyas de las cuales yo he perdido la cabeza. Nadie mas debe disfrutar de tu compañía. Por eso... Por eso... — dijo Úrsula, sonriendo — Que no me quedara otra mas que matar a quien haga falta
- ¿¡QUE!? - dijo David, alarmándose.
- Lo hago por tu bien. ¿Para que vas a tener o buscar a mas mujeres? Yo... Yo... Yo te hare feliz en todo, mi vida. Además, que alguien podría chivarse de nuestro nido de amor. Por eso... Nadie debe buscarte ni saber nada de ti. La primera será Emma, claro. De seguro te buscara y cuando te vea, se enamorara de ti, otra vez. No debo permitirlo. La buscare donde sea que este. Y cuando la encuentre... La matare.
- ¡¡¡ESTAS JODIDAMENTE LOCA!!! - dijo David, empujando a una desnuda Úrsula hacia atrás y huyendo.
David conocía poco de personas dementes, pero la mirada y la seguridad con lo que hablaba Ursula le decia que estaba totalmente en serio. Y el chico... tenia miedo.
David le propino un placaje a la puerta esperando que fuera suficiente. Pese a que su hombro se quejara a gritos por el dolor, tenia que hacerlo.
Impactó, pero no rompió la puerta. El chico retrocedió y volvió a la carga. Impactó de nuevo y vio que ya le había hecho un daño considerable a la puerta. Volvió a la carga una tercera vez pero un brazo desnudo le rodeo el cuello y David sintió un dolor agudo en el cuello.
- El ser humano es terco por naturaleza. Si te tengo que sedar, lo hare. Si me golpeas, quedare inconsciente unas horas pero tu quedaras 24 horas. Entiende que ahora eres mío. — dijo una voz demente. David temblaba. Pero, de pronto, volvió una voz suave y provocadora — No hagas esto mas difícil, cariño...
"Esta demente. ¡Joder, donde me he metido! Y lo más importante... ¿Cómo voy a hacer para salir de aquí? No quiero, por favor, no quiero. Déjame en paz, te lo pido por favor..."
David tenía el cerebro trabajando a mil por hora. Tenia que idear algo para poder escapar. La puerta no era una opción, porque estaba demasiado alejado de la habitación. Y si lo volvía a intentar, quizá Úrsula lo mate. Los ojos de David miraban todos los lugares de aquella habitación. Solo había una cama y una mesita de noche. La ventana de al lado de la cama estaba cerrada y dudaba que fuera capaz de abrirla. El sudor frio de los nervios empezó a resbalar por la cara del chico. Tenía que escapar de aquella casa. Pero... ¿Y si Úrsula lo perseguía por el resto de su vida? No tenía opción. Tenía que sucumbir. No más intentos de fuga. Nunca mas vería a sus amigos ni al mundo. No tenía otra opción. "El placer o la vida" Solo el sabia con cual se quedaría.
- Vale... Vale... Tu ganas. Ya no puedo hacer nada. Nada. Hare lo que tu me digas. Por favor, no me hagas daño.
Ursula estallo en alegria. David hizo un gesto de asco.
- Nunca lo haría. Ahora si... — dijo Úrsula. Parecía que estaba a punto de babear. — Ahora si... Por fin... Por fin... Por fin seras mío. Si... Si...
“Tenia entendido que la desesperación por tener sexo era propia de nosotros, los hombres. Pero esta claro que nadie se salva… Y esta claro que al meno soy la fantasía de una chica... Lastima que sea ella...”
Úrsula se acerco y le empezó a quitar la camisa pero David le aparto la mano. El chico se sacudió el cuello de la camisa. Úrsula lo entendió.
David comenzó a quitarse la ropa, lentamente. La camisa, que estaba recién planchada, estaba con grandes manchas de sangre. David la doblo con sumo cuidado y la dejo en el suelo. Se quito las zapatillas y los calcetines y los dejo al costado de la camisa. Una corriente de aire le hizo tiritar. Empezó a quitarse el pantalón. Cuando se lo llego a quitar, lo doblo y lo dejo al costado de la camisa.
David levanto la vista y vio que Úrsula estaba dentro de la cama. La chica estaba pintándose los labios y echándose brillo. Estaba muy guapa. Cuando termino, lo miro a David de una manera provocativa. Le hizo un gesto... Y David se quito los calzoncillos.
Lo doblo y lo dejo encima de toda su ropa. Úrsula se había arrodillado en la cama y sonreía de alegría. David forzó una sonrisa, ya que lo que en realidad sentía era lo opuesto a esa sonrisa.
Se sentó al borde de la cama y se quedo viendo el suelo. Ursula lo abrazo por detrás. David sintió el contacto de su piel con la suya y no sintió nada. Ni un solo bochorno. También vio que Ursula todavía llevaba el arma. La chica deslizo sus ambas manos por todo el torso de David, frotándolo. David escuchaba como la chica gozaba de aquello. Se preguntaba que estaría pasando en aquella mente sicópata.
David aparto las sabanas y se metió dentro de la cama.
Úrsula lo abrazo a la altura de la cintura y apoyo la cabeza en los abdominales de David.
David se recostó a medio cuerpo contra la cabecera de la cama. Se sentía totalmente incomodo. Recordó que Emma, sin hacer nada, ya había conseguido hacer que David se sintiera incomodo de cintura para abajo. En cambio, Úrsula estaba empezando a dar repugnancia a David. La chica estaba muy excitada. Su respiración había aumentado y soltaba un gemido cada poco tiempo. La chica empezó a besarlo a la altura de las costillas. Se sentía en su paraíso…
- Úrsula… - dijo David
- Dime cariño. – dijo Úrsula, abrazándolo.
- ¿Empezamos o que…? – dijo David, sin creerse lo que había dicho.
- Me encanta que colabores. Hasta ahora solo habías puesto mas trabas a nuestra relación pero me alegro que hayas abierto los ojos y veas que es lo mejor. – dijo Úrsula, abrazándole aun mas.
- Si, bueno… eso es lo que tiene cuando a uno lo amenazan de muerte y lo hieren en el hombro. ¿Por qué has hecho todo esto Úrsula? – dijo David. – Si me lo hubieras dicho esto hace 2 semanas, quizá te hubiera dicho que "si" sin llegar a estos extremos.
- Quería asegurarme. Si he hecho todo esto es porque estaba seguro que me ibas a decir que no. Pero ahora ya no.
- Vale. — David echo un vistazo a la mesa — ¿Empezamos?
- Si, vale. Venga… — dijo Úrsula y se puso de rodillas.
“La madre que la pario” pensó David y cerró los ojos por un momento.
- Te amo David… — dijo Úrsula.
