jueves, 12 de julio de 2012

Tradiciones G/Cinthianas Parte 1

G/Cinthia exprimió un paño húmedo. Mario yacía recostado en una cama.
  • ¿Qué tal estas? – dijo G/Cinthia.
  • Mal… Pero gracias por cuidarme, G/Cinthia. A veces un buen cuidado puede surtir buenos efectos. – dijo Mario.
  • ¿Quieres dormir? – dijo G/Cinthia, acomodándole las almohadas.
  • Querria un poco de sexo. – dijo Mario, sonriendo.
10 minutos después, G/Cinthia miraba el techo de la habitación. Mario dormitaba a su lado.
  • ¿G/Cinthia? – dijo Mario.
  • Dime… - dijo ella, sin mirarlo.
  • ¿Podrías contarme un cuento? – dijo Mario, abrazándola de costado.
G/Cinthia se quedo perpleja. Espera una pregunta mas del tipo: “¿Te ha gustado?”. Eso la dejo perpleja del todo.
  • ¿Un cuento? Bueno, esta bien… ¿Cuál quieres? – dijo G/Cinthia, erguiéndose sobre el colchon y apoyando su espalda sobre el respaldar de la cama.
  • No quiero uno clásico. Quiero uno tuyo, inventado o que te hayan contado. ¿ Podrías? – dijo Mario.
G/Cinthia carraspeo.
  • Había una vez, una familia formada por padre, madre y sus 3 hijos. De los hijos, había el hermano mayor, la hermana menor y el pequeño. El pequeño era el ignorado por todos. Nunca le hacían caso. De hecho, cada vez que habría la boca era motivo para que los demás rieran. Paso un tiempo y la familia entro en quiebra y en una crisis fuerte. El padre trabajaba ganando lo justo, rozando la desesperación. Pero aun así se daba el lujo de jugar la lotería, esperando que la suerte se aliara con el y lo sacara de ese pozo. Pero sus hijos, sendos adolescentes, le pedía mas y mas… El padre ya no sabia de donde conseguir dinero para comprarle ropa a su hija y lo ultimo en zapatillas para su hijo mayor. La esposa no era de ayuda, ya que había sido poseída por el espíritu despilfarrador de las marujas. Pese a todo, el padre seguía tentando a la suerte… - dijo G/Cinthia. – Un día, ese tambaleo que sufrían por la precaria situación que se encontraban toco fondo. Fueron echados de su casa. Tuvieron que mudarse a una oficina de 30 metros. Encima, su hija se quejaba de que no vestía a la moda y el hijo de que sus zapatillas nuevas eran ya de otra época. La madre empezó a sentir que florecía su instinto decorativo y quería remodelar todo, pese a que los muebles no tenían ni un año de antigüedad. El padre no sabia de donde conseguir dinero, así que se aposto todo a su boleto de lotería. Un día, la suerte toco su puerta y el tan ansiado premio llego. El padre grito por todo lo alto, celebrando. Tras cobrar el dinero, reunió a la familia y empezaron a pensar que hacer con el dinero. La hija le pidió un cambio de armario para todos. El hijo pidió tecnología y electrodomésticos.  La madre quería muebles carísimos, de acorde a lo que ponía su revista de decoración… pero de pronto el hijo menor levanto la mano y dijo: ¿Por qué no compras una casa decente y montas un negocio donde seas tu propio jefe?. El padre se quedo estupefacto, la madre se quedo con gesto estúpido y los hermanos se miraron entre ellos. A partir de ese momento, fue el hijo menor quien tomaba las decisiones en la familia. Gracias a su idea, la familia pudo llevar una vida plena… y sana.
G/Cinthia termino la historia de una manera muy narrativa. Mario dormía a su lado, abrazandola. Parecía un niño.
  • Que bien te ves… y seria un momento muy bonito… ¡Si no fuera porque me estas tocando una teta!
Mario sonrió.

2 comentarios:

  1. JAJAJJAJAJ, Me ha encantado... Aunque no entiendo lo del nombre de la chica, me ha gustado su carácter JJJAJAJA Qué bueno el final, qué bueno...

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  2. Tradiciones G/Cinthianas se basa y parodia al libro del famoso autor peruano Ricardo Palma y su libro Tradiciones Peruanas. Es un libro donde el autor cuenta anécdotas e historias clásicas del Peru Republicano. Lo de G/Cinthia es una mezcla de ese libro y de las Mil y una noches. Pero con su chiste siempre al final. Un saludo.

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