Un hombre contemplaba una vela encendida.
- Fue tan fácil... Basto con un par de llamadas atemorizantes para que se pusiera en marcha mi plan. Nunca sospecho que lo que ella creía que eran amenazas, en realidad eran pasos que debía seguir. Y con el miedo taladrándole el cerebro, hizo lo que yo quería que hiciera. Alerto a su pequeña mundo, se resguardo, previo todas y cada uno de los posibles movimientos que haría hacia ella... Pero no previo una jugada maestra... Cuanto mas retrocedía, mas cerca estaba de mi.
El hombre apago la vela con la yema de sus dedos.
- Es decir... Bueno, digamoslo así: De joven practicaba boxeo. Me gustaba. No por un afán violento... No, no, no... Eso de la violencia lo descubrí años después. Era mas bien el titulo que se le daba al boxeo: El noble deporte. En ese deporte aprendí una cosa: Si tu rival te golpea, te empieza a hacer daño y lo único que quieres es que te deje de golpear... nunca... ¡Nunca!...Nunca retrocedas. Es el peor error de todos.
El hombre soplo, esparciendo el humo que salia de la vela apagada.
- Cuanto mas retrocedes, tu rival mas te pega, mas te cierra los espacios. Y al final, conseguirás lo opuesto a lo que querías...Estarás contra las cuerdas y estarás perdido.
El hombre inhalo un poco de aire.
- Algo así paso con ella... Se aisló tanto, se protegió tanto... Que fue tan fácil llegar hasta ella... ¿Como? Fácil... Al estar tan protegido, poca gente sabia de ella, debían de saber de ella, para asegurarse que estaba bien. Eso mismo... el saber de ella. Otra cosa es al estar con miedo, se vuelve previsible, no varia sus movimientos, por miedo a que la sorprendan. Y ahí estaba yo, sirviendole un café o dándole la barra de pan del día... No recuerdo cual era... Pero tenia que examinar de cerca a mi victima si quería...
El hombre resoplo.
- Pero no la intoxique, si es que eso creen. No soy esa clase de persona. Me gusta algo mas original...
El hombre agacho la vista. Una caja de herramientas yacía en sus pies.
- Solo intento probar un punto. Solo eso...
El hombre se puso en pie.
- Fue fácil cortar los frenos de su coche. Nunca lo sospecho. O quizá si... No me explico ya que fue verme y salir corriendo. Se subió al coche y piso el acelerador, huyendo de mi. Me había estropeado el plan. Días antes había instalado una cámara en su interior. Tenia un primer plano del asiento del piloto. Pero no me dio tiempo de llegar a mi ordenador y ver la expresión de su rostro cuando el freno no funciono. Y lo que es peor... no pude instalar el walkie talkie para poder decirle,en el momento que entro en pánico... Poder decirle: "¡SORPRESA!"
El hombre extrajo de su bolsillo una moneda antigua de 5 pesetas.