miércoles, 26 de noviembre de 2014

Entrevistas en el Diván (Emma) - Parte II

Una vieja reproductora de cintas de audio se puso en funcionamiento:

(...)

(Silencio corto)

PSICÓLOGA: (Con voz grave) Dígame, señorita Reyes... ¿Como fue el origen de su claustrofobia?

EMMA: (Con voz seria) Era el mes de Setiembre, hace ya muchos años. Creo que tenia unos 7 años. Mi padre le pidió a mi hermano que me cuidara mientras yo cazaba mariposas en los campos del Valle de Olivos. Mi hermano Carlos lo hizo a regañadientes, debido que el quería pasar una tarde con su novia de ese entonces. Yo le dije que se venga con nosotros. Total... yo iba a estar a mi bola y ellos... Bueno, a lo suyo. Yo solo quería ver a mi hermano sonreír... (Silencio corto) A veces no se como paso. Solo recuerdo estar viviendo un gran momento, uno donde era feliz. Me gustaba cazar mariposas con mi vieja red. Reía, saltaba, gritaba... Pero de pronto, sentí que el suelo desaparecía bajo mis pies. Por instinto, agite las manos intentando agarrarme a algo, pero solo conseguí que un pequeño matorral cayera junto a mi a ese foso en medio del campo. Casi sobre mi brazo, golpeándome de una manera que pensé que me lo había roto. El matorral cayo encima mio, casi tapándome la cabeza. Perdí el conocimiento.

PSICÓLOGA: Continué...

EMMA: Cuando desperté, la lluvia arreciaba con mucha intensidad. El agua empezaba a filtrarse en el hoyo donde me encontraba. Sentía pánico, sentí miedo... Con tan solo 7 años, pensé que me iba a morir. Por primera vez, sentí el miedo de morir... Llore, grite... Pero todo parecía que era en vano. Haciéndome mucho daño a mi misma, me puse en pie. Mirando hacia arriba, supe que era imposible salir de allí. Grite... grite tan fuerte como nunca lo haré en mi vida. La garganta se me quebraba. Las lagrimas no dejaban de aflorar. La aceptación de la derrota empezó a hacer mella en mi pequeño cerebro y me senté, empezando a cerrar los ojos... cuando el agua filtrada ya se encontraba en mi cuello.

PSICÓLOGA: Siga...

EMMA: Recuerdo haber tenido un sueño... Una luz y alguien tendiéndome su mano... Luego solo veía el rostro de mi hermano, empapado, con los ojos rojos... pero feliz. Luego recordé que ascendíamos por ese hoyo. Pero a partir de allí, no recordé nada mas.

(Silencio largo)

EMMA: (Con un tono mas animado) Pero bueno, eso paso ya hacia muchos años. Nada que deba preocuparme.

PSICÓLOGA: De hecho, creo que minimizar sus efectos a largo plazo puede ser un grave error.

EMMA: (Extrañada) ¿A que viene eso ahora?

PSICÓLOGA: Podría decir que ciertos momentos de su vida, que en teoría están totalmente aislados y separados, pueden converger en un mismo punto. Y eso es lo que quiero descifrar...

EMMA: (Burlona) ¿Y te has parado a pensar que solo es lo que tu quieres ver?

(Silencio corto)

PSICÓLOGA: (Sonido de alguien removiendo unos folios) Usted cayo por un agujero, en las montañas del Valle de Olivos. Estuvo allí casi por una noche, justo cuando cayo una terrible llovizna. La encontraron con un principio de hipotermia y a punto de morir ahogada.

EMMA: (Silencio)

PSICÓLOGA: Dígame... (Curiosa) Cuando todo eso paso... ¿Sintió miedo al pensar que ya no era como la gente normal?

EMMA: (Sorprendida) ¿¡QUE!? ¿Miedo? (Fríamente) Sentía miedo, pero era cada vez que mi cerebro interpretaba un espacio cerrado como recordatorio de una muerte cercana. Seria muy idiota que me asustara no ser como la gente normal.

