jueves, 9 de agosto de 2012

El divan de Emma Silverman - Segunda Sesion

  • Me cago en Dios, en Diablo 2 y en la mierda de porno que cuelgan las parejas con tal de salir de la crisis... ¿Cuando sera el dia que me vaya a Colombia a tomar un buen cafe, cafe del bueno? - dijo Emma Silverman, escupiendo el cafe que bebia. - ¿Y cuando sera el dia en que el porno vuelva a ser como antes? Quiero ver tios guapos, con bronceado mediterraneo, cachas y muy bien dotados. Pero ahora, cualquier idiota puede ser actor porno... y ni hablemos de las tias. Cualquier niñata con las tetas como una perrilla se cree una "pornostar"
En pleno centro madrileño, donde los coches pitan a cada rato, la gente grita y el murmullo general estaba bastante algo, Emma se sentaba en su comodo divan. La mañana empezaba con un cafe espantoso, lo que le hacia pensar si su adiccion al cafe era tal, que uno de maquina ya le parecia agua. Emma jugueteo con los boligrafos, se entretuvo sacando filo a los lapices y ordeno algunos libros de su biblioteca. Encendio el ordenador, vio su agenda para ese dia... y se puso a jugar al buscaminas.
  • A veces me pregunto... Cuando estaba en la facultad, veia como las niñatas iban de fiesta en fiesta, con chicos, en descapotables, contando sus batallitas... y yo, con casi 5 libros en la mochila. Ahora soy una psicóloga independiente... ¿Y ellas? Viven comodamente, sin pegar un palo al agua, levantandose todos los dias a la hora que quieran, contratando asistentas y niñeras para que hagan todo los quehaceres, dependiendo de su marido... Un marido que le paga todos sus gustos, que le da dinero para que sea independiente, incluso para montar un negocio y ganar su propio dinero... ¿De verdad hice lo correcto?
El timbre sonó e hizo que Emma volviera a la realidad.
  • Bien, allá que voy. Otro cliente. Espero que no me de la lata como el del caso Cronopio. - dijo Emma, levantándose y acercándose a la puerta.
En al puerta había una joven pareja. La chica era alta, con el cabello color caoba, ojos color miel y con el rostro en forma de corazón. El era alto, moreno, delgaducho pero fuerte. 
  • Tenga muy buenos días. Me llamo Emma Silverman y sere vuestra terapeuta. - dijo la psicologa. - Pasen y pónganse cómodos.
La pareja entro al diván. Emma se acomodo en su asiento y contemplo a la pareja.
  • Empezamos. Preséntense y díganme cual es vuestro problema. - dijo, cruzando las piernas.
  • Me llamo Emma Reyes Castillo... - dijo la chica.
  • Y yo soy David Olmeda Bravo. - dijo el chico.
  • Vera, doctora... David y yo hemos sido pareja desde casi muy jóvenes. Nos conocimos a los 13 años, nos enamoramos a los 15, rompimos a los 18, nos volvimos a dar una oportunidad a los 23 y ahora que tenemos 27, hemos atravesado otra crisis que en parte esta solucionada, ya que lo hablamos. Pero creo que la ayuda de una profesional como usted, podría sernos útil. Mas que nada para fortalecer nuestros lazos.
Emma Silverman levanto una ceja. No era propio escuchar  a alguien expresarse de esa manera.
  • Bien, esta claro que vosotros sois la viva imagen de que el amor no se acaba del todo. ¿Que paso?
  • Vera, doctora... - dijo David. - La discusión que tuvimos hace poco se debió a que llegamos a un punto que no coincidíamos en opiniones. Emma es un poco... bohemia. Es una niña que lo ha tenido todo en la vida, sin preocupaciones. Por otro lado, mis padres murieron en un accidente de avión cuando yo tenia 18 años. Debido a ello, tuve que compaginar estudios con trabajo. Por casi 5 años tuve que quemarme las pestañas para intentar sacarme la carrera y me deje la espalda y casi todo los huesos trabajando en aquel soporífero bar. Esos 5 años me valieron para darme cuenta de que la vida es trabajo y mucho sacrificio. Pero Emma no lo ve así, y claro... Ella no ha sufrido nada en la vida y por eso piensa que la vida es maravillosa.
