sábado, 27 de octubre de 2012

El confesionario asesino - Parte 1

(Esta historia forma parte de la saga Definitiva - saga Especial)

Mario cruzaba la puerta de una iglesia. El chico camino tranquilamente, observando las esculturas eclesiasticas. Alguien tosio y Mario giro el cuello. El chico se dirigio hacia el confesionario. Se arrodillo, parpadeo y dijo:
  • Ave Maria "Putisima"... - dijo Mario.
  • Con adulterio concebido... - dijo una voz que se encontraba detraz del panal.
  • Padre, perdóneme porque he pecado... - dijo Mario.
  • ¿Cual ha sido tu error, alma pecadora? - dijo la voz.
  • Un "cura" - enfatizo Mario. - me dijo que viniera a confesarme. Y yo le hice caso...
  • Eso es grave, hijo. Te doy dos opciones: Puede ir a rezar Ave Marias estúpidamente y no conseguirás nada. O puedes hacerle el trabajo sucio al Señor.- dijo la voz.
  • Vale. Lo segundo me va mas... - dijo Mario.
  • Ve a la estación de Vista Alegre, de la linea 5 del Metro. Cuando llegues, llamame. - dijo la voz.
Mario se puso en pie y salio de alli. Antes de irse, metio la mano en las piletas de agua. Probo un poco con sus dedos para luego beber un poco y salir tranquilamente de alli...

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(Estacion de Vista Alegre, Madrid)

Mario estaba tranquilamente sentado en una banca del metro. Tarareando y viendo a la gente pasar, el chico se relajaba pasando el rato.

Su telefono sono.
  • ¿Si? - dijo Mario.
  • Sergio, escúchame con atencion. En la calle de Valmojado, portal 10, piso 5B esta un hombre que se ha atrevido a intimidar a un policía amigo mio.
  • ¿Policía? Que guay...
  • Como debes de imaginar, el tipo se ha atrincherado en su piso, por lo que entrar te va a resultar un poco dificil. - dijo la voz del telefono.
  • No hay nada dificil... - dijo Mario.
  • Este si. Mas que nada porque es testigo de...
  • ¿Y de verdad crees que me importa? Lo quieres muerto, ¿no? - dijo Mario.
  • Exacto, pero...
  • Muerto. ¿Algo mas?
  • No... Bueno, lo de siempre. Sin pruebas... 
  • Sin pruebas no hay caso... - dijo Mario.
Mario colgó y se puso en movimiento. Antes debía de vestirse para la ocasión...

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Mario llego  hasta el apartamento. Desde el ascensor, veia la puerta de su destino. Estaba custodiado por 2 gorilas.

Mario extrajo unas gafas de su bolsillo. Se las puso, se meneo el cabello y se dirigio hacia los gorilas.
  • Ey, machotes. Vengo a ver al tio Custodio. ¿Le decis que he venido? - dijo Mario, con una voz de tanto.
Los gorilas se miraron entre si.
  • ¿Tu quien coño eres?
  • Soy Eme. Emeterio pero mis amigos me llaman Eme. Ustedes tambien pueden... - dijo Mario, haciendo movimientos de rapero.
  • Mira, figura, aqui no vive ningun Custodio... - dijo el gorila mas cercado a Mario.
  • ¿Como que no? - dijo Mario. Se intento acercar a la fuerza. - ¡Eh, tio Custodio, ha llegado tu sobrino favorito!
Un guardia extrajo una pistola.
  • ¿Te lo tengo que explicar de otra manera?
Mario retrocedió.
  • Bueno, bueno, bueno... - dijo Mario. - Pero que conste que no me echas tu... ¡Que me voy yo!
Mario se dio media vuelta. Se quito las gafas.

Todo paso muy rápido. Cuando Mario descendía el brazo, con las gafas, desmonto una patilla. La punta de la patilla tenia una pequeña hoja puntiaguda.

Mario le clavo la patilla en el hombro derecho a uno de los guardias. Este grito e intento quitarselo, pero Mario dio le propino un derechazo seco. Mario se dio la vuelta rapidamente y se dispuso a enfrentarse al otro.

El guardia levanto los puños, en guardia. Mario ni se molesto en ponerse en guardia.

El gorila mando un puñetazo directo al rostro de Mario.

Mario uso una tecnica. Doblo la columna hacia atras, esquivando el golpe. PEro a la vez que doblaba el espinazo, su pierna se levantaba a gran velocidad. Mario le propino un puntapie en la entrepierna al gorila. Pero no acabo alli. Mientras el guardia se inclinaba hacia adelante, producto del dolor, Mario cerro el puño. Usando su inclinacion, giro casi 360 grados. Uso su brazo como un atleta de lanzamiento de martillo. Le propino un golpe directo en la sien del gorila.

El gorila cayo noqueado. Mario se inclino y le extrajo la pistola. Se dio media vuelta y apunto al otro gorila.
  • Si quieres vivir, largaos de aqui.... - dijo Mario.
Mario giro su brazo, apuntando al gorila noqueado. Apunto con el arma y disparo.

El gorila que estaba despierto se sorprendio cuando Mario le disparo al otro. La sangre empezo a salir, a la altura del estomago.
  • Le he disparado en el estomago. Llevale a un hospital en menos de 1 hora y vivira. Intenta detenerme y se desangrara.
Mario se dio la vuelta, mirando a la puerta. Entrecerro los ojos.