David le toco la mejilla, con la palma de la mano, a la chica y la miro fijamente. Sus ojos estaban llenos de esperanza y alegría. David miro sus labios carnosos. Brillaban. El chico cerro los ojos.
- Úrsula… yo… te… - dijo David.
- ¿Si, mi vida? – dijo la chica, ilusionada.
- Yo… - dijo David.
- ¿Si? – dijo la chica y empezó a ponerse en posición, encima de la cintura de David.
- Yo… — dijo David, tomando aire. — Yo… te odio, ¡hija de puta! — dijo el chico y le apretó del cuello para luego lanzarla contra la cabecera de la cama.
El tiempo era vital. Cuando David escucho el golpe de la cabeza de Úrsula contra la madera, el chico pego un salto de la cama. Su ropa estaba colocada una a continuación de otra, de tal manera que David solo tenia que coger todo con una sola mano.
“La ventana”
En efecto, la ventana estaba abierta. David había sentido una corriente de aire cuando se quitaba la ropa y aquella seria su boleto para la libertad, sin importarle lo que pasaría después. Eran 2 pisos de los cuales David debía saltar y caer ileso. El chico sabia que no tenia mucho tiempo para poder escapar así que, ignorando el dolor del hombro, se acerco al alfeizar de la ventana y miro hacia abajo. Pese a que eran 2 pisos, David tuvo la ilusión que eran mas. Pero no pensó en aquel momento. Puso su pie desnudo en el alfeizar y se preparo para saltar.
Pero cuando David iba a saltar, un cañonazo retumbo el silencio de la habitación
PUM
El cristal que tenia la ventana se hizo añicos. David, ante la sorpresa, salto. Los dos pisos se le hicieron eternos, puesto que no se lo esperaba. El chico intento caer de perfil pero cayo de pie, haciéndose mucho daño en los tobillos. Pero intento ignorar el dolor. Estaba tan cerca de escapar de aquella pesadilla…
Cuando David se puso en pie, otro cañonazo retumbo su oído.
PUM
La bala había impactado en una roca, muy cerca de David. El chico se agacho y empezó a correr todo lo veloz que le permitía el tobillo. Antes de llegar hacia la esquina, escucho otro cañonazo.
PUM
La bala había impactado justo en el momento que David tomaba la curva y desaparecía de la visibilidad de la ventana. La bala había impactado en el cemento de la casa, haciendo una gran grieta. David no se podía creer la suerte que había tenido.
“Por favor. Vamos, cuerpo, no me abandones ahora. Esto no es ningún juego, esto es por mi propia vida. No me falles…”
David corrió tanto como pudo y lo vio entonces. Tenia delante de si toda la gran bajada que llevaba hasta el portón de la casa de Úrsula. El chico estaba a 50 metros de la libertad. David acelero y el tobillo se quejo a gritos. Además de que los pies desnudos de David sentían el frio e incomodo césped y le daba malas sensaciones. Pero acelero... Y ya estaba casi en el inicio de la gran bajada...
Pero la puerta principal se abrió de golpe y una figura salió de ella, apuntando a David con un arma. El chico freno en seco.
"Mierda..."
La figura avanzo unos pasos y fue iluminada por el foco de la puerta. David se quedo de piedra.
Úrsula tenía la cara ensangrentada. La sangre emanaba de su cabeza, quizá debido al golpe que recibió contra la cabecera de la cama. Su rostro no tenia ni rastro de gesto alguno. Era el rostro más duro que David había visto. Estaba enloquecida. Sus labios, que eran carnosos, estaban contraídos y muy finos. Sus ojos estaban clavados en los de David y sus pupilas estaban dilatadas. Pese a que la sangre resbalaba por su nariz y mejillas, Úrsula no parpadeaba en ningún momento. La chica alisto el arma, dispuesta a matar.
- Si no me quieres, entonces atente a las consecuencias. Tu me perteneces y si yo no te tengo... Me encargare que nadie lo haga. Empezare por esa petarda de Emma. La encontrare allá donde quiera que este... La matare... Le llenare el útero y todo el cuerpo de plomo.... Luego vendrá tu amiga Andrea... Veremos si te gustara verla mutilada... Tú amiga María... Quizá corra la misma suerte que Emma. Te traeré sus cuerpos y te obligare a verlas, a tocarlas... Y al cadáver de Emma ... Te obligare a "follartela"
- ¡¡¡Estas demente!!! ¡¡Déjame en paz ya!! No te he hecho nada. ¿Por que te has opcecionado conmigo? ¡No soy gran cosa! ¡Mi mejor amiga paso de amarme con locura a odiarme! ¡Es un ejemplo para que veas que no soy perfecto! ¡Soy un mierda con las mujeres! ¡No se como tratarlas! Por favor, Úrsula, déjame irme... Por favor... Juro que no diré nada...
- No, David. Ya no quiero que te quedes. Ahora solo quiero matarte, verte agonizando... Y una vez que estés muerto... — la chica hablaba con un tono ronco, como si tuviera ganas de llorar —…me suicidare... Ya que mi vida no tendría sentido si tu no vives... No soy necrófila, así que tu cadáver de poco me serviría...
- No, no... Por favor...
- No... Ya no... - Ursula temblaba.
- ¿Me vas a matar? Entonces... Todo lo que has hecho... ¿Para nada? ¿Que esperas conseguir con eso...? — dijo David y trago saliva.
- Ahora solo quiero causarte todo el daño que tu me has hecho. Me negaste lo que mas quiero... Y yo te negare la vida. - dijo Ursula, temblando.
David no entendía. Parecía que Úrsula estaba tonta. ¿Estaba en sus facultades... o había sido el golpe en la cabeza...?
- Te doy 2 opciones... Dime que me amas y quiza te perdona la vida... O vete y espera la perforacion de una bala. - dijo Ursula, temblando.
David cerró los ojos. Estaba en un dilema cuyo precio era su vida o la muerte... Eso sin contar a terceras personas como Nelson, Judith, Diego...
- Elijo la tercera. No quiero nada contigo. Déjame en paz.
- No puedes por que no te ofrecí una tercera. Pero yo si elijo la tercera. Te mato y me suicido y esto quedara en un crimen pasional... Cuando la noticia llegue a a Emma... Te odiara... Que felicidad...
- No... No lo hagas... No conseguirás nada... - Por primera vez, David tuvo miedo en toda su vida.
- Adiós cariño... Nos veremos en el infierno dentro de 5 minutos...
Úrsula tiro del seguro y apunto a David, directo al corazón...
"Mi vida llego a su fin. Cuanta hipocresia..."
David levanto los ojos y vio a Úrsula. A todo esto... David se dio cuenta de que ambos chicos estaban desnudos...
Pese a que era un momento critico, David no pudo evitar pensar: "Voy a morir desnudo. Que triste es mi vida..."