PSICÓLOGA: Claro, lo olvide... ¿De verdad parece usted alguien normal? (Risa

EMMA: (Enfadada) ¿Que me esta queriendo decir, Silverman? ¿Que yo padezco mi trauma infantil para empatizar con la sociedad? ¿Hacerme la victima? No...

PSICÓLOGA: No a la sociedad... Pero no seria la primera vez. Como vera, señorita Reyes, la gente suele hacer las cosas sin darse cuenta. Es por ello, que cuando algún experto en la materia, en este caso psicólogos, les hacen ver sus "cosas" inequívocas, estos lo niegan hasta la terquedad. De hecho, si me permite confesarle, muchos han creído que los psicólogos malinterpretamos. Pero no... Son ellos que no quieren aceptarlo.

EMMA: (Aburrida) ¿Tengo pinta de que me importe, Silverman?

PSICÓLOGA: (Riendo) Debería... Es decir, eso mismo es lo que acaba de hacer. Acaba de negar, en cierto modo, lo que dije. Incluso recurrió a las falacias para dejar claro que... "No".

EMMA: (Irónica) ¿Ahora resulto que deducir lo que insinúas es recurrir a falacias?

PSICÓLOGA: Dígame entonces... Usted sufrió esa terrible experiencia. Algo que marcaría a cualquier persona. Pero hizo algo que muy pocos harían. Desvió el resultado de ese "mejunje" de frustraciones hacia un objetivo... a una persona en concreto... 

EMMA: (Seriamente) ¿Y eso a que viene ahora?

PSICÓLOGA: Nada que no podamos hablar en la siguiente sesión...

(Silencio largo)

(...)

domingo, 23 de noviembre de 2014

Entrevistas en el Diván (Emma) - Parte I

Una vieja reproductora de cintas de audio se puso en funcionamiento.

(...)

(Silencio corto)

EMMA: (Despreocupada) Vaya, vaya, pero si es la comecocos favorita de la ciudad de Madrid. Emma... Silverman.

PSICÓLOGA:  (Respirando hondamente) Buenas tardes, señorita Reyes. Siendo las 16:27 del 14 de Marzo, la psicóloga Emma Silverman, servidora, se dispone a iniciar la sesión con la paciente Emma Reyes.

EMMA: (Burlonamente) ¿Sabes que, Emma? En los anuncios que circulan por Madrid, no se corresponden a la realidad tuya. Eres mas "seria" de lo que puedes aparentar de primeras de cambio...

PSICÓLOGA: (Pensativa) Muy adorable. (Silencio) Cuentame, Emma... ¿Alguna vez has visitado a un psicólogo?

EMMA: (Silencio)

PSICÓLOGA: (Pacientemente) Le repito la pregunta, tal vez no me haya escuchado... ¿Alguna vez ha visitado un psicólogo?

EMMA: ¿De que va todo esto, Emma? ¿Quieres inspeccionar mi mente? Se que mi "amiguito" Mario te visito el mes pasado...

PSICÓLOGA: (Riendo) Eso es verdad... Pero no, no quiero inspeccionar tu mente, señorita Reyes. Solo quiero hablar de su infancia, de tres temas importantes.

EMMA: (Pacientemente) Y, ¿Cuales son esos temas? Para irnos ahorrando tiempo...

PSICÓLOGA: Eso lo decidiré yo...

EMMA: Bueno... (Resoplando) ¿Sabes que no soy propensa a ir contando mis cosas por que si, verdad? 

PSICÓLOGA: Bueno... Nada es imposible...

EMMA: ¿Que no? (Risa) A las chicas buenas como yo nos gustan los retos...

(Silencio)

PSICÓLOGA: (Fríamente) Y a mi también...