  • No, David... - dijo Emma Reyes, elevando la voz. - Lo que pasa es que tu te has vuelto materialista. La gente no tiene que ser blanco de tus desahogos. El hecho que hayas sufrido de esa manera, no te da derecho a decir que es lo correcto. Admiro tu forma de sobrevivir, pero debes entender que la vida es mas que dinero y trabajo... 
  • Es facil cuando papa y mama lo han pagado todo, Emma... - dijo David.
  • ¡No estoy queriendo decir eso! ¡Joder, yo no tengo la culpa de que mis padres puedan hacer eso! ¡Tu intentas justificar tu razonamiento alegando que lo que tu pasaste es lo mejor! ¡Y no es asi!
  • ¿Y tu que, Emma? Tu no entiendes lo que es estudiar 6 horas, comer 1, trabajar 8... Volver a tu casa a las 12 de la noche y tener que ponerte a hacer deberes hasta las 4 de la mañana, dormir 2 o 3 horas... Muchas veces llegando a la inanición, llorar de rabia y de impotencia, suplicando que vuelvan papa y mama...
  • ¡Pero no tengo la culpa de eso! ¡Nadie la tiene! - dijo Emma, alegando
  • Yo no he dicho eso...
  • ¡¡¡STOP!!! - grito la psicóloga. David y Emma se quedaron de piedra. - Esta claro que vuestras opiniones no van a coincidir nunca. Pero hablando las cosas, pueden llegar a un acuerdo. Veréis... Emma... Eres una chica que lo ha tenido todo. No has sufrido mucho en esta vida. Quizá esa forma de vida hace que pases por alto ciertos aspectos que los demás consideran importantes. Pero es normal. A una persona que no le muestras o enseñas algo, tiende a infravalorarlo... o pasar por alto. No es grave, solo que hay que saber callar a veces. Y tu David, no intentes centrar tu sufrimiento en el centro del universo. Has sufrido si... Pero ¿Quien te dice que eso es lo mejor? El concepto de lo que es bueno o malo es relativo. Se que quizá te dolerá escuchar como la gente habla sin saber. Eso pasa mucho. La gente actual se queja de la crisis, pero siguen gastando como borregos. Ya no se acuerdan que en época de la posguerra, nuestra pobreza era peor que la que viven en África. Los dos tienen que aprender de la experiencia del otro. Tu David, aprende que ahora que ya no sufres puedes vivir sin complicaciones, como hace Emma. Y tu, Emma, aprende que la vida se puede salir adelante. Y si necesitas un ejemplo, mira a tu pareja. Dejar de lado la hostilidad. Mucha gente creerá que vuestras opiniones o puntos de vista son insoportables... Pues yo les digo que no, que pueden convivir siempre y cuando lleguen a un acuerdo. Hagan un pequeño esfuerzo y aprendan de las experiencias del otro. Demuestren que es posible entender o ponerse en el lugar del otro. La empatia es clave. ¿Entienden?
Emma y David se sonrojaron.
  • Emma... Siento haber sido un idiota. Perdóname si algún momento descargue mi frustracion contigo. - dijo David.
  • Perdóname tu, David. Siento que ignore ciertas cosas, pero es difícil entenderlo si no lo has vivido en carne propia.
  • De ahora en adelante, dejare un poco el trabajo y me centrare en ti, cariño... - dijo David.
  • De ahora en adelante, intentare ponerme en tus zapatos y ver desde tu perspectiva. - dijo Emma.
Ambos se besaron.
  • Uuuuhhh, que momento mas chungo... - dijo Emma Silverman. - Bueno, por hoy ya hemos terminado. Podríamos continuar con la siguiente sesión. Ya saben: Diganle "Stop" a la hostilidad.
  • ¡Stop! - dijo David.
  • ¡Stop! - dijo Emma.
Ambos chicos salieron del diván. Emma Silverman volvió a su sofá y se quito las gafas.
  • Uff... ¿De que me sonaba a mi esa chica? En fin, hay mucha gente en esta ciudad... Creo que ire preparándome para la siguiente terapia. Voy a ver a quien me toca. - dijo la psicologa, abriendo su cuaderno. - Mario Sergio Condori... Pues nada... Como se dice en "Lo que el viento se llevo": Mañana sera otro día.
Y Emma Silverman se relajo, en su cómodo diván ubicado en pleno centro de Madrid.


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