David cerro los ojos. Una corriente de aire le hizo tiritar...
CLIC
David cerro con fuerzas los ojos, esperando sentir la sensación de perforación de la bala. Pero solo escuchaba varios "clics". David probó y abrió un ojo. Le volvió la vida, alegría y esperanza al cuerpo.
Úrsula estaba con miedo. El arma no se disparaba y la chica golpeaba el arma contra su mano, pensando que se había atascado. Volvió a apuntar a David y apretó el gatillo, pero obtuvo el mismo resultado.
David, con los dos ojos abiertos, vio la desesperación de Úrsula. Se extraño, ya que no recordaba que un arma se atascara. Aun mantenía el estado de alerta, por si el arma se disparaba pero...
La voz de Carlos sonó en algún lugar de la mente de David. "Una Colt es una buena arma. Potente, precisa pero solo tiene 6 balas. Si las desperdicias, tienes que ser muy rapido para recargar..."
PUM: una bala que perforaba una puerta...
PUM: una bala que pasaba muy cerca de un oido...
PUM: una bala que perforaba un hombro...
PUM: una bala rompia un cristal de una ventana...
PUM: una bala rebotaba en una roca...
PUM: una bala que destrozaba el cemento de una casa...
"Física simple. Cuando recibí el último disparo, Úrsula tuvo que recorrer 2 pisos para poder pillarme aquí, en la puerta. Así que no habrá tenido suficiente tiempo para recargar..."
La esperanza volvió a David. "Ahora me toca a mi" David tenía ganas de reír. Úrsula estaba desesperada, disparando cada segundo el arma. David se acerco hacia ella. La chica se altero y su enloquecido rostro se desesperó. Volvió a apuntar al chico y siguió disparando, pero el arma estaba vacia. David ya estaba a centímetros de la chica...
"¿Te imaginas si se dispara ahora? Quedaría como un idiota... No, no creo... Esto termina aquí..."
David se detuvo. Sin previo aviso... Le arranco el arma de las manos a la chica.
Úrsula, debido al factor sorpresa, cayó sentada al suelo. Su rostro enloquecido había desaparecido. Su rostro en esos momentos era, quizá, el mas hermoso que David había visto. Estaba atemorizada. Parecía una niña con miedo.
- Debiste saber, Úrsula... Que un arma de este tipo solo tiene seis balas. Y sobre todo... ¿Tanta es tu obsesión, que olvidaste el peso de un arma cargada y una descargada? - dijo David.
David 'rompió' el arma por la mitad (como le gustaba decir a Carlos) y saco el tambor que contenía los cartuchos. Lo puso bocabajo y los seis cartuchos cayeron al suelo. David giro el tambor con fuerza y lo cerro se golpe. Úrsula seguía anonadada.
- Esto termina aquí. Perdiste Úrsula... Acéptalo... — dijo David y le dirigió una mirada asesina.
- No... Estas muy equivocado… ¡¡¡NO!!!
La chica se puso en pie e intento atacar a David. El chico tenía mucha ventaja sobre Úrsula. David esquivo a la chica como un torero esquiva a un toro. David aprovecho que la chica estaba de espaldas y le hizo una llave. Aprovecho que los brazos de la chica estaban abiertos. Paso ambos brazos por los de la chica y junto sus manos en la nuca de Úrsula. Hizo presión y la cabeza de la chica apunto hacia al suelo y sus brazos; al cielo. La chica gimió de dolor.
- Sin el arma, no tienes oportunidad contra mí y lo sabes. Me gustaría hacerte todo el daño que me has hecho. Me gustaría noquearte de un golpe en la cabeza y perforarte el hombro. Pero no lo haré, ya que no quiero igualarme a tu nivel. No quiero caer tan bajo. Nunca debiste amenazarme a mi ni menos a mis amigos. Sal de mi vida, Úrsula. Sal. Y no vuelvas nunca.
Úrsula gemía de dolor debido a la presión que David hacia a la llave con la que había inmovilizado a la chica.
- Por favor... Lo siento de verdad. Ya perdí, David, pero perdóname. Te dejare ir pero acuéstate conmigo, solo una vez. Juro que te dejare ir. Átame a la cama, si quieres, pero hagámoslo, por favor... Ten piedad...
- ¿Piedad? — David tuvo un ataque de odio — ¿Y tu lo tuviste conmigo? — dijo David y apretó mas sus manos contra la nuca de la chica. Esta gimió de dolor — Te suplique que me dejaras ir, que me dejaras en paz. Y solo me torturaste. ¿Y ahora pides piedad...? Mírate... Das pena... — dijo David, chuleándose.
"Creo que me he ganado el derecho a chulearme. Ahora debe saber lo que no ha querido saber"
- Yo te quiero. Solo queria hacerte feliz. Tu no lo ves… Esto es lo mejor… No quieres verlo…Solo quería darte toda la felicidad que Emma no te dio. Yo nunca me iba a cansar de ti ni te iba a dejar. Iba a hacer todas las cosas que Emma no te hacia y...
- Que asco. — dijo David, recordando… — Mírate... Pareces una puta...
- Lo que sea. — Úrsula empezó a soltar algunas lagrimas de dolor — Tu me quieres, aunque no lo veas. Yo solo te quería abrir los ojos... ¿Por qué entonces me enamore de ti? No puede haber amistad entre un hombre y una mujer… Tu me enamoraste con tu forma de ser…
- ¿Que? ¡Si puede haber! ¡Sin necesidad de ser pareja! — dijo David.
- Mentira… nunca acaba bien… de eso lo sabes bien… - dijo Ursula, con la voz enloquecida.
- Pero eso fue culpa mía… — dijo David, agachando la cabeza.
"Sigue en sus trece. ¿Que puedo hacer? Esta es capaz de seguirme por el resto mi vida… No puedo vivir así... Tendre que... ¿Acabar con ella? No... No soy tan bestia... Tampoco soy capaz... ¿Que hago...?"
David soltó a Úrsula y retrocedió. La chica cayó al suelo pero se dio la vuelta y se quedo mirando a David.
- Yo... Yo... No podemos estar juntos, Úrsula, entiéndelo. Hemos sido muy buenos amigos o eso creia. Es verdad que durante un tiempo me gustaste. ¿Por que tiene que acabar así? ¿Porque te encaprichaste conmigo? Solo tenias que esperar unas semanas y quizá ya estuviéramos juntos... Pero ahora es imposible... Ni me correspondes ni yo te correspondo... Nunca podremos estar juntos...
- Yo te amo... — dijo Úrsula, en un susurro.
- Eso no es amor. Amor significa confiar en mi y dejarme tener un pequeño pero vital espacio personal. Podrás amarme... Pero mi amor y el tuyo son incompatibles. Por que yo... — David trago saliva. Ni sabia si lo que decía era verdad — Yo... Yo... Yo todavía amo a Emma.