(Silencio largo)

(...)

lunes, 3 de noviembre de 2014

La Iniciación - Parte 1

(NOTA DEL AUTOR 1: Esta historia se cuenta, en ciertos momentos, de una forma resumida. Los acontecimientos descritos son (o serán) explicados mejor en Episodios desde Madrid - Saga del Guerrillero)

(NOTA DEL AUTOR 2: La historia de la Iniciación abarca muchos momentos menores, tales como el entrenamiento de Mario, así como su puesta en forma. Esta entrada abarca los aspectos mas importantes)

Dominique supo que había llegado el momento. El momento de decidir. El decidir si arriesgarse con Mario, transmitirle algo que no estaba seguro si lo entendería... o dejar las cosas como estaban... es decir, totalmente jodidas.
  • Todo lo que te he enseñado, Mario... Llaves, movimientos defensivos, ofensivos... Precisión del golpe, equilibrio... Están bien para cualquier persona. - dijo Dominique. - Pero hay algo mas. Hay una forma en la que puedes convertirte en una autentica maquina. Lo que viste aquella noche que intentaron agredir, fue una muestra de lo que te estoy diciendo.

Mario lo miro. No dijo nada.
  • Nunca lo terminara de entender pero la situación actual requiere que seas la persona en quien mas debo confiar... mas que Angie. - dijo Dominique.

Mario siguió en silencio. Dominique trago saliva. Mario entrecerro los ojos.
  • Te he estado viendo y siguiendo Mario. Independientemente que sea verdad o solo quieras llamar la atención, me he dado cuenta que piensas demasiado. Pero no como las personas comunes y corrientes. Tu vas mas allá... Me sorprendías como planteabas una situación. Y lo mejor de todo es que no parece que tengas un limite. Tu forma de pensar la vez que te conocí es casi arcaica con la de ahora. Y solo han pasado 14 meses. ¡14 meses! En menos de 2 años, tu "evolución" ha sido... preocupante para mi. Pero a la vez me hacia pensar: ¿Era verdad lo que pensaba de ti? ¿Existe esa clase de gente cuyo pensamiento fuera mas allá que las personas comunes? No es fácil hacer lo que tu haces, Mario... Pensar así, poner sobre la mesa todos y cada uno de las posibilidades, examinar las sub posibilidades, estudiarlas, eliminarlas, refutarlas, ordenarlas, agregar... eliminar... modificar... perfeccionar. Todo... al mismo tiempo. 
  • ¿Que... me estas queriendo decir? - dijo por fin Mario.

Dominique respiro.
  • Tu... Tu... - dijo Dominique. - Tu eres lo que siempre soñé, Mario. Alguien que me superase con creces, alguien que tuviera ese "algo" que no tienen los demás. Alguien con esa mentalidad.

Mario sonrió.
  • Todo esto me parece ridículo.
  • ¿¡Ridículo!? - dijo Dominique.
  • ¡Todo! ¿Piensas que por el hecho de pensar así, ya puedo superarte? Solo llevamos menos de 2 años... Tu, perfeccionar tu cuerpo y tus conocimientos te costaron casi un tercio de tu vida. ¿Crees que yo puedo superarte, solo porque tengo la mente un poco distinta que los demás? ¿De verdad crees todo eso? ¡Dominique, que eres una persona sensata!

Dominique respiro. Mario era tan joven...
  • Tengo... "fe".

Mario echo la cabeza hacia atraz, sarcásticamente.
  • ¡Piensa tu, Mario! ¿No sientes que tu forma de pensar... no sientes que eso podría ir mas allá de la mera solución de problemas?

Mario parpadeo.
  • ¡Tu mismo me lo dijiste! - dijo Dominique. - A veces te dan ganas de hacer cosas... cosas que son tan complejas, requieren mucho cuidado... pero que lo harías sin problema alguno. Otras veces, te aterraba porque, sin quererlo, ya estabas planeando una cosa. ¿Porque no quieres aceptarlo?

