miércoles, 29 de agosto de 2012

Reinado Oscuro - Parte 2 (El efecto de la luz)

Mario yacía tumbado en el suelo.
  • Lamento interrumpir tus sueños, cariño. Pero es hora de meterse en harina. - dijo Natalia.
  • No voy a jugar a tus juegos, Naty. - dijo Mario, sin ponerse en pie.
  • Pues entonces se acabaron los juegos. Puedes marcharte cuando quieras. Si la oscuridad no te atrae, entonces busca la seguridad de la luz. Vete... vete. - dijo Natalia. - No te detendré. 
Mario se empezó a poner en pie.
  • Pero no puedes negar... que hay algo seductor en la oscuridad. - dijo Natalia.
La voz de Natalia se oía en toda la estancia.
  • La oscuridad no es tan fría como mucha gente dice. Es mas bien... reconfortante. Si lo piensas, todos empezamos en la oscuridad y acabamos en ella misma. El dolor procede de la luz. La vida... y sus horrores son revelados bajo la luz. - dijo Natalia. - Fíjate en la luz del sol... Tienes que entrecerrar los ojos, ponerte bronceador, sudar y luego...buscar la sombra, aunque sea mínima.
  • Callate, Natalia... - dijo Mario.
Mario se puso en pie. Palpo la estancia con sus manos y busco una salida. Sintió madera, por lo que dedujo que era una puerta. Encontró los picaportes, pero al momento de ponerles las manos encimas, sintió una fuerte descarga eléctrica. Salio despedido hacia atrás.
  • Intente advertírtelo... La luz solo trae sufrimiento. Solo la oscuridad ofrece consuelo.
  • Esto... no... tiene... ningún... sentido... - dijo Mario, entrecortadamente.
  • Lo siento Mario... Es la única manera. - dijo Natalia.
  • Duele... - dijo Mario. - ¿Duele?
  • Es la única manera. Tienes que entrar a la oscuridad... Es la única manera que veas la luz.
Natalia se hundia en las sombras.
  • Mi luz...
Mario respiraba con dificultad.
  • Escúchame, cariño... Te voy a contar algo que no pude contarte en vida. Mi padre me enseño mucho en esta casa. Recuerdo que me decía que no tuviera miedo, a la vez que me arrastraba al interior de esta casa. Recuerdo la lluvia salpicando sobre el camino de piedra y el olor a ozono en el aire. Y la enorme boca de la puerta principal abriéndose para tragarme. - dijo Natalia. - Recuerdo gritar con miedo. Le suplique con los ojos llenos de lagrimas.
"¡No, papa! ¡Por favor, por lo que mas quieras! ¡No quiero entrar alli!"
  • Pero aun así me hizo entrar. Lo que paso después ni yo lo recuerdo. Solo se que me sumergí en la mas profunda oscuridad que nadie se puede imaginar. Llore, grite e intente salir por cualquier camino o forma posible. Pero todo fue inútil. Al final... abrace mis rodillas... y empece a aceptar la oscuridad. Sabia que era la única manera. Debía de aceptarla. Si quería vivir... debía de aceptarla. 
Mario se puso en pie.
  • Pero no fui capaz...
Mario se tambaleo.
  • Escúchame, Mario... - dijo Natalia. La chica apareció enfrente el chico. Parecía una niña de 11 años muy crecida. - Debemos aceptar la oscuridad. Es lo que nos da la fuerza aunque mucha gente no lo entienda. Mucha gente tiene miedo. Piensa que la luz es quien nos da la oportunidad. Mentira... La luz solo nos acompaña, pero es la oscuridad quien da el pistoletazo de salida a nuestra vida. La luz solo nos desgasta antes de que podamos volver a la oscuridad.  La luz es nuestro enemigo común. Debemos aprender a tenerle miedo y a perderle el miedo a la oscuridad. La luz nos hiere, por mucho que nos acostumbremos. Al final, disfrutaras de su claridad, de su seguridad... Pero siempre entrecerraras los ojos para no ser deslumbrado, huirás cuando la luz te ciegue. ¿Cual es la diferencia entre luz y oscuridad? ¿Hay alguna diferencia? Si ambas nos ciegan por completo. En ambas no vemos nada... ¿O no queremos ver?. Ambas nos pueden hacer tropezar. Ambas nos pueden guiar... La diferencia es que una desaparece con el tiempo... la otra estará con nosotros... para toda la eternidad.
  • ¿Si? - dijo Mario, cerrando los ojos.
  • Si, cariño... Ven conmigo...  ven hacia la oscuridad...

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