Los ojos de Úrsula se empaparon. Una lagrima resbalo por las mejillas de la chica.
- Esa es la razón por la cual nunca me lanze contigo. Porque, en el fondo de mi corazón, hay una chispa de esperanza. Por eso que aun me mantengo firme... Tu me ofreces placer y dinero mientras que Emma nada... Y aun así prefiero a Emma. Por ella dejaría todo, Úrsula, todo. Da igual cuantas mujeres se me presente en esta vida, da igual cuantas mujeres conozca o me acueste con ellas...da igual porque todas me recuerdan a ella. Tú eres voluptuosa, guapa y millonaria. Emma es simple, sus partes erogenas son grandes pero no llaman la atención o tal vez si, pero ella no le da importancia a eso. Emma no me asegura una vida millonaria. Pero aun asi, junto a ella, lo dejaría todo. Dejaria el dinero y los placeres por ella. A veces... A veces teniamos ganas de mandar todo a la mierda. No me importaria irnos a una isla desierta o alguna playa y dejarlo todo. Solo nuestra propia fuerza para sobrevivir. Quizá tú lo llamaras sueños de novios primerizos. Quiza tu lo veras mal, diras que es imposible sobrevivir... Pero yo con ella... Sería capaz de todo...
"Que cursi..."
David se puso su camisa, ensangrentada. Úrsula lloraba a chorros. Su nariz empezó a sonar...
- Búscame mañana. Toma — dijo David y le entrego el arma — Búscame y mátame o manda a secuestrarme. Manda a matar a Emma. Si quieres, tráela y mátala delante de mis ojos, si quieres. Oblígame a matarla, si quieres. Pero solo te digo... Que nunca me borraras el recuerdo de ella. Dame todo el placer que una mujer con tu voluptuosidad pueda dar... Cómprame una consola de última generación, cómprame una Harley, un GT40 con todos los accesorios, un casa valorada en 2 millones de euros... Cómprame todo lo que uno desearía... Pero igual la amaría a ella... Dirás que no te importa. Dirás que tu solo quieres sexo y mas sexo. Pero te darás cuenta de que tu me darás todo tu amor y yo no te lo corresponderé. Llegara algún día en que te sentirás rechazada. Y todo habrá sido en vano. Por que todo lo que hagas será mal correspondido. Hazme el amor, hazme gozar, hazme llegar al orgasmo… Pero nunca sentiré nada. Siempre pensare en Emma. Y nunca seras feliz… Por mucho que lo intentes…
David se puso los calzoncillos y los pantalones.
- En tu demencia... — David soltó una pequeña risa — Si quieres, contrata a todos los médicos y psicólogos para qué me provoquen una amnesia y me olvide de Emma... Pero en el interior de mi mente sabré que allá fuera, en algún lugar de Manchester, esta la persona que me complementa. Y tarde o temprano saldré a buscarla. ¿Sabes por que? Porque ya no tendría nada que perder y mucho, mucho — enfatizo David — que ganar. Tritúrame el cerebro, si quieres... Pero igual seria. Entiende...yo la quiero... Y jamás podrás cambiar eso. No te amo Úrsula... Entiéndelo.
Úrsula estallo en lágrimas y pidio perdon al chico. Se puso en pie e intento besar a David pero el chico se aparto y dejo que Úrsula tropezara en su intento de besarle y cayera al piso. David contempló a su amiga, echa trizas por lo que David le acababa de decir. Por un segundo, David sintió pena…
Pero era demasiado tarde para sentir pena. David estaba en las últimas, pues la herida del hombro le había empezado a entumecer parte del tórax. David se dirigió hacia la verja y se quedo allí. Giro la cabeza y se dispuso a echar un vistazo a la mansión…
- ¡¡¡DAVID!!! — un grito desgarrador rompió el frio hielo de la noche.
David volvió hacia donde estaba Úrsula y la vio llorar a lágrima viva. La chica intento besarlo, mientras le provocaba pero David repitió la misma técnica de esquivarla. David se acerco y le levanto el rostro con un dedo.
- Adiós Úrsula... Espero que te vaya bien en la vida. Cuidate mucho.
David bajo todo el camino y llego hasta la verja de la casa. David abrió la verja y dio un último vistazo. Salio de aquella casa, de aquella pesadilla…
Tras dar unos pasos, David incoó un poco la rodilla. Le dolía todo el cuerpo, sobre todo el brazo y la cabeza. El chico no aguanto mas el dolor y se apretó el hombro con la otra mano.
Mientras caminaba por las calles del pueblo de, David pensaba en casi todo. Por un lado, le había parecido bien dejar viva a Úrsula y haberla enseñado aquella lección, que de seguro le valdría en un futuro.
Constantemente, giraba el cuello, hacia atraz...
“Pobre chica. Tan guapa, tan comprensiva, tan cariñosa ¿Por qué tiene que hacer esto para conseguir un novio?”
Por otro lado, tenía miedo y constantemente miraba hacia atrás, esperando que Úrsula apareciera y le disparara a traición. Había sido muy estúpido haberla dejado de esa manera. Y si Úrsula seguía en sus trece, ¿No iría a por David hasta el mismísimo fin del mundo? Úrsula estaba enloquecida y estaba opcecionada con el. Y si la chica se proponía volver a recuperarlo, esta vez David no tendría escapatoria.
“¿Qué opción tenia? Si la dejo como la deje, es malo. Y si intento acabar con ella, también es malo; más que nada por que no soy capaz. Y por si esto fuera poco, también estoy condenando a mis amigos…”
David apoyo la mano derecha en una farola y se dispuso a organizar su mente. Lo primero era volver hacia Alcalá. Tendría que salir de este pueblo y volver hacia su casa.
“¿Y si Úrsula me persigue allá donde yo vaya? Me buscara en Alcalá… lo hará… y entonces si que estaré bien jodido… Maldición… ¿Tendré que poner tierra de por medio…?”
David siguió avanzando…
“Madre mía… tendré que dejar el trabajo, mi casa, la universidad, todo… Lo dejare todo por culpa de esta sicópata que lo único que quiere es saciar su fogosidad conmigo… Sé que suena un poco ridículo pero es la triste y puta verdad…
David camino unos metros mas y se dio cuenta de que el pueblo estaba completamente desierto. Cuando David arribo al pueblo, había gente que se preparaba para el fin de semana… pero esta vez estaba vacio… desierto…
“Quizá sea la maldita hora. Todo el mundo estará dormido… pero… ¿Habrán escuchado los disparos? Un arma de ese calibre tiene una gran potencia y su sonido es llamativo… Parece que nada ha pasado para los pueblerinos… ¿Tan pesado tienen el sueño…?”
