miércoles, 24 de octubre de 2012

La ciudad de los Reyes - Parte 1

(Aeropuerto Internacional Jorge Chavez - Lima Perú) (5 de Abril)

Como si despertara de un sueño largo, Mario abrió los ojos. En el asiento pegado a la ventanilla, Mario veia como poca gente abandonaba el avión. El chico se apresuro a ponerse en pie y a salir.

Tras discutir con la azafata, ya que le dijo que como se había quedado dormido sin haberse puesto el cinturón de seguridad, Mario avanzo por el largo pasillo. Con su inseparable mochila azul del Real Madrid, Mario camino hacia otra estancia, saliendo del "tubo" que conectaba el avión con la estancia.

Mario caminaba cabizbajo  Mientras pasaba los controles aduanero, pensaba como iría todo a partir de ese momento. Pero en concreto pensaba en alguien. Levanto la vista y contemplo la oscura mañana de Lima. El rostro de Andrea se formo en ella. Andrea sonreía... para luego desaparecer.

Mario espero a que saliera su maleta. Pasaron minutos, varios largos minutos... y la maleta de Mario que no salia. Mario escucho a varios turistas, entre ingleses, franceses, chinos, africanos... y españoles. El clásico acento sobresalía por encima de las personas que trabajaban en el aeropuerto.

Mario recogió sus dos maletas. Las puso en el carrito porta equipajes y avanzo. Le sorprendió que tenia que llenar un papel aduanero.
  • ¿Que que cosas traigo? ¿Y cuanto valen cada una? - dijo Mario. - Iros a la mierda, hombre...
Mario relleno el formulario, aclarando que no llevaba nada. Lo entrego, se lo aceptaron y paso al reconocimiento de maletas. La cosa se puso monótona cundo tuvo que esperar sus maletas. Mario pensaba como había ido a parar allí. Después de todo, añoraba España... Pero también sabia que por su culpa estaba allá  por lo que no le quedaba mas remedio que tragarse la ira que sentía y mirar hacia adelante.
La puerta de salida del aeropuerto Jorge Chavez le esperaba. Después de cargar sus maletas, Mario cruzo el ultimo control aduanero y se dispuso a salir. Una muchedumbre lo esperaba, o por lo menos lo aparentaba porque a Mario solo le esperaba... nadie.

Mario se dio cuenta, mientras era empujado por personas que se abrazaban con otras, se besaban, lloraban, etc. Se suponía que su padre lo recoger pero no parecía que nadie estuviera allí. Mario probo suerte, alejándose de la zona de salida, pero obtuvo igual resultado. Azafatas, pilotos, turistas y demás personas empezaron a moverse. Chocaron con Mario pero el chico no se movía.

  • Esto es perfecto... Le dije la hora exacta... - dijo Mario.
Mario... espero. Vio pasar a varias personas. Rubios, morenos, africanos, chinos, etc. Pero lo que mas le llamo la atención era la gente autóctona  Mario sabia que los peruanos se diferenciaban físicamente de los españoles. Pero...

Mario se fijo. De corta estatura, morenos, con típicos rasgos indígenas. Los hombres con pelo duro, de raíces fuertes y un brillo atípico  Las mujeres eran bajitas, con un tono color moreno. Pero era un moreno, un tono tipo canela oscuro. Mario bajo la vista y vio su propio color de piel. Era parecido a el de los hombres. ¿La diferencia? Mario era alto, pese a tener 18 años. La mayoría de peruanos adultos le llegaban al hombro.

Otra cosa era... El dejo. Mario, casi 7 años en España, se había acostumbrado a la forma de hablar española. Cuando oía palabras en diminutivo, el excesivo uso de diminutivos... El famoso "Pe", para abreviar el "Pues" hacia que Mario se sintiera raro. "Tonazo, al toque, Cuñao" eran ejemplo del vocabulario peruano. Mario se sentía raro... Pero a fin de cuentas...¿ Acabaría hablando así?
  • Mario...
Mario se dio la vuelta. Un hombre de unos 50 años se acercaba con los brazos abiertos.
  • No puede ser... - dijo Mario, mirando a otro lado, sin creérselo.
Jaime Elias, el padre de Mario se acercaba hacia el. Vestido con unos vaqueros viejos, una camisa a cuadros y unas zapatillas. Llevaba en la mano una agenda. Era un hombre alto para la talla peruana. Moreno, de nariz prominente, típico intelectual. La sonrisa característica de su padre brillaba al ver a su hijo casi 5 años después. Mario sonrio timidamente.

Padre e hijo, se fundieron en un abrazo. Mario era mas alto que su progenitor. Mario parpadeo varias veces.
  • Ah... como has crecido... Y como has bajado de peso... Me acuerdo que estabas todo "panzon" la ultima vez que te vi...
  • Si... - dijo Mario, agachando la cabeza.
  • ¿Que tal? - dijo Jaime.
  • Bien... ahí estamos... - dijo Mario, agachando la cabeza.
Jaime volvió a abrazar a su hijo.
  • Tranquilo... Ya tendremos tiempo de hablar lo que ha pasado... Tranquilo... Recuerda... que esta siempre sera tu casa...

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