David se apoyo en las paredes del ascensor, esperando ya llegar al segundo piso. Mario entro y se apoyo contra el cristal, sacando su PDA y empezando a apuntar ciertas cosas. Emma también entro. Mario, sin apartar la vista de su PDA, le dio al botón del segundo piso.
La puerta se cerro.
David bostezo, porque el hilo musical era aburrido. Mario siguió escribiendo con el lápiz táctil. Mientras que los 2 amigos estaban tan relajados, hasta tal punto de entrecerrar los ojos, Emma estaba de pie entre los 2. Muy rígida.
El aire se enrarecía… el sudor empezaba a salir por cada poro. Todo se quedo en silencio…
Emma respiraba con dificultad. Sus pulsaciones se duplicaron y un escalofrió recorrió todo su cuerpo. Levanto la vista. Se horrorizo.
Una esquina del ascensor se hacia mas y mas pequeño, hacia ella. Los ojos de Emma giraron hacia la derecha y vio que las paredes menguaban. El techo se distorsionaba hacia el suelo y sus amigos habían desaparecido.
En la mente de Emma, se escucho un grito de horror. La chica deseaba cogerse la cabeza con las manos. Quería apartar la vista en aquellos momentos. Quería salir. Pero sentía que estaría atrapada allí, por siempre.
Una niña, cuya larga cabellera caoba era zarandeada por el viento, corría por un prado. La niña, alegre y feliz, perseguía un grupo de mariposas… La niña saltaba, mientras cogía con las 2 manos una red. Las mariposas iban y venían. La niña grito de júbilo.
Una mariposa azul, grande, llamo su atención. La niña salto y salto, pero no pudo atraparla.
En una de esas, salto pero no obtuvo lo que quería. Pero no llego a tocar el suelo con los pies.
Emma levanto la vista. Las paredes desaparecían, formándose un oscuro hueco. La chica temblaba, su vista se movía increíblemente rápido, buscando algún lugar para poder salir, algún lugar que diera una salida posible.
La niña se precipitaba hacia un vacio. Caía bruscamente y la vara de madera de la red se hacia trizas.
Emma gritaba en su mente. Gritaba tanto que pensaba que era poder capaz de escucharse fuera de su mente.
La niña se levantaba de la caída. Ya no veía el hueco color amarillo por donde había caído. Todo era oscuridad.
La niña llamaba, gritando, a sus padres. Intentaba escalar, trepar, algo para salir de allí, pero solo consiguió caer y hacerse mas daño. Estuvo así durante mucho tiempo, horas, quizá días…
El hambre carcomía a la niña, quien ya no tenia fuerzas. Había pasado muchísimo tiempo desde que había caído.
La niña lloraba desconsoladamente. Lloraba llamando a sus padres y a su hermano. De repente, comenzó a llover.
Emma cerraba y abría la vista. Sus sentidos estaban al máximo de alerta. Podía escuchar como su sudor resbalaba por su cara. Sentía como el aire caía de sus fosas nasales e impactaba en sus labios.
La niña empezaba a ser sepultada por el lodo. Un gran trozo de roca cayo e hizo mas pequeño el agujero donde había caído. La niña lloraba, cada vez más…
Emma estaba a punto de desmayarse. Giro la vista y vio con horror que recién habían conseguido subir un piso.
El busto de la chica tocaba la puerta del ascensor y su cabeza hacia contacto con el techo. El ascensor se contrajo aun mas, aplastando a Emma… la chica grito interiormente… desesperada…
La niña era cada vez mas sepultada en el lodo y el agua. Llamando a sus padres y a su hermano, la niña empezó a cerrar los ojos… las rodillas estaban a la misma altura que su barbilla… no había nada de espacio allí…
La niña escucho gritos. Escucho que un grupo se acercaba… ¿O era su imaginación?
Mas lodo y mas agua. Ya le llegaba a la altura de la barbilla…
La puerta se abrió. Emma abrió los ojos y toda las sensaciones desaparecieron. David salió bostezando y Mario seguía apuntando sus cosas en su PDA. Emma recobro la compostura y salió apresuradamente del ascensor. Sus pulsaciones bajaron considerablemente.
Los 3 amigos siguieron su camino hacia el despacho de Ángel. Emma cerro los ojos, dando gracias que aquel momento hubiese pasado…
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Una cuerda caía al lado de la niña, quien abrió los ojos y pudo ver unas luces que parecían buscarlas. Escucho un grito de jubilo y vio que alguien bajaba por esa cuerda. Era un chico mayor que la niña. Salto y una luz le ilumino el rostro. Era un rostro como el de la niña pero con rasgos masculinos. El chico la saco del lodo y la estrujo contra su pecho. La niña, antes de desmayarse, pudo escuchar a aquel chico llorar a lágrima viva…
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