David paso por el bar La Cantuta y vio que estaba abierto, pero no había absolutamente nadie. David se acerco al cristal y vio que estaba funcionando todo: las luces, la tele, las tragaperras, etc. Pero no parecía que había nadie. Ni tampoco se escuchaba nada… sin preámbulos… David entro.
El bar estaba como siempre. El clásico sonido de las tragaperras le hizo recordar al bar Cinema, que en ese momento le pareció el lugar mas reconfortante de todos. David grito, llamando a alguien. No obtuvo respuesta. David se acerco hacia la barra y vio que un bocadillo estaba a medio hacer. David se arriesgo y entro hasta el almacén de aquel bar. No había nadie… Extrañándose, David volvió hacia la barra y termino de hacerse el bocadillo y se lo llevo.
Tras volver al frio; David no comió, engullo el bocadillo. De sendos bocados, el bocadillo le reconforto un poco y le dio fuerzas para seguir moviéndose. David tenia en mente llegar hasta la carretera y pedir ayuda… si es que alguien le creía…
“No escucho absolutamente nada. Parece que todo el mundo se ha esfumado. Que raro…”
Un paso mas y el hombro le hizo hincar la rodilla.
David dio un quejido de dolor. El frio había hecho que el brazo le doliera mas aun. El chico no creía que aguantara mas…
“No me queda otra que llamar a una ambulancia. Que algún vecino me preste su teléfono… Si les disgusta la hora, que se jodan… Estoy herido…”
David se acerco a una casa y se dispuso a llamar…
No obtuvo respuesta. David toco el timbre varias veces pero nadie contesto. El chico toco el timbre, nuevamente, pero pegando la oreja a la puerta para comprobar que el timbre funcionaba. El sonido era fuerte, pese a que David estaba fuera. El chico frunció el ceño y pego unos gritos, llamando. El mismo resultado.
David lo intento en otras 3 casas y obtuvo el mismo resultado.
“Que raro… ¿Tan pesado tienen el sueño? Maldición… Si es que en este pueblo todos son raros, coño…”
David, harto de ese momento, aporreo la puerta de una casa. Pero esta puerta… se abrió.
David se quedo mirando como la puerta se abría y mostraba el interior de la casa. El chico pego otro grito y espero una respuesta. Nada…
David retrocedió y volvió a tocar otras casas. Cuando obtuvo el mismo resultado, probo a aporrear la puerta. Esta… se abrió.
“Vale… aquí pasa algo muy chungo. No es normal que la gente deje sus puertas abiertas. Esta bien que sean un pueblo pero no creo que haya tanta confianza…”
David trago saliva… y entro en una de las casas…
De primeras se dio cuenta de que algo malo pasaba. La casa estaba tan bien ordenada, tan limpia, tan fría y con un aire de estar abandonada. Relojes, televisores, grifos e inodoros no funcionaban cuando David los probo. Con miedo… entro en la habitación principal. El corazón le dio un vuelco.
Había una persona en la cama, cubiertas por las sabanas. David pensó que se había metido en un problema de envergadura, ya que lo podían acusar de allanamiento de morada. El chico se dispuso a salir cuando se dio cuenta de algo.
“¿Me parece… o no respira…?”
David se acerco… y toco a la persona con un dedo…
David supo que algo malo pasaba. El tacto había sido muy duro, muy áspero… el chico se acerco aun mas y se dio cuenta de que, en efecto, aquella persona no respiraba.
“Mierda, mierda. Si esta persona esta muerta, quizá descubran que la acabo de tocar y entonces me acusaran… maldición, tengo que salir de aquí”
David se dio media vuelta pero algo llamo su atención. El cristal de la ventana reflejo una imagen y David volvió hacia aquella persona, sin apartar la vista de la ventana.
La ventana reflejaba una cosa curiosa. Donde se suponía que estaba la boca, estaba la manta superpuesta pero se podía ver que debajo de ella había un hueco. Pero ese hueco estaba muy quieto…
David, sin previo aviso, tiro de la manta.
El corazón le dejo de latir por un micro segundo. No era una persona. Estaba muy blanco y muy inmóvil…
“¿Un maniquí…?”
David le dio la vuelta… y se quedo helado. Blanco como el papel e inerte como una persona muerta, el maniquí estaba reposado en la cama. Su rostro le dio una mala espina a David. El chico intento encontrar una explicación lógica y coherente al porque un maniquí estaba en la cama de la habitación principal de la casa. David pensó que podía ser una táctica para evitar posibles ladrones. Pero un escalofrío recorrió su espalda… tenia que comprobar una cosa…
Un maniquí pequeño en una cama, 2 maniquís adultos en otra, otro maniquí viejo en una cama…
“¿Qué demonios esta pasando aquí? ¿Por qué la gente deja maniquís en sus habitaciones? ¿Se habrán ido todos a algún lado? ¿Qué esta pasando…?”
El miedo empezó a entrar en la mente de David. Constantemente, mientras caminaba, miraba hacia atrás, esperando ver a Úrsula de pie en aquella oscura calle con el arma en su mano…
“Joder… ya estoy alucinando… Solo quiero estar en mi casa, tomarme un café caliente y olvidar esta pesadilla…”
David no entendía que quería decir los maniquís en las casas. El pueblo parecía abandonado. En otras veces que había venido, vio un pueblo vivo, lleno de gente joven y adulta. Pero esta ves estaba vacio, abandonado… parecía que todos habían desaparecido sin motivo alguno.
David llego hasta la misma entrada del pueblo. La pequeña parada de autobús estaba allí y también el letrero con el nombre del pueblo. David, viendo que cada vez mas cerca se encontraba el fin de aquella pesadilla, llego hasta el letrero y apoyo su mano derecha en el letrero.
“No me puedo creer que por fin vaya a salir de esta pesadilla. Tantas cosas han pasado en esta breve hora que aun no me creo que siga vivo. Pero también tengo que pensar en lo que puede pasar de aquí a mañana. Tengo que replantearme mi situación. Buscar ayuda o algo por el estilo. No puedo poner en peligro a gente que no tiene nada que ver con esto. Judith es la primera. Si Úrsula vuelve a enloquecer, podría hacerle daño… aunque conociendo el carácter de Judith, quizá Úrsula salga mal parada — dijo David, alegrándose — Pero nadie es loco de encarar a una sicópata como ella. ¿Por qué la gente es así? ¿Por qué ha tenido que llegar a estos extremos?”
David respiro un poco de aire y se dispuso a seguir, bajando su brazo derecho del apoyo donde lo había puesto. Sus dedos captaron un pequeño roce…
David se quedo de piedra. Lentamente se dio vuelta y vio con lo que sus dedos habían rozado. Era el letrero del nombre del pueblo. Una esquina estaba doblada hacia afuera y sobresalía. Parecía…
“Una pegatina… ¿Una pegatina…?”