Mario negó con la cabeza.
  • Exactamente... ¿A donde quieres llegar?
  • Mario, mi hermano... te he enseñado todo lo que sé. No puedo enseñarte mas. No somos boxeadores, no somos karatekas, ni ningún otro practicante de tácticas de lucha. Pero tu tienes ese cerebro con el que naciste. Con eso... puedes aprender todo lo que los demás tardan años en perfeccionar.

Mario... lo estaba considerando.
  • Me has contado que muchas veces no sabes como usar esos pensamientos que te vienen a la cabeza. A veces lo usas para entenderte con G/Cinthia... otras veces para la universidad... otras para guiar tu propia vida... 
Dominique trago saliva.
  • Pero...
  • ¿Pero que?
  • Dímelo tu... cuando haces todo esto que acabo de mencionar... ¿Lo haces con todo tu ser? ¿Das el 100% de ti?
  • No...

Dominique sonrio.
  • Ahora hazlo, Mario... Piensa como hasta jamas lo has hecho. Te voy a atacar... ¿Preparado?
Mario no sabia que hacer.

Dominique lo ataco. Mario pudo saber de donde provenía el golpe pero la potencia le hirio las muñecas de la mano, con las que detuvo el golpe. Los otros golpes de Dominique obligaron a Mario a esquivar, pero nuevamente la inexperiencia de Mario en combate le hacia sufrir daños cuando no calculaba bien...
  • ¡No lo estas haciendo! 
  • ¿¡Y que se supone que debo hacer!?
  • Piensa... Por favor, piensa...
  • ¿Pensar? Dominique estaba loco... - pensó Mario. - No sabe lo que dice...
En uno de esas, Mario recibió un golpe. Se tambaleo y cayo hacia atraz.
  • No lo estas haciendo.
  • ¿!EL QUE!? - grito Mario. - Solo estoy haciendo...
  • ¡Lo que haces siempre! Piensa... Pero no como pelear, Mario... Piensa... como siempre lo haces.
Mario no entendía lo que quería decir Dominique. ¿Como siempre lo hacia? Mario se conocía a fondo y había aceptado ciertas cosas de el. Una de ellas era su forma de pensar. No lo hacia para demostrar que era inteligente... Lo hacia porque le aterraba cometer errores, errores que se convirtieran en burlas... Esa inseguridad que le atormento de niño había hecho florecer una costumbre en el...

¿Pero de verdad era por la inseguridad?

Mario lo intento. Desde su posición, hizo un esfuerzo para dejar que la adrenalina inunde su mente y se concentro. Tenia a Dominique delante. Sus brazos estaban a una distancia de... ¿un metro? Si, algo así como un metro. Estaban en un angulo curioso. Uno mas adelante que otra. 

Mario pensaba eso. ¿Y ahora que?

Algo hizo click dentro de el.

Desde la posición, Dominique podía golpearlo con la derecha, directo hacia su mejilla. El golpe seria tan potente como el que detuvo hace poco. Pero estaba la izquierda de su amigo. Estaba en una posición mas retrasada e inferior que la derecha. Eso significaba que le podía golpear en el estomago, pecho o mejilla. 

Ya eran 4 sitios donde Dominique podía golpear.

Pero... ¿Y si la derecha buscaba su parte baja?

Ya eran 6 sitios donde Dominique podía golpear.

Las piernas. Las tenia separadas y, aunque servían como apoyo, no se podía descartar que le atacara con eso. Sus puntos débiles eran la parte baja del estomago y la entrepierna. Sumando ambas piernas...

Ya eran 10 sitios donde Dominique le podía golpear.

Pero... ¿Que forma seria el golpe? La mano derecha podía describir un golpe seco directo a la mejilla. Un golpe recto, directo. Pero también lo podía hacer al estilo de un gancho, venir hacia el costado. O también podría venir en forma ascendente.

