Oscuridad total.
- Me gusta, me gusta, me gusta... ¡Oh, que falo mas grande que tienes! - dijo una chica.
- Estoy a puntito, tía... - dijo un hombre, entre gruñidos.
Toc, toc, toc...
- ¡ Cógeme del pelo! - grito la chica.
Toc, toc, toc...
- ¡Esta ocupado! - grito la chica, mordiéndose el labio.
- ¿Oiga? Esto es el baño de hombres... - dijo Mario.
- ¡No me toque los cojones ¿eh?! - grito la chica y siguió con lo suyo.
Mario levanto una ceja y pego el oído a la puerta, intentando escuchar.
- Mario, ¿Que haces? - le dijo un chico a lo lejos.
- Es que tengo ganas de mear. - le respondió Mario, apartándose de la puerta.
- Ah, déjalo. Aguántate un poco, que ya vamos a iniciar el descenso. Vamos. - le dijo el chico.
Un avión colosal, un Airbus A380, surcaba el espacio aéreo. Rodeado de nubes colosales, inicio el descenso. Todas las ventanillas estaban cerradas, pero de pronto 2 de ellas se abrieron y 2 rostros se pegaron al cristal, mirando hacia el horizonte.
- ¡¡Oh, si!! ¡Allí esta! ¡Madrid! - dijo el chico.
- ¿Has estado alguna vez? - dijo el chico.
- Bueno... - dijo Mario, dubitativo.
- Es un lugar flipante, Mario...
Los pasajeros empezaron a andar por el largo pasillo que lleva desde el avión hasta el aeropuerto. Mario y el chico caminaban arrastrando su mochila.
- ¿Que es lo que piensas hacer? - dijo Mario, caminando.
- Esta vez voy a hacer las cosas bien. No se si trabajar de día o de noche, puede que haga las dos cosas. Según se dice... España es la puerta al primer mundo europeo. - dijo el chico mirando alrededor suyo. - Siempre he querido triunfar, vivir en un lugar bonito, con un perro, un chalecito, un cochazo... ¡Vivir el sueño español!
- Como mi madre... - dijo Mario, sonriendo.
- ¿Ah si? - dijo el chico, mientras avanzaban por los pasillos del aeropuerto.
- Si... ella lo tiene todo. Casa, coche, negocio, estabilidad económica... Siempre me dijo que todo eso era de mi hermano y mio. Y que lo podíamos usar en caso de emergencia. Lo único que le he pedido fue que mandara el dinero para el billete y es lo que me ha permitido estar estas 12 ultimas horas con ustedes... - dijo Mario, mientras cruzaba la puerta
Una azafata guardaba bolsas de polvo blanco en un neceser.
- Durante el terrorismo en Peru - dijo Mario, esperando a que el chico rellenara un documento y le prestara su bolígrafo. - no podía conseguir trabajo... De hecho, nadie podía. Así que conocí a unos pringados... e hice muchas cosas estúpidas.
El chico termino de rellenar su documento y le dio el bolígrafo. Le puso la mano en el hombro de Mario.
- Todos hacemos cosas estúpidas... Es lo que nos hace realmente humanos... - dijo y se fue a entregar su documento a la ventanilla.
- Puede ser... - dijo Mario, agachando la cabeza.
SAGA DEFINITIVA (23- 35 años)
Las puertas se abrieron y varias personas arribaron a la estancia de llegada del aeropuerto de Barajas. Algunas personas que estaban esperando, gritaron de alegría y fueron a abrazar a los recién llegados. Parejas, familias, hombres con traje, chicos jóvenes, ancianos, mujeres, taxistas con letreros... Todos esperaban a alguien y todos empezaron a dispersarse.
"La llegada de los inmigrantes... Nunca pensé vivir esto de nuevo"
Mario avanzaba con su carrito donde llevaba sus maletas. Giraba el cuello y buscaba a su madre... pero nadie se parecía. Mario veía como la gente se abrazaba, lloraban, reían, saltaban, se besaban, etc. Todo eso le incomodo y salio hacia la calle.
Mario espero por minutos, horas, etc. Nadie lo buscaba y eso hizo que el chico se sentara en un asiento. De pronto, levanto la cabeza y vio como un SEAT giraba la pista y se paraba enfrente de el. Una mujer bajo del coche, casi corriendo.
- ¡¡MARIO!! ¡¡HIJO MIO, NO ME PUEDO CREER QUE ESTE YA AQUÍ!! - dijo Judith, abrazando a su hijo menor. - ¡Bienvenido a España!
Mario beso a su madre y menciono una frase ininteligible para Judith.
- ¿Qué? - dijo Judith.
- Me alegro de verte en quechua, mama. ¿¡Que!? ¿Has olvidado tu idioma? - dijo Mario, medio molesto, medio feliz. El chico sonrió.
- Quizá... un poquito... Es que llevo ya muchos años. Sera mejor que hables en castellano. - dijo y sonrió, ayudando a su hijo a montar en el coche. - ¡MI HIJO HA VUELTO Y VIENE A COMERSE EL MUNDO!
- Mama, mama... tranquila. Por ahora solo quiero un buen bocadillo...
- Vale... - dijo Judith, feliz. - Vamos al bar.
- Veo que sigue la aventura hostelera. Eso esta bien... - dijo Mario. - ¿Este no es el coche que compraste cuando llegamos? Pensé que lo habrías cambiado...
Mario saludo a su hermano y se sentó en el asiento trasero. Había llegado a Madrid, después de 5 oscuros años en Lima Peru. Mario sonrió y se recostó en el cabezal del asiento, contento... de por fin estar en casa.
Qué manera de empezar JAJJAJAJA No entiendo los saltos temporales, supongo que pones cosas de varias sagas y por eso parece inconexo ¿no? ajajajaj
ResponderEliminarNo se si vio mi mansaje, pero esto es opcional... Es una parodia de un videojuego... Hay saltos pero es dentro de una sola historia, es como los saltos en peliculas... Me alegro q le haya gustado xD
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