David tiro un poco de aquella esquina y, en efecto, esta empezó a despegarse…
David miro a ambos lados, esperando ver a alguien. Al no ver a nadie, el chico tiro la pegatina con fuerza…
“Villar del Archiduque”
David vio la pegatina que tenia en su mano. Allí ponía el nombre que David siempre habría creído que se llamaba aquel pueblo (Cualquiera que lo hubiera visto, habría dicho que así se llama). Pero detrás de eso estaba un nombre desconocido para el. David soltó la pegatina y se puso a contemplar el nombre que acababa de descubrir…
Villar del Archiduque…
“¿Villar del Archiduque? ¿Qué demonios esta pasando aquí?”
David fue controlado por su sentido común y este le dijo que saliera de allí. El chico se dio media vuelta… y corrió rumbo hacia la carretera.
(Despues...)
David caminaba por la carretera. El hombro había vuelto a sangrar y el chico empezaba a marearse. Sus zancadas se habían vuelto pequeños pasos y no creía que aguantara mas.
“David… David… ¿En que lio te has metido? Úrsula te ha engañado como un idiota… has estado a merced de ella y ni siquiera has podido preverlo…”
David se detuvo. El dolor había alcanzado un punto álgido. Sintió ganas de vomitar. David cayó de rodillas… esperando que algún coche pase a su lado de suerte y no lo atropelle…
Pero una luz apareció y de repente se escucho un frenazo terrible…
David cerro los ojos, debido a la potencia de la luz. El chico se cubrió el pecho con ambas manos, esperando el impacto. Pero solo escucho como el coche frenaba y alguien gritaba. De pronto, David escucho como se abrían unas puertas y un sonido de tacones llegaba hasta donde estaba el…
David no pudo evitar sonreír, dar las gracias a la buena suerte… aquella voz que tantas veces le había criticado y le había llamado la atención en los últimos meses, estaba allí.
Judith llego y se agacho a su lado.
- ¡David, David! ¿Se puede saber que haces en medio de la carretera, de rodillas? Pude haberte atropellado, hij… — Judith trago saliva — ¿Esto es… sangre? — la mujer olio la gran mancha de la ropa de David — ¡Es sangre! ¡David, estas herido!
Pese a tener nauseas y pocas fuerzas para mantener los ojos abiertos, David no se podía creer la suerte que había tenido. Horas antes de salir, Judith le había dicho que ella también se iría de fiesta y que por ende llegaría tarde. El chico no se imaginaba que se podían cruzar justo en ese momento…
- ¡David, contesta! ¡David! ¿Qué demonios ha pasado? — dijo Judith, pasando el brazo derecho del chico por su nuca y ayudándole a ponerse en pie.
- Judith… gracias por venir… — David no se lo creía…
- ¿Qué ha pasado?
- Sácame de aquí, por favor… — dijo David, poniéndose en pie.
Judith llevo al chico hasta su Seat rojo y lo puso en el asiento de atrás, recostándolo. Cuando Judith le ponía el cinturón y le ponía su abrigo encima para cubrirlo, David se percato que Judith desprendía un tufillo a alcohol…
- Judith… ¿Has bebido…? — dijo el chico, recostándose.
- Un poco… — dijo Judith, muy seria.
Judith subió al coche y cerró la puerta. En ese momento, David sintió la calidez del interior del coche. Judith se ajusto el cinturón y puso el intermitente.
- Déjame ver esa herida. — dijo Judith.
David se abrió la camisa y le dejo ver su maltrecho hombro. Judith silbó y le dijo que se cubriera otra vez.
- ¿Vas a decirme lo que ha pasado? — dijo Judith.
- Es una historia muy larga…
- Ya hablaremos de esto mas tarde. Te voy a llevar al hospital… — dijo la mujer y acelero.
David estuvo a punto de dormirse, pero Judith le dijo que no lo hiciera. La mujer saco una barra de chocolate y una botella de agua de la guantera y se lo dio a David.
- Bébelo. Creo que has perdido sangre, por que estas blanco como el papel. Y el chocolate es para ver si entras en calor, porque estas helado…
David tenia ganas de trabajar un año entero sin cobrar con tal de darle las gracias por sacarle de aquel infierno. El chico trago la barra de chocolate y se bebió la botella de sendos tragos…
Cuando el chocolate llego a su estomago y el agua entro a su organismo, las energías volvieron para David. El chico abrió los ojos y todo se volvió más nítido.
- Judith… gracias por sacarme de allí.
- No hay de que, pero sigo sin entender que hacías allí, en ese estado. ¿Alguna pelea? — dijo Judith. — ¿No te habrán robado?
- No, no. No es nada de eso. - dijo David, deseando que haya sido algo de eso.
David se fijo en el cielo. De repente… se escucho un sonido aterrador.
Donde David había puesto su mirada, una gran bandada de pájaros habían salido despavoridos hacia el cielo y se dispersaron. Judith bajo la ventanilla y miro como los pájaros se dispersaban.
- ¿Eso… eso fue un disparo? No creo que estén de cacería a estas horas… Mejor será que nos movamos y nos larguemos de aquí. — dijo Judith.
Pero David intuyo de donde provenía ese disparo. El chico cerro lo ojos y se puso a pensar en ella. ¿De verdad lo habría hecho…?
- Lo que hayas hecho me parece muy tonto, estúpido y peligroso, David. Mira como te he encontrado. Solo Dios sabe que habría pasado si no te llego a encontrar… — dijo Judith.
David, si esta conversación fuera de pie, habría agachado la cabeza y hubiera escuchado todo lo que Judith le decía.
- Pero, gracias a Dios, estas vivo. Espero que no sea tan grave como yo creo…
- Eso… — dijo David, esperando darle la razón.
- Si necesitas algo mas, ahora, dilo… — dijo Judith y tomo una curva.
David solo quería dormir… pero entonces se le ocurrió algo que podría dar sentido a toda esta pesadilla.
- Judith… ¿Sabes si el pueblo de Carbonara esta de fiestas en otro lado?
Judith lo miro a través del espejo.
- ¿Carboqué…? — dijo Judith y siguió conduciendo.
- Carbonara. Es el pueblo donde estuve ahora y que tú pasaste y me encontraste. — dijo David.
Judith lo miro extrañado.
- Yo no pase por ningún pueblo que se llame Carbonara. — dijo Judith.
- Que si, que si. Que acababas de pasar. Donde me encontraste, allí… - dijo David, dandose la vuelta para señalarle el lugar.
- ¡David, he venido todo el trayecto con el GPS y allí no había ningún pueblo que se llame Carbonara!
