Reinado Oscuro - Parte 1 (La llamada de la oscuridad)

(Esta historia forma parte de la Saga Definitiva - Saga Especial)

• Todavía puedo oír su voz... Reverberando en mi cabeza... Como si fuera ayer... Como si aun fuera una niña. Como si estuviera... viva...

Natalia estaba de pie ante una casa. De estilo decimononico, estaba muy vieja. Le faltaban tejas y la pintura se había descolorido con el tiempo.

• Pero fue hace mucho tiempo... y yo era una niña. Y tenia mucho miedo... - dijo Natalia. - Miedo a la oscuridad... Miedo a esta casa... Y aun mas... miedo a mi padre...

"Vamos, hija, no te retrases. La oscuridad nunca ha hecho daño a nadie"

• Estaba petrificada... Le suplique con los ojos llenos de lagrimas... Pensé que era mi padre quien no lo entendía...

"Algún día me lo agradecerás"

• La oscuridad sigue aquí... todavía me llama. Aquí es donde aprendí a abrazarla... Hice amistad con las sombras dentro de nuestra casa familiar... y dentro de mi alma. Entre como una idiota lloriqueante... Pero cuando salí, vi las cosas de un modo diferente. Mi padre tuvo razón. Debí darle las gracias... cuando estaba viva. - dijo Natalia.

Natalia subió la escalera de entrada.

• Ven, Mario... No debes temer nada. No de mi... ni de la oscuridad.

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Mario tomaba un baño. Flotando en la bañera, respiraba el aroma que las velas encendidas alumbraban la estancia.

• Que escotazo llevaba Emma hoy... - dijo el chico y se sumergió en las aguas.

Estuvo así por un largo tiempo. Volvió a emerger a la superficie y estuvo en su posición anterior, nuevamente. El silencio inundo la estancia. Las velas se consumieron, la oscuridad lleno la estancia... Mario sucumbía ante el sueño...

Pero no esta vez...

El chico abrió los ojos. Salio de la bañera, se seco el cuerpo y se puso algo de ropa. Rápidamente, salio a la calle. Las calles de Madrid estaban como siempre: con mucha luz pese a que estaban vacías. Mario camino y camino. Paso por calles anchas a calles estrechas. 

• ¿Que es lo que busco? - dijo Mario.

Mario avanzo y avanzo. Algo le guiaba. Algo le decía donde tenia que ir. Algo...

• ¡Natalia! - grito Mario.

El chico se quedo de piedra. No podía ser... ¿Hasta cuando?

• Natalia... Sal de mi cabeza. Yo no tuve la culpa...

Mario echo a correr. Sabia lo que se le venia encima.

• Mario...

El chico acelero el paso. Un pequeño parque estaba delante de el. Mario entro y siguió corriendo. Algo le detuvo.

• Mario... - dijo una voz entre los arboles.
• Natalia... Natalia... - dijo Mario.
• Eres un necio. - dijo una voz.

Mario se dio la vuelta. El chico evito mirar a la persona que estaba delante de ella. Era una chica guapa pero tenia los ojos completamente negros y la piel del color de alguien muerto. Había sangre de su cabeza.

• ¿Hasta cuando? - dijo Mario. - Siento mucho... siento mucho haberte abandonado... Tuve miedo...

Natalia avanzo hacia Mario. Le propino un derechazo y lo noqueo a las primeras de cambio.

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• Hora de despertar... cariño. - dijo Natalia.

Los ojos de Mario empezaron a abrirse.

• Eres mio... no hay nada que temer. Lo se... puesto que yo lo he vivido. - dijo Natalia. Tomo aire y dijo - La muerte... no es el final. 

Natalia hizo algo increíble. Cogió a Mario por el cuello de la chaqueta y lo levanto, estirando todo su brazo. Los pies de Mario apenas rozaban el suelo.

• Por supuesto, era mas joven que tu cuando oí la llamada de la oscuridad, pero... eso ya no tiene remedio. Contigo habrá que trabajar mucho mas, puesto que ya eres adulto.
• Estas loca, Natalia... - dijo Mario.
• Puede que tengas razón. Pero no empecemos con mal pie. Hemos venido para que tu encuentres el camino. La oscuridad te salvara, Mario. Te lo prometo. A mi no pudo salvarme pero contigo... si que lo hará... Yo no entendí que era aquello de abrazar la oscuridad. Cuando el coche vino directo hacia mi, vi la luz de sus faros antes de que el capote se estampara en mis muslos. Vi de cerca esa luz antes de que mi cabeza se reventara contra el asfalto. No pude entenderlo... por eso morí. - dijo Natalia. - Te haré un favor... Haré que lo entiendas antes de que mueras... Solo así... nos reuniremos... Juntos... para toda la eternidad.

Natalia arrastro a Mario hacia la entrada de una casa, antigua, decimononica... La chica sonrió.