Mario contesto su móvil. Estaba esperando algo con muchas ansias, unas ansias que no era propia de el.
- Sergio, tenemos a la persona que buscabas. Nuestros agentes lo encontraron en Santiago de Chile, a punto de tomar un avión para Budapest. Tuvimos que inventar un rollo para poder llevárnoslo. – dijo una voz por el teléfono.
- ¿En serio? ¿Lo habéis encontrado? – dijo Mario, pegando el oído al auricular.
- Exacto. Tal y como te habíamos prometido. – dijo la voz.
- Les estoy agradecido. – dijo Mario, cerrando los ojos.
- Nos has ayudado mucho, Mario, pero también te hemos protegido mucho. De ahora en adelante, quiero que cortes todo contacto con nosotros. No números, no contactos, no correos, nada. Desparece de nuestra vista y nosotros desapareceremos de la tuya. Se podía decir que esto es un adiós. – dijo la voz.
- Vale… - dijo Mario, incapaz de decir algo a alguien que no conocía de vista.
- Mucha suerte en tu vida, hijo. Espero que lo que has esperado con tanta ansias, ilumine un poco tu vida. Revisa tu correo y hallaras todo lo que necesitas saber, el lugar de reunión y todo. Adiós. – dijo la voz y colgó.
Mario sabia que no podía hacerlo solo. Sabia que su instinto animal lo dominaría… por eso esperaba contar con quien había sido su paño frio para enfriar su acalorada cabeza desde que tenia 11 años: Emma.
Mario esperaba que la chica le contestara. Tras el colapso y el intento de beso que Mario se arrepintió de haber rechazado, esperaba que Emma le hablara. Para su suerte, la chica le contesto de una manera jovial:
- Mario… ¿Que tal estas? – dijo Emma, con su habitual tono alegre.
- Emma… te necesito. Necesito que me acompañes en algo importante. Han… han encontrado a Pedro Ramírez San Martin, el asesino de Dominique. Me han dado la dirección donde lo tienen y me gustaría que me acompañes. Por favor… - suplico Mario, algo que no era habitual.
- No puedes hacer esto solo, Mario… ahora estoy en la Gran Via, si quieres me pasas a buscar o nos encontramos en…
- Paso a buscarte. – dijo Mario, impaciente. – dentro de 5 minutos.
5 minutos mas tarde, Mario en coche arribaba a la Gran Via. Cerca de un restaurante de comida rápida, Emma estaba de pie, con sendas bolsas de supermercado. El chico le hizo una seña y la chica entro al coche.
- Hola Mario… - dijo Emma, dándole un beso en la mejilla.
- Hola… - dijo Mario y acelero tan rápido como pudo.
- Así que… por fin vas a ver a la persona responsable de haber matado a lo que alguna vez fue un padre para ti. ¿Has pensado que es lo que vas a hacer? – dijo la chica.
- No pienso en ello. No puedo pensar… Llevo esperando esto desde hace mucho tiempo...
- Es lo que has esperado por tanto tiempo. Espero que no te decepcione… - dijo Emma.
- Decepción no esta siendo considerado por mi cerebro… - dijo Mario, girando el volante. – No he sido el mismo desde que Pedro se irguió sobre la ventanilla de aquel coche y asesino a sangre fría al padre que nunca tuve. No he sido el mismo desde que contemple ese acto de injusticia terrible.
- No solo tu perdiste ese día, Mario. – dijo Emma. – Por lo que me contaste…
- Se podía decir que Dominique tuvo suerte… Ese día también me perdí yo. Todo lo que era inocente, bueno, infantil… todo lo que tu, Emma, conseguiste despertar en un niño huraño como yo… todo eso… murió la noche del 22 de abril. Si pudiera volver en el tiempo… Desearía que la ráfaga de balas que alcanzo a Dominique me hubiera alcanzado a mi también… G/Cinthia llorando por los 2 cadáveres y no por uno… Por una vez… me hubiera gustado morir… - dijo Mario, cambiando de velocidad.
- Esto es todo lo que queda de mi, Emma. ¿Para esto soy bueno? ¿Para matar? No me queda nada mas en este mundo… - dijo Mario. – No se cuanto tiempo podre estar en el negocio de la muerte…
- Te diré para que eres bueno, Mario. Veo en ti un buen amigo, un fiel compañero, un amante excepcional y un potencial como padre que no he visto en nadie mas. Todavía te queda integridad. Todavía eres humano… todavía puedes hacer el bien, hacer feliz a la gente… Aun puedes empezar de nuevo, olvidar el pasado, mirar hacia el futuro, cumplir tus sueños… Solo tienes que creer en ello… - dijo Emma.
- Empezare a creerlo cuando Pedro este muerto… - dijo Mario, acelerando. – Eso me dara una perspectiva…
- La carnicería debe acabar, Mario. Se que todavía sientes algo por G/Cinthia. Búscala Mario… cásate con ella, ten varios hijos, enséñales a todos esos hijos tuyos a ser siempre felices… Piensa en el futuro en ves de las cosas terribles que te han pasado…
- Cuando este termine, pensaremos en el perdón y la redención… - dijo Mario y cambio a quinta velocidad, acelerando. - Sabes que prefiero solucionar los problemas en el mismo instante y no "olvidarlos" por un instante
Estaba totalmente vacía y en ruinas. Pero allí en medio… estaba un hombre. Estaba echado en el suelo, atado y muy sucio. Parecía que le habían golpeado. Respiraba y se movia.