¿Y las piernas? Podía ser una patada seca al estomago. O un rodillazo. 

Mario dedujo todo eso para cada uno de los sitios. 

Ya eran 10 sitios donde Dominique podía golpear. Y ahora se le sumaba que eran 10 formas de golpearlo.

¿Pero de verdad eran solo 10? Nadie golpeaba de forma tan simple. ¿Y si combinaba?

Mario empezó a visualizar. 2 manos, 2 piernas. Podía combinar un golpe de derecha y luego de izquierda. O podía hacer uno de izquierda y otra de derecha. La posición era importante y Mario sabia porque: Podía ser la diferencia entre detener el golpe o sufrirlo. También quedaba el hecho de que le golpeara con una pierna y luego con la otra.

Ya eran 10 sitios donde Dominique podía golpearlo. Pero ahora eran 10 formas de golpearlas básicas y 4 de combinación de 2 golpes.

Mario parpadeo. Algo empezaba a salirse de control. ¿Y si mezclaba puño con pierna? ¿Y si hacia mas de 2 golpes?  ¿Y si decidía no atacarle a ninguno de los 10 puntos que el creía?

Vuelta a empezar.

Pero Mario sintió que perdía el control de todo.

¿Y si fingía un golpe y luego le daba otro? ¿Y si le intentaba hacer una llave? ¿Y si esta vez le golpeaba con mas fuerza? ¿Y si...? ¿Y si...?

Mario, por fin, estaba en su elemento.

El puño de Dominique se empezó a mover.

Mario, casi en estado de éxtasis, visualizaba todas y cada una de las posibilidades. Era hermoso... inaudito... apoteosico. Todas y cada de las posibilidades.

¿Todas?

Mas... mas posibilidades... mas...

Pero debía decidir. Y debía hacerlo rápido.

Dominique ataco. Su puño derecho fue directo hacia la nariz de Mario. 

Mario lo detuvo.

Dominique alzo la pierna, describiendo una curva perfecta, directo hacia la mejilla de Mario.

Mario lo detuvo.

Dominique, aprovechando la inercia de su ultimo movimiento, le asesto un cabezazo a Mario, para lo cual el chico lo esquivo a duras penas, cayendo hacia un costado, rodando. Dominique corrio hacia el, dispuesto a patearlo en el suelo.

Mario solo pudo protegerse, doblando su rodilla para minimizar el dolor del golpe. Desde el suelo, Mario rodó y se puso en pie, agilmente.

Dominique lo veía. Estaba feliz, mas feliz de lo que había estado en toda su vida. De verdad había intentado herir a Mario. Si el chico no hubiera hecho lo que hizo, Dominique le habría hecho muchísimo daño.

Dominique uso esta vez una vieja combinación de golpes. 

Mario las detuvo casi todas. Excepto el ultimo golpe.

De 6 golpes, el ultimo debía de acabar con un golpe de codo en el estomago, dejando al enemigo listo para recibir un golpe contundente en la coronilla. Pero Dominique a propósito lo fallo. Fingió que Mario le había detenido golpe y que esa detención le provoco una perdida de equilibrio. Y eso era algo que Mario... no pensó.

Desde el suelo, un giro de piernas impactaron en el rostro de Mario, haciéndole gran daño. Dominique se puso en pie de un movimiento y derribo a Mario de un certero derechazo... en medio del pecho.

Mario se quejaba en el suelo, producto del dolor.

Pero Dominique estaba orgulloso, mas de lo que nunca lo había estado en su vida. Nunca le habia enseñado a Mario esos golpes que le acababa de dar. Nunca le enseño como defenderse de ciertos golpes con efecto bola de nieve: cada golpe no es mas que la preparatoria para que el siguiente compense al primero... sin perder su efecto propio.

Nunca... y aun así, Mario había sobrevivido. 