David iba a replicar pero cuando escucho que había venido con el GPS, un escalofrío le recorrió la espalda.
- ¿No…? - dijo David, a la vez que se desinflaba como un globo.
- ¡No, no, no! ¡Te lo puedo asegurar! — dijo Judith y le dio el GPS.
El chico, temeroso, abrió el menú y tecleo el nombre del pueblo.
(No hay datos)
“¿Qué? - se pregunto David, muerto de miedo.”
David tecleo la ruta actual y retrocedió hasta la carretera. El corazón le dio un vuelco.
En la pequeña bifurcación que, se suponía que estaba el pueblo, no había nada. Mas atrás estaba el pueblo vecino de Saltillo y el pueblo próximo de Ventanilla, pero en medio… nada.
David probó todo tipo de combinaciones al nombre del pueblo pero nada. Se acordó y probó también “Villar del Archiduque” pero obtuvo el mismo resultado. Nada.
- ¿Estas bien? Parece que has visto un fantasma… — dijo Judith.
- Si, si. Estoy bien… solo es que… - dijo David a la vez que veia la frase de "No hay datos" en la pantalla.
- ¿Que? — le dijo Judith.
David tomo aire y dijo:
- ¿Has escuchado sobre el pueblo del “Villar del Archiduque”?
- ¿Cómo? — dijo Judith, mientras conducía.
- Villar del Archiduque. Es un pueblo… que… — David dudo, pues no quería decir que había estado allí por si eso le metía en más problemas. — Que me dijeron. Me comentaron sobre el y…
- Es curioso que te lo comenten tus amigos. — dijo Judith. — No sabía que los jóvenes conocieran aquello.
“Mierda… me va a pillar la mentira…”
- ¿Ah si? — David se dio cuenta — ¿Cómo es eso que los jóvenes conozcamos aquello?
Judith lo volvió a mirar a David por el espejo y dijo:
- Cuando abrí el bar, llego gente nueva. Gente española que en su mayoría eran viejos y bueno… pensaban que yo era una novata en lo que se dice manejo de bares. Pero descubrieron que no era así. Cuando — dijo Judith y ladeo un poco la cabeza — Bueno, digamos que nos dimos confianza mutuamente. El caso es que una vez me contaron una anécdota. Según esos viejos, uno de los cuales es el Pozo. ¿Te acuerdas del Pozo, verdad?
- ¿El de vino tinto con su puro de 5 papeles? — dijo David.
- Exacto. El caso es que una vez se quedo casi conmigo hasta tarde y mientras comía pipas, me conto una historia. Antiguamente, Villar del Archiduque era el pueblo mas bonito en las afueras de Alcalá de Henares. Sus fiestas superaban a las de la propia Alcalá. Obviamente, no había atracciones ni nada por el estilo. Pero un año, después de la Guerra Civil, ocurrió un accidente. La mayoría de jóvenes murieron debido a una explosión que tuvo lugar en una peña. El caso es que la explosión fue una reacción en cadena y devasto aquel pueblo. Fue una catástrofe. Pocas personas quedaron vivas tras el accidente. Cuando se levanto todo cadáver y escombros, la gente que seguía en pie decidió mudarse de aquel pueblo abandonado. Se dice que el pueblo perdió a sus últimos habitantes. Luego, años mas tarde, volvió a ser habitado pero no duro mucho. Con el pasar de los años, aquel pueblo se perdió y dejo de existir. Según se dice, hay una maldición con respecto a los muertos. Se dice que cada verano vagan por las calles… — dijo Judith en un tono misterioso. — Obviamente, esto es para la gente tonta. La verdadera razón fue que el suelo quedo muy dañado por la explosión y fue inútil intentar construir algo allí. Una inmobiliaria lo compro hace años, dispuesta a restaurar aquel maravilloso pueblo pero… Se perdió con el tiempo. Solo sé que la persona que lo compro era un viejo, gordo… y pelirrojo. El Pozo me dijo eso, ya que lo vio en las noticias. Pero nunca se supo del pueblo ni tampoco si fue restaurado o no.
David sintió que su corazón daba un vuelco. ¿Pelirrojo…?
- ¿El apellido de ese señor… no será Arias? — dijo David — ¿Vicente Arias Morato?
Judith, directamente, giro el cuello y lo miro. La mujer asintió, mientras miraba con extrañeza a David. Segundo después, volvió a girar el cuello y volvió a mirar a la carretera.
- David… ¿Me estas ocultando algo? — dijo Judith.
- No… lo que pasa es que… creo que hoy conocí a una chica que su padre se llamaba así… — dijo David, esperando que no le detectaran la mentira.
- ¿Ah si…? — dijo Judith y tomo otra curva.
“Hice lo imposible por tenerte esta noche conmigo, David…”
“¡Joder! ¡Como he podido ser tan estúpido! ¡Úrsula estaba demente! ¡Ahora entiendo todo! ¡Su padre compro el pueblo y Úrsula, tras la muerte de este, se quedo con todo! ¿Cómo he podido ser tan idiota? ¿Cuándo has visto que un pueblo no tiene salida directa a la carretera? ¡Soy un imbécil!”
David cerro el puño con fuerza. Pero… ¿Y la gente que conoció en el pueblo…?
David abrió mucho los ojos y un recuerdo absurdo le vino a la mente. Recordó… mientras estaba en su casa, abrazado a Úrsula, mientras veían la televisión…
- ¿Sabes? La otra ves me pareció ver en la tele a doña Paca, la de la droguería de tu pueblo. ¿Sabes si concursa en la tele?
Úrsula dejo de abrazar a David y se irguió, furiosa.
- ¿He dicho algo malo? — dijo David, dubitativo.
- No, que va. Lo que pasa es que me he enfadado al no poder verla. Que raro que no me haya avisado… ¡Ya no le comprare mas chuches! — dijo Úrsula y ambos chicos rieron, mientras se recostaban en el sofá, David detrás de ella, y cambiaban de canal…
David tuvo ganas de golpearse la cabeza…
Actores…
“Todo encaja. Úrsula tenia el pueblo en su poder. Contrato a actores para hacerme creer que era algo normal. Creo que cualquiera lo habría creído así. Por eso… por eso que hoy cuando llegue, estaba todo el mundo en sus puestos, tranquilamente. Cuando salí de la casa, aquellos actores habrán sido despedidos. Por eso que habían esos maniquís… porque ninguno dormía en las casas… todo ha sido una mentira…”
David agacho la cabeza. No se podía creer lo que estaba viviendo. Parecía todo tan absurdo… tan ficticio, tan propio de un libro… pero allí estaba la herida de su hombro para recordarle que todo aquello había sido realidad…
David maldijo por lo bajo. Nunca se imagino que Úrsula se obsesionaría tanto con el. De hecho, nunca se imagino que alguien se obsesionaría con el.