Tras una patada, Mario entro en el apartamento. En el momento que Mario entro, empezo una balacera.

Mario se lanzo, dando una voltereta en el suelo y poniendose a cubierto detraz de un sofa. No podia quedarse quieto, ya que las balas traspasaban el sofa. Mario rebusco en su bolsillo. Extrajo un viejo trozo de cristal, usandolo para ver de donde venian las balas. Una bala penetro el sofa, rozandole. Mario sabia que no tenia mucho tiempo.

Mario se irguio. Tenia exactamente 3 segundos. 1 para ver, 2 para apuntar y disparar y 3 para volver a ponerse a cubierto. Mas de eso, significaria exponerse a ser un blanco facil.

Mario, quien cargaba la pistola en la mano derecha, disparo. Estando casi seguro de haberle dado, se volvio a poner a cubierto. Tras volver a usar el cristal, rodo para ponerse a cubierto detraz de otro sofa. Las balas pasaban cerca de el.

Cualquiera podria ser fatal...

Mario se volvio a erguir. Se dio cuenta que no habia nadie. Se habian puesto a cubierto. Pero Mario siguio disparando. Las balas se impactaron en el cemento de la pared.

Mario se puso a cubierto. Las balas volvieron a sonar. Mario empezo a contar.

Cuando las balas cesaron, Mario disparo sin mirar. Pasado eso, las balas volvieron. Mario se tuvo que poner en pie.

Ahi estaban. Eran adultos vestidos con ropas de invierno. Mario disparo y los derribo. Mario era demasiado precido.

Mario camino entre ellos. Los hombres se desengraban. Mario no les habia dado en zonas mortales.
  • Ey... No sean nenazas. - dijo Mario. - Ey... - dijo, dirigiendose a uno en concreto.
  • ¿Que? - dijo el hombre, con la voz temblorosa.
Mario le miro la herida.
  • No seas marica... Ha entrado y salido limpiamente. En media hora estaras bien...
  • Vete... a la... mierda... - dijo el hombre.
  • ¿Donde esta Jeresi? - dijo Mario.
No obtuvo respuesta.
  • Honor entre... - Mario dijo una palabrota.
Mario se puso en movimiento. Llego al final del apartamento. Era una cocina. Tenia todo lo tipico de una clasica cocina. Era antigua. Al lado de la cocina, habia una ventana abierta. Llevaba a una escalera de emergencia. Mario se dispuso a salir por la ventana.

De pronto, Mario dudo. Se medio vuelta, avanzo lentamente... y abrio la nevera.

Dentro estaba el hombre que buscaba.
  • Vaya, que listo... - dijo Mario.
Jeresi, un hombre moreno, temblaba.
  • Ey, tio... No se cuanto te pagan por esto, pero juro que te pagare el doble...
 Las pupilas de Mario se dilataron
  • Pum... - dijo Mario.
  • ¿Que? - dijo Jeresi.
  • He dicho... - dijo Mario.
PUM

Mario le propino un puñetazo. Jeresi se estampo contra la pared de la nevera. Estaba noqueado.
Es hora de terminar el trabajo...

Mario miro el interior de la nevera. ERa una antigua version, esas que todavia usaban una bombilla pequeña para la iluminacion. Mario desconecto la nevera.

Mario examino la cocina. Abriendo las puertas y los cajones, encontro balones de gas conectados a la cocina. Mario las quito de su sitio y las llevo a la cocina.

Mario coloco el balon de gas entre las piernas de un inerto Jeresi. Desenrosco la bombilla, la saco y la llevo hacia una mesa, la envolvio en un trapo y de un seco toque, la rompio. Mario se fijo si el filamento seguia intacto. Tras eso, la volvio a enroscar y conecto la nevera a la corriente. El filamento se puso al rojo vivo.

Mario la volvio a desconectar la nevera. Abrio el balon de gas, dejando que se escape el gas. Mario cerro la nevera, la volvio a conectar y salio de esa estancia.

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Mientras caminaba por las calles de Vistalegre, Mario escuchaba la sirena de la policia. El chico se detuvo en una tienda, uso una maquina expendedora y saco una lata de cerveza. Cuando Mario se dispuso a beber, una explosion retumbo en sus oidos. A lo lejos, veia un apartamento en llamas. La gente empezo a gritar y a llamar por telefono. Mario sonrio.
  •  Abres la nevera, el filamento se incendia, hace contacto con el gas... y... Bueno, no hace falta ser un genio...
Mario levanto su movil e hizo una foto. Se lo guardo y salio de alli.

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Mario se arrodillaba en un confesionario.
  • Ave Maria, cuando seras mia... - dijo Mario.
  • ¿Y bien, hijo mio? - dijo la voz.
  • ¿No vio la foto? - dijo Mario.
  • Claro, pero queria asegurarme. ¿Seguro que no hay testigos?
  • No... - dijo Mario.
  • Transfirire el dinero a tu cuenta... No entiendo como no pides algo antes de hacr el trabajo...
  • ¿Porque? ¿Piensas engañarme? Por tu familia, espero que no... - dijo Mario.
La persona detraz del confesionario quedo en silencio.
  • Ve con Dios, hijo...
Mario se puso en pie y se fue.

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