Mario se le acerco, seguido por Emma. El hombre giro el cuello y los vio. Agudizo la vista.
- ¿Te acuerdas de mi? – dijo Mario, en una lengua extranjera. Emma se dio cuenta de que las pupilas de Mario se habían delatado.
- Quechua… - dijo Emma, mirándolo.
- Déjame en paz, no te conozco. – dijo Pedro, en quechua. – No te conozco.
- ¡Oh si, si que sabes! – dijo Mario, acercándose hacia el y agarrándole por el cuello del la camisa que llevaba. Violentamente, hizo que su vista coincidiera con la suya. – Soy el que sobrevivió al tiroteo. 22 de Abril, muy entrada la noche, calle Proceres de la Independencia. “Dominique… Dominique y la conchatumadre” ¿Te acuerdas de esa frase que dijiste antes de apretar el gatillo?
- Mario… “Chapulin” – dijo Pedro, sonriendo. - Cuanto tiempo...
- Dime porque lo hiciste – dijo Mario, en quechua.
- ¿Porque? – dijo Pedro, en quechua.
- ¡Lo iba a dejar todo! ¡No mas tratos, no mas trabajos, se iba a retirar! ¡Todos lo aceptaron! ¡Iba a ser padre! ¡Nos íbamos a ir a vivir todos juntos! ¡Dominique, Angie, G/Cinthia y yo! ¡Íbamos a ser una familia! – grito Mario en quechua - ¿Quieres que siga, que te cuente el plan de tu mejor amigo, el plan de una nueva vida?
- Era mi amigo pero también tenia otros amigos – dijo Pedro, en español, y se separo de Mario. Se puso en pie. - ¡Mis amigos! Amigos que acabaron muertos… ¿Y todo para que? ¡Para nada! – dijo Pedro. Se dirigio hacia Emma. Se le encaro a la chica. – Mentiras… todo por las putas mentiras… - dijo Pedro, que escupiendo al hablar hizo que Emma retrocediera, tapándose el rostro con una mano.
- ¿¡Estas justificandolo!? ¿¡Traicionar a tu amigo por la espalda!? – grito Mario, en español. - ¿¡Tiene eso alguna justificacion!?
- Cuando todo lo que crees resulta ser una mierda, haces extrañas elecciones… supongo… - dijo Pedro, haciendo explotar a Mario.
- ¡¡Y UNA MIERDA!! – grito Mario, y se le acerco, cogiéndole del cuello de la camisa otra ves. - ¿Extrañas elecciones? ¡Por la "plata" baila el mono!– dijo el chico, zarandeándolo. - ¿¡Por cuanto!? ¿¡POR CUANTO!?
- Cien… dólares. – dijo, sin aliento.
- ¿Vendiste… Traicionaste…Condenaste a un hombre inocente… por cien malditos dólares…? – dijo Mario, a punto de perder la paciencia.
- Hipócrita… ¿Y cuanto cobras tu por matar a alguien? – dijo Pedro, sonriendo.
- ¡¡¡ME ARRUINASTE LA VIDA!!! – grito Mario. Su rostro volvía a ser dominado por un odio inhumano.
Pedro se tambaleo. Los ojos se le humedecieron.
- Necesitaba el dinero… tenia problemas… - dijo Pedro, tambaleándose y arrodillándose en el suelo.
- ¡Eres un puto yonki! ¿¡Necesitabas dinero!? – dijo Mario. Pedro abrió los ojos, dándose cuenta de lo que había echo. - ¡Todo para saciar tu vicio! ¡Solo por eso lo vendiste!
- ¡¡¡PUES MATAME!!! ¡¡¡AAAAARRRRGGG!!! – grito Pedro, con todas sus fuerzas. Comenzó a llorar. - ¡¡Me he arrepentido desde el momento en que les dije su paradero!! ¡¡Me arrepentí cuando supe la noticia!! ¡Nunca quise que le pasara nada! ¡Era mi "brother"! - dijo Pedro, con las lagrimas surcándole el rostro. -¡¡¡MATAME!!! Maldito hipócrita… - dijo mirando a Mario, desde el suelo. – Créeme, Mario… Me harás un gran favor si me matas...
Mario fijo su vista en Pedro, pero no apretó el gatillo. Sus facciones se relajaron. Pedro lloraba, como un niño.
- Mario… vámonos de aquí. – dijo Emma, acercándose a Mario. – Mario, sabe lo que hizo y llora de la forma que lo hacen cuando son condenados a morir, cuando realmente se arrepienten. Lo se porque lo he visto en muchos juicios… déjale sufrir, sabe lo que hizo… No parece que disfrute mucho de la vida. No hay mas que ver en que estado se encuentra… El mejor castigo que le puedes dar es dejarlo con vida… Vamonos, Mario…
Las pupilas se le dilataron.
Sabia que era el momento de decidir…
Querido lector, decida el destino de Pedro Ramirez San Martin...
Pedro vive: http://esealguienespecial.blogspot.com/2012/07/especial-todo-el-mundo-busca-ese_18.html
Pedro muere: http://esealguienespecial.blogspot.com/2012/07/especial-todo-el-mundo-busca-ese.html
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