David recibió un rayo de luz y levanto la cabeza. Alguien le apuntaba con una linterna.
- ¿Esta usted bien? — dijo una voz de hombre.
David se dio cuenta de que era un policía el que le apuntaba con la linterna.
- Es mi sobrino. Lo que pasa es que la fiesta le ha caído muy mal. Lo estoy llevando al hospital para que lo castren, digo para que le hagan un lavado estomacal. — dijo Judith, en un tono muy falso.
Para sorpresa de David, los policías rieron y dejaron pasar a Judith. La mujer volvió a acelerar el coche y volvió la oscuridad de la noche.
David se dio cuenta de que Judith botaba todo el aire que, parecía, se lo había estado aguantando…
(Hospital Sabogal - Alcala de Henares. Muy entrada la noche...)
- La herida no es profunda. Una limpieza y coseremos la herida. Ya verás que te sentirás como nuevo…
- Que bien, que bien. Oiga, a mi me esta dando muchos dolores cada vez que me viene la regla. ¿Sabe a que se debe? — dijo Judith.
- Lo siento, señora, pero yo soy enfermera, no ginecóloga.
- Pero bueno. ¿No has estudiado medicina? Algo debes de saber… — dijo Judith.
- Volveré con el kit para coserte esa herida. – dijo una enfermera.
- Que morro. “Ay, te pongo una tirita, un besito y… ¡pimba! 3000 euros al mes” — dijo Judith, exagerando una voz infantil.
La enfermera dijo algo en voz baja cuando salió y Judith fingió no escucharla. David giro el cuello. La herida ya estaba seca y curada (Ya no sangraba) pero seguía abierta.
- Cojuda. Por eso me gustan las novatas en estos casos, David. Esa cojuda no se ha dado cuenta de que esta herida es producida por una bala. De haberse dado cuenta, habría seguido lo que dice Naomi sobre disparos.
- ¿Seguir la política sobre disparos y avisar a la policía? — dijo David.
- Exacto. - dijo Judith y comenzo a pasear por la habitacion.
David le había dicho la verdad a Judith. La herida había sido un disparo, pero no le había dicho como sucedió.
- Bueno, David, cuando salgamos de aquí, iremos al bar a tomarnos algo que la noche ha sido muy larga. — dijo Judith, sentándose a su lado.
- Vale.
- Y luego de que cierres, allá por las 5 o 6 de la tarde, ya que… - dijo Judith pero David le corto.
- Son fiestas y no viene ni Dios. — dijo David, recordando lo que le dijo Judith.
- Exacto. Quiero que vengas a mi casa. Tenemos que hablar. — dijo Judith.
David levanto la mirada y se dio cuenta de que Judith estaba muy seria. La “jefa” salió, diciendo que iba a comprar un poco de comida. David se quedo solo.
Úrsula… ¿Se había quitado la vida…? ¿Ese disparo que David escucho… seria aquello…?
“No tengo la culpa… Yo no tengo la culpa de nada… Nada de nada… Yo… no… tengo… la culpa… de… nada…”
(Calle Caballeria Española, portal 10B - Alcala de Henares. 6 y media de la mañana.)
Judith escucho toda la historia que David le conto, desde el mes de septiembre. La jefa lo miraba con extrañeza y mas aun cuando David le conto todo lo que Úrsula le había dicho. Judith bromeo en los momentos exactos, para que el chico también riera un poco. Pero en si, toda la historia le pareció escalofriante…
- He tomado una decisión. — dijo Judith.
- ¿Estoy despedido? — dijo David.
- No… no porque me tienes que cambiar el aceite de la freidora mañana. El lunes quiero hacer empanadillas y el martes, alitas de pollo. Lo que te iba a decir es que… que te vengas a vivir conmigo.
David se había quedado con los ojos como platos. No esperaba que Judith hiciera aquello.
- Veras… después de lo que acaba de pasar… creo que lo mejor será que tengas a alguien que, en cierto modo, te vigile y quizá te pueda preveer los problemas en los que te puedas meter en un futuro. Además, yo necesito a alguien que me ayude en los quehaceres del hogar. Veras… — dijo Judith — He pensado que te mudes conmigo y que alquiles tu piso. De ese dinero, compartirás una parte conmigo para pagar las compras que harás para casa y lo demás se ira para ti. Yo te ofrezco una habitación cercana a tu puesto de trabajo y la posibilidad de hacerme la pelota para que te suba el sueldo.
David estallo en carcajadas y rio junto con Judith.
- En serio… quizá necesites un poco de compañía… después de lo que ha pasado. Las cosas que hace un joven solo, sin nadie que le intente frenar pueden ser peligrosas. Los jovenes no saben que lo que hacen los padres no es tocarles las narices, si no poner un poco de "resistencia". Esto es como que el gobierno no tuviera oposición... Cualquier pais se iria a la mierda...
- Vale. Me gusta la idea. ¿Así que yo solo pagare la comida que yo consuma? — dijo David.
- Sí, bueno. Yo suelo comer en el bar, así que la nevera la llenaras exclusivamente para ti. Tú, más que nada, ordenaras un poquito la casa y harás los cuartos por la tarde. Nada más. Ya los domingos yo me encargare de la limpieza. ¿Te parece? — dijo Judith.
- Me encanta. Creo que va a ser lo mejor. — dijo David, estrechando la mano que Judith le ofrecía
- Ahora solo tienes que alquilar tu piso al mejor postor, ya que ese dinero hará que la hipoteca de tus padres, que en paz descansen, se pague sola. Podrás alquilar todo el piso y aun así seguir teniendo una habitación. Sácale provecho a eso. Y si a eso le sumas tu sueldo, quizá hasta hagas un bonito negocio.
David abrazo a Judith y la jefa le dispuso a enseñarle su habitación.
No te importa dormir en la habitación de mi hijo Mario, ¿verdad? — dijo Judith. — es que Diego a veces viene a dormir…
La habitación de Mario estaba como David la había visto la ultima vez. El chico entro y se quedo mirando alrededor de toda la habitación. Judith le dijo que si necesitaba ayuda para mudarse. David asintió y ambos salieron de la casa, rumbo hacia la de David para recoger la ropa y cosas del chico.
David, tras guardar su ropa en los armarios de Mario (Había encontrado un poco de dinero), se tumbo en la cama y se puso a mirar al techo. Había una estrella de 5 puntas dibujada en ella. El chico se preguntaba que buenas nuevas le traería esta nueva vida.
Lentamente, la paz del sueño le iba ganando terreno a la mente de David…
“Creo que la experiencia junto a Úrsula… había pasado…”
David se quedo dormido…