Dominique pensó, orgulloso: 
  • Por fin... Él... me ha superado.

domingo, 2 de noviembre de 2014

La Iniciación - Prologo

En una calle amplia, oscura, había una loza deportiva. De allí llegaban ruidos, voces...

Música de fondo

Dos chicos se gritaban con un grupo, quienes empezaban a rodearlos. Uno de los chicos era moreno y con barba de dos días. Era atlético y vestía vaqueros con una camisa a cuadros. El otro chico también era moreno pero de una contextura extraña. Aunque era delgado, su delgadez parecía propia de alguien que haya bajado de peso de forma reciente. Vestía un pantalón de vestir y una chaqueta.

Esos dos chicos se gritaban con un grupo de 5 personas. Todos vestían de forma totalmente opuesta a los chicos. Casi todos llevaban ropas deportivas, con la basta de los pantalones remangadas, enseñando los calcetines y las zapatillas al completo.

Los gritos empezaban a aumentar. Los 7 chicos se empezaban a acercar mas entre si. Uno de ellos hizo, con su brazo derecho, la finta de darle una palmada en el hombro al chico de la barba de dos días, a lo que este le aparto la mano de forma violenta. Fue allí cuando el grupo de los 5 rodeo a los 2 chicos. Dominique y Mario se hallaban en problemas. Por primera vez... al menos por primera vez juntos.

La pelea se inicio de forma rápida. 2 chicos se fueron directo hacia Mario, propinándole un puñetazo y una patada, a lo que Mario esquivo. Los otros 3 se fueron por Dominique.

Mario se agachaba e intentaba mantener a los dos a raya. Le costaba. Mas que pelear, intentaba no perder el equilibrio, ya que uno de los chicos se lanzo directo al vientre del chico, intentando desestabilizarlo. El otro le propino un golpe en el rostro, a lo que Mario solo pudo mover la cabeza para no recibir el golpe de lleno. En otro intento, ambos chicos derribaron a Mario. Desde el suelo Mario, usando los brazos, intentaba apartar los brazos de los otros 2 chicos. Revolviéndose en el suelo, Mario se puso de rodillas y dio unos puñetazos, pero estos golpeaban cerca del lugar donde quería, mas nunca daban de lleno.

Mientras Mario era derribado, los 3 chicos restantes se fueron por Dominique. A diferencia de Mario, quien intento en un principio no perder el equilibrio, Dominique solo levanto los brazos, la derecha mas adelantada que su zurda. El primer chico de los 3 se dispuso a darle un puñetazo a Dominique, para lo cual el chico ejecuto un movimiento. Cuando el puño se le acerco, Dominique se agacho hacia adelante, doblando hacia la izquierda ligeramente su torso. Pero sin cambiar de posición los brazos. Cuando el puño paso por encima de el, Dominique cerro ambas manos, formando puños. Se irguió rápidamente. Con la derecha, describió una curvatura desde estaba hacia el rostro del chico que le había atacado. El torso de su mano derecha hizo contacto con la mejilla del chico. Pero casi al momento, cuando la mano derecha de Dominique dejo de tocar la mejilla del chico, su puño izquierdo se dirigía velozmente hacia la misma mejilla, impactando de lleno, golpeándolo con furia.

Pero... casi como si fuera una coreografía perfecta, En la posición que se encontraba Dominique, con el brazo izquierdo estirado hacia adelante (a la vez que el primer chico caía hacia adelante, producto del dolor) y con el brazo derecho detraz del propio Dominique, el segundo chico tenia vía libre para asestar un puñetazo en la mejilla de Dominique. Cuando el puño iba directo hacia allá, el brazo derecho de Dominique se movió rápidamente, deteniendo el golpe, como si cogiera una pelota que fuera hacia el. Sin soltarle, su brazo izquierdo (que seguía estirado) se contrajo hacia el mismo Dominique, formando un angulo de 90 en el codo. Rápidamente, como si fuera un martillo, el brazo (con el puño cerrado) giro hacia arriba 90°, golpeando de lleno el rostro del segundo chico.

Instantáneamente, Dominique se deshizo de esa ultima postura, volviendo a agacharse pero esta vez girando todo el cuerpo hacia alguien que le atacaba desde atraz. Esquivo otro puño y abrió los brazos hacia los costados, como si fuera a darle un gran abrazo al tercer chico que le atacaba. Pero lo que hizo fue cerra los brazos de forma rápida, golpeando con sus manos en las dos orejas del ultimo chico, dando sendos golpes secos en los oídos. El tercer chico tuvo poquísimo tiempo para sentir el dolor, porque al momento las manos de Dominique volvieron hacia las orejas pero no para golpearlas, sino para cogerle la cabeza y propinarle un cabezazo que impacto de forma completa.

Los tres chicos, quienes momentos antes habían atacado a Dominique, ahora yacían en el suelo, lastimados. Sin distraerse, Dominique se dirigió hacia los que estaban golpeando a Mario.

Mario recibió sendos golpes en la barbilla, estomago y nariz. Sintió como la sangre empezaba a emanar pero... pero debía de ponerse en pie. Pero también sabia que luchaba contra 2, lo cual no era nada fácil para el.

Alguien empujo violentamente a uno y lo aparto de Mario, quien no era por darse aires pero lo agradeció. Mario escucho un golpe tremendo y segundos después, esa misma persona empujaba a quien estaba encima de Mario, dispuesto a seguir golpeándolo.

Mario lo vio. Era Dominique quien le había quitado a los dos matones que le estaban poniendo fino. Pero lo que vio Mario no era esa cosa tan simple.

Dominique le cogió del cuello de la camisa. Le acerco hacia el y le dio un cabezazo directo. El chico parecía que había quedado medio aturdido por el golpe. Pero no acabo allí. Dominique, como quien hiciera un derribo karateka, lo cargo por el cuello de la camisa, haciendo que de una pequeña voltereta hacia la izquierda, cayendo al suelo boca arriba, con la cabeza a los pies de Dominique. Solo que en esa extraña posición, el brazo izquierdo del ultimo chico estaba estirado hacia el cielo.

Dominique, quien estaba un poco inclinado debido al derribo que le había provocado, se irguió. Rápida y violentamente, levanto su pie derecho y... le fracturo el brazo.

Mario abrió los ojos fuertemente. Solo había sido unos segundos pero lo que vio le provoco una gran y desagradable sorpresa. El pie de Dominique fue directo hacia el codo del chico. Como si fuera un trozo de madera seca, el brazo se fracturo, formando por un segundo un angulo rarisimo.

El "silencio" que hasta  ese momento se conformaba por sonidos secos, gruñidos, quejidos, etc... se rompió. El chico empezó a gritar de dolor, mientras rodaba hacia la derecha de su posición, intentando tocarse el brazo fracturado con su brazo sano. Dominique yacía delante de el, sin inmutarse.

Pasado unos segundos, se dio la vuelta. Los gritos del chico estaban despertando a los vecinos de los alrededores. Dominique se agacho, cogió una piedra del suelo y le dijo a Mario:
  • ¡CORRE!
Dominique lanzo la piedra hacia el faro, rompiéndolo y quedando a oscuras una parte. La suficiente para echar a correr hacia la pista y de ahí, a otros callejones.

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  • No creo que quieras ir a tu casa. Si tu familia ve esa nariz que tienes... - dijo Dominique.
  • ¿Se nota bastante? - dijo Mario, respirando fuertemente y limpiándose con un trapo.
  • ¿El que? ¿Que te han hecho sangrar la nariz, te han golpeado en el cuerpo y que toda tu ropa tiene polvo? Si, se nota bastante Mario... lo suficiente para que tu familia empiece a desconfiar de la clase de amigos a los que frecuentas...
  • ¿Deberían preocuparse? Es decir... puedo haberme metido yo solo en problemas... - dijo Mario.
  • Lo cual es peor. Quizá hasta les provocarías miedo con el hecho mismo de salir. Es mas... pudo haber pasado algo peor... - dijo Dominique, escurriendo el trapo con el que Mario se limpiaba.
  • Gracias...   - dijo Mario, recibiendo el trapo otra vez. - Creo que sera que llame a mi casa, para decirles que no iré a dormir...
Mario uso un viejo teléfono que había en el pasillo. Dominique vivía en el distrito de Caja de Agua, cerca de la avenida Las Flores. En una casa de 2 pisos, con el segundo piso a medio terminar, la habitación donde se encontraban lucia con una luz muy pobre. Dominique empezó a sacar unas mantas de un viejo armario. Las extendió en el suelo y rebusco una desgarrada almohada, poniéndola cerca de las mantas. Mario volvió. Seguía limpiándose con el trapo.
  • Anda a dormir, Mario. Es mejor que descanses. Yo... yo iré a mirar un poco la televisión. - dijo Dominique.
  • Vale...  - dijo Mario.
Dominique apago la luz y se dispuso a salir de la habitación.
  • Dominique... - dijo Mario.
Dominique se quedo en el borde la puerta.

  • Dime... - dijo el chico, con un tono de voz serio.
  • Lo que hiciste allá... fue genial, tío. - dijo Mario. Denotaba impaciencia en su voz.
  • Solo me defendí e hice lo mismo con los que te estaban golpeando, Mario. No fue nada genial, fue defensa propia. - dijo Dominique.
Mario respiro.

  • Le rompiste el brazo... - dijo el chico.
  • Solo me asegure de dejarle un mensaje en claro.
  • ¿Y cual fue ese mensaje? - dijo Mario.
  • Que no sea tan cobarde y que no intente hacerse el valiente cuando esta rodeado de amigotes... porque nunca sabes lo que te puede pasar. - dijo Dominique. Se puso en pie y se dispuso a salir de la habitación.
  • Dominique...
Dominique se dio la vuelta. Su rostro quedaba en sombras.

  • Yo... - dijo Mario - Yo quiero defenderme como lo haces tu.
  • No - dijo Dominique, tajantemente.
  • ¿¡Porque no!? - dijo Mario. Parecía que no esperaba esa respuesta.
Dominique respiro. Dio unos pasos y se sentó en su propia cama, cerca de Mario.

  • Lo que has visto allí fue una defensa, Mario. No es algo que se puede aprender como lo haces tu, Mario. Yo... - dijo Dominique. - Yo también presencie algo como tu y quise aprenderlo pero me avisaron que había cierto peligro.
  • ¿Peligro? ¿Que peligro hay en querer saber defenderse? ¿En que pierdas la cabeza y lo mal uses? - dijo Mario.
  • Quizá... - dijo Dominique.
  • ¿Quizá?
Dominique respiro.

  • Mario... mi hermano... Me caes muy bien. Se te ve legal... sanazo... y con un cráneo fresco. Pero esto... créeme, es una mierda y no te corresponde. Lo siento...
Mario espero a que Dominique se dirigiera a la puerta.

  • Y si... - dijo Mario. - ¿Podrías enseñarme... aunque sea para defenderme? Solo para defenderme... No para pelear como lo hiciste tu... O quizá si... Lo que quiero decir es... saber lo suficiente para poder tener una oportunidad de salir airoso de una situación...
Dominique no dijo nada.

  • No quiero que alguna vez este con G/Cinthia y pase algo asi...
Dominique giro el cuello.

  • Por favor... -  suplico Mario. Sabia que habia tocado una fibra sensible.
Dominique respiro. Estimaba mucho a sus amistades mas intimas. 

  • Te enseñare... Pero ten clara una cosa. Te enseñare lo mas básico. Nada mas... nada menos. Buenas noches.
Y tras decir eso, Dominique salio de la habitación.