lunes, 17 de septiembre de 2012

La boda de Mario y G/Cinthia - Prologo

(Tras la reunión de los 9 amigos, Mario consigue un atico donde todos pueden mudarse en el. Mario convive con Andrea, Emma con David, Carlos se fue con su nueva novia Isabel y Lucas, Pablo, Alicia y María convivían juntos. Tras una cena con sus respectivos padres, Mario decide pedirle matrimonio a Andrea en una fiesta con sus amigos.)

Mario se arrodillo. Andrea abrió los ojos tanto como pudo. Pablo, quien se servia mas refresco al whisky, lo dejo a medio camino. Emma dejo su vaso, estupefacta.
  • Andrea Figueroa Legua… - dijo Mario. Extrajo un paquete cuadrado de su bolsillo. - ¿Te quieres casar conmigo?
Andrea empezó a respirar entrecortadamente. Sus ojos se abrieron al máximo.

Mario estaba en esa posición. Solo pensaba “No me dejes con esta cara de gilipollas”
  • ¡¡¡Si!!! ¡SI! ¡SI QUIERO! – grito Andrea, tan fuerte como pudo.
Euforia…

Mario se puso en pie y abrazo a Andrea. Emma levanto los brazos y pego un grito. Pablo dejo su copa y fue hacia el lugar donde estaban.  Todos empezaros a abrazar a Mario y Andrea, que se besaban juntos. María, con lagrimas en los ojos, casi tumba a la pareja cuanco fue a abrazarlos. David, Lucas, Emma, Carlos, Pablo y Alicia hicieron una piña con la pareja.
  • ¡Boda a la vista! – grito María, haciendo el gesto de un pañuelo con la mano.
  • ¡Mario y Andrea se casan! ¡No me lo puedo creer! – grito Alicia.
Mario y Andrea se separaron. Mario fue casi “apabullado” por David, Carlos, Pablo y Lucas. Andrea pegaba saltos con María, abrazadas. Emma aplaudía y Alicia lloraba de alegría.

Carlos cogió la cabeza de Mario y rodeo su brazo en el. Lucas, David y Pablo le dieron sendas collejas, para luego estrecharle las mano y felicitarlo
  • ¡Le has echado huevos, Mario! ¡Que crack, tio! – dijo Carlos, contento.
  • ¡Mario de boda! ¡No me lo puedo creer, tio! – dijo David, chocandole la mano.
  • ¡Boda! ¡Esto es increíble! – dijo Pablo y abrazo a Mario.
Andrea, quien se le estaba corriendo el delineador de los ojos por las lagrimas, se abrazaba con Emma. Se podía decir que ambos chicos, futuros esposos, vivian una felicidad increíble. No era para menos, ya que una boda siempre genera buenas expectativas. Casi siempre…

Mario, quien por fin se separo de Carlos, se reunió con Andrea en medio de la sala.  Lleno una copa de whisy y la levanto.
  • Me agrada decir… que os lo habéis tomado como uno espera. Os agradezco mucho vuestras muestras de alegría. Solo quiero decir… que mi futura esposa y yo siempre recordaremos este momento. Porque la amistad es lo que se demuestra en situaciones como esta. Muchas gracias a todos… - dijo Mario, con la copa levantada.
  • ¡Coincido con lo que dijo! – grito Andrea y provoco la carcajada general.
La celebración fue… majestuosa. Los 9 amigos comieron, rieron, cantaron, bailaron, etc. Todo adornado por las muestras de amor de Mario y Andrea. David se sentía un poco incomodo, ya que Emma le mandaba miradas como diciendo: “Ya estas tardando en pedirmelo”. Pablo abría mas botellas de whisky, vodka, vino, etc. María no paraba de llorar y abrazar a Andrea cuando no se besaba con Mario. Alicia contaba chistes, anécdotas, historias de los amigos, etc. Carlos cogió una cuchara y una botella de anis y empezó a cantar una canción. Todos estallaron en carcajadas.

Lucas, por otro lado, bebía y sonreía cuando le dirigían la mirada. Pero no era precisamente feliz. Se sentía incomodo. Pese a que nadie de los amigos lo dijera, el era el humillado, el pringado, el “Pobrecito, su exnovia se casa con su mejor amigo”. Por muy cara feliz que Lucas pusiera, igual lo verían con pena. ¿Se sentía feliz? Por Mario y sobre todo por Andrea, si. ¿Se sentía incomodo? Si, porque no pintaba nada allí y odiaba que sintieran pena por el. ¿Le gustaría estar en otro lado? Si… pero por respeto a sus amigos, no se movia del sitio. Apuro su copa y sonrió como un autómata.

Pero cuando la fiesta seguía y llegaba a un punto álgido, sobre todo cuando Pablo encendio un karaoke en el DVD, alguien… alguien llegaba caminando al portal del edificio donde se celebraba la fiesta.
  • Mario, ¿Esto lo tenias en mente o es algo que acabas de pensarlo, en plan locura inmediata? – dijo Emma.
  • No, la verdad es algo que llevaba pensando… desde que nuestros padres cenaron, pensé que ya era hora… - dijo Mario.
  • Espero que sea por la iglesia, Mario… - dijo María, alzando las manos.
  • A mi eso me da igual. – dijo Mario. – Si a nuestras familias les apetece por la iglesia, que sea por allí.
  • Que si, Mario… - dijo Andrea, apoyando su cabeza en su hombro y luciendo un anillo brillante. – Es mas bonito.
  • Y mas caro… - dijo David.
  • Eso es lo de menos… - dijo Mario. – Si es por dinero, me encargare de conseguirlo. Ademas… tal y como estamos Andrea y yo… Nada puede salir m…
El timbre de la casa sonó. Mario lo escucho pero fue el único. La música estaba un poco alta y todos hablaban. Pablo saco a bailar a Andrea y con eso la distrajo.
  • Esta sonando el timbre… - dijo Mario pero nadie le hizo caso. – Va, da igual… Ya abro yo…
Mario, antes de abrir, giro el cuello. Pablo bailaba de una forma un poco escandalosa con Andrea, quien se partia de risa. Mario echo a reir y se dispuso a abrir la puerta.

Giro el pomo…

Mario abrió mucho los ojos. Su mente no asimilaba la imagen que había recibido. Había alguien en la puerta. Alguien que hizo que Mario quedara petrificado.
  • Hola… - dijo la persona de la puerta. – Cuanto tiempo… Perdona la sorpresa…
Mario termino de procesar la información.
  • ¿G/Cinthia? ¿De verdad